viernes, 22 de julio de 2011

PARA TI (278)


PARA TI (278)

Mi negro aviador, 
consentido corazón:
¡qué pronto olvidas el amor!

Regar tu mies sobre ella es mejor,
arrulla sus alas consentidas,
no habrá dobles palabras,
intenciones vanas 
ni tristes despedidas...

Más de nuevo te digo,
hay un  espacio para ti
en mi jardín a donde llegarás temprano.

Tengo rosas en las manos,
mis labios son pétalos encendidos,
el corazón un reloj de arena
con el tiempo que tú desees,
y los suspiros que anheles.

Viaja conmigo,
déjame perderme un rato
tan sólo momentos a tu lado.

No me niegues una imagen querida
donde pueda recordarte,
descanse de mis arrebatos
y te pueda besar acompañada 
por los luceros y la luna nueva.

Soy un payaso fresco
en su última actuación,
la de un corazón limpio
que dejó la suciedad atrás.

El camino sembrado de espinos
está reseco y con él se fueron mis dolores.
Espero una mirada tuya,
una palabra que me advierta
que no te has ido, que aún estás aquí
para escribir versos nuevos,
aquéllos que no te enojen.

Levanta tu ánimo caído sobre mi vientre
y piérdete de una vez por todas,
junto al placer de amor que te ofrezco
sin pedir nada, sin exigir compromisos,
aliados por nuestras palabras
y alcahueteados por nuestros anhelos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio  4/11

CROANDO (279)


CROANDO (279)

Amanecí con un grillete entre mis piernas,
una venda en mis ojos y un atajo en mi corazón;
un grito ahogado que no puede salir,
pues está vedado para mí...

El alma en las manos y un ramo de flores de loto,
bellas todas y todas para ti
con la nota habitual pero impronunciable:
Te quiero, te quiero...

Un croar interminable desde mi oscuro lago:
Mirar con los ojos cerrados,
escuchar con el alma proscrita, humillada
fatigada del amor prohibido por leyes mundanas.

Cuánto desearía ser ésta ranita desnuda,
mirando al cielo sin pensar en el mañana,
vivir sus instantes, sin creer que una garza vendrá
la engullirá y al fin será silenciado su croar.

Amor mío, ¡qué círculo extraño! 
Un pasadizo cruel
tocar tus manos desde la niebla de mis ojos,
besar tu boca desde el aliento de la mía,
abrazador calor perdido entre sábanas,
canto suave desde mi gigante encino
sin encontrar quién escuche tan bello trino
y sin un beso con sabor a tu licor preferido
ni un abrazo en mis mañanas
ni una mano que acompañe un día domingo
a creerme santa porque voy a misa.

Seguiré croando: Te quiero, te quiero, 
hasta que la garza negra o el águila viajera
vengan por mi.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 5/11

MATANDO FANTASMAS (280)


MATANDO FANTASMAS (280)

Miraba el lago de cristal,
 era La Gómez.

Nos encantaba ir hasta allí,
los besos, los arrumacos,
el agua helada, los peces
que llegaban a mis manos
y se alimentaban de mi boca.

Sentí tu mirada negra y brillante,
tus manos, dedos largos y suaves
que se posaban donde quisieran...

Mi boca joven, mirada dulce, enamorada...
Cuerpo encantador el tuyo,
siendo uno solo con el mío...

Un tibio beso se alargaba
mientras nuestros brazos,
en una caricia ardiente se entregaban.

No hacía falta más...
Me encantaban más las caricias,
era un todo, el roce de nuestras intimidades,
el mordisco como a fruta tierna y delicada,
la lengua que buscaba el néctar preciado.

Te entregué más que mi vida,
el tiempo era todo para ti,
las sonrisas y miradas
los sueños, mis alegrías ...

Nunca aprendí a ver hacia otro lado,
mi fidelidad era total junto a mi entrega,
como se abandona  el sol a las mañanas
y la brisa al besar las hojas de las palmeras.

Desaproveché oportunidades por ti,
no quise ser alguien importante,
no quería apartarme de tu lado.

Más tú, a la primer oportunidad
volaste  sin importar mis heridas...

El llanto constante casi me lleva por el viento;
me perdí con la noche  y su negritud era yo misma,
la soledad era el cántaro vacío de mi existencia.
¡Mi vida eras tú!... ¡y te habías largado con ella!...

Tu regreso fué más cruel...
¡Ya no me reconocías!... el dinero te llamó,
la ambición fué más importante
que la claridad de nuestro lago compartido.

Hoy eres un doctor,  tienes todo lo soñado.
Ser médico viajero con los bolsillos llenos;
yo una pobre imbécil soñadora
que abandonó todos los sueños por nada
y que aún hoy cree que tu amor fué sincero.

Vuela, vuela alto corazón de fuego...
Cometa que derrites mi alma,
sólo cenizas quedaron escritas en el dolor
que se perdió por siempre en el mar azul
y en el lago eterno de mis quimeras.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 12/11

ENTRE LOS GUADUALES (281)


ENTRE LOS GUADUALES (281)

Descansaban nuestros agotados cuerpos,
la silla de ruedas volaba,
la lluvia caía sobre nuestros rostros,
iniciamos un atajo, el más triste para mí
para salvar la vida.

Un gran golpe sobre mi rostro,
una palabra dirigí: No serás nada para mí,
nunca entregaría mi vida a un macho cabrío
en quien alguna creí.

Una carrera presurosa, un escondite ligero,
entre los guaduales, corriendo aprisa con terror
al paso dificultoso por la carrilera,
¡y al fin!... después de larguísimo tiempo
ocultas todas en mi pequeña casa
casi perdida en el enmarañado monte
que con tanto sacrificio construí.

Ya estaba todo, sólo 8 días faltaban
y un presentimiento: 
¡No quiero, no quiero!, 
Dios Santo, ¿qué haré?

Sonaron los primeros golpes,
gritos, la furia, el arma en sus manos
mi corazón palpitante...

Ella corrió apresurada,
Diana se aseguró también,
y quedé en desamparo total
frente a sus garras...
Me agaché un poco bajo la ventana
mi silueta se reflejaba con la luna
sobre la pared.

¡Ven amor mío, hablamos!... ¡ésto no puede ser!
no puedo quedar de burla ante mis amigos,
¡ya todo está preparado!

Las tejas empezaron a crujir,
los gemidos, las carreras,
los vidrios empezaron a caer
y el arma asomó junto a unas torpes manos
que halaban el gatillo
directo a mi cabeza.
Mi silueta me salvó la vida.

Policía, tarde como siempre,
sangre en el camino,
un arma oculta que la luna divisó
escondida entre una gran matera,
ellos sus amigos, lo llevaron preso,
¡qué rápido salió!...

Mi vida hecha pedazos...
Su lengua mordaz dañó mi reputación,
un cuchillo en mis manos dijo que dañó las suyas
mientras con los golpes a las ventanas
los vidrios marcaron una A de por vida...

No bastaron ruegos, llantos ni súplicas,
mi vida se convirtió en una pesadilla,
mis pasos con su sombra,
mi corazón era el palpitar de una paloma
en las garras de su depredador.

¡Oh vida!... ¿qué circo inventaste para mí?
Mira que aún me persigue
y el huerto sembrado murió,
mis niños se perdieron en el monte,
mis amigas del alma abandoné...

Dejando todo lo luchado, lo sufrido,
por la maldad de un macho cabrío,
que indolente y atrevido deseaba tomar mi vida
y arruinó una historia sin contar,
con sangre sobre mis flores mustias
y con látigos de lengua malvada
sobre la vida de mujer honrada
me obligó a volar lejos de sus garras
para en un lago azul estar.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio  6/11

MYRIAM JARA (282)

MYRIAM JARA (282)

Hoy me pregunto:
¿Porqué lo más amado?
He consentido violetas, lirios, azahares,
he viajado por el espacio infinito,
mis alas siempre han sido firmes
mi voz un poco tímida.

Encontré cardos espinosos
casi muero entre sus llagas...
Hallé tibios besos que la brisa se llevó,
abrazos cálidos, ardientes
que bajaban por los cerros de mis pechos
y se fundían en mi corazón.

Descubrí el valor de las palabras...
El sentimiento de un abrazo
 a través del espacio
sin tocarte siquiera.

Los consuelos preciosos de alguien,
un ser maravilloso que estaba ahí
que te escuchaba, te consolaba
que te decía: ¡ánimo amiga!
aún hay tiempo para el amor.

Descubrí que la amistad no tiene fronteras
que el amor desborda por ríos caudalosos
que descienden desde oscuros cerros
y bajan como cascada cantarina,
te besa y alivia con sus cristales
iluminándose como un iris de colores.

Encontré, que tú amiga, eres un ser especial
tu luz llenó mi rincón de bellas frases,
de encantadoras y guaches sonrisas
entre imágenes perversas que iban y venían.

Entendí que algún día no muy lejano
podría darte un gran abrazo,
decirte "gracias" por cada palabra
por cada sonrisa que llegó a mi rincón,
por cada verso entregado, cada video
donde danzabas como una grulla,
y donde mostrabas como una niña
que eras un ser de luz para los demás.

Por todo y por más... pedir a Dios por ti
siempre, que te aliente y te conforte,
que te mantenga firme como una palmera,
y que tus palabras y tus acciones
a favor de los enfermos y necesitados,
sean un eco de amor que retumbe por siempre
en todos los corazones que te amamos
y que hoy como una sola bandera
rogamos por tu bienestar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 22 7 11



QUÉ SUENE EL VIOLÍN (283)


QUÉ SUENE EL VIOLÍN (283)

Los otoños me llenan de nostalgia...
Volaron sus hojas con las aves blancas,
la melodía empieza... su cadencia es armoniosa.

Blanca aurora entre mis manos, ojos tristes,
el muerto está ahí, ya no entona cantos al amor
se posa lánguido y frío entre sus manos.

Acaricia de nuevo el cóndor que viene en sueños
sobre la marea acusadora y fúnebre.
La fiebre que levanta tempestades ha huido,
sus hojas cayeron, ya no llevan tu tiempo
quedó entre rosas deshojadas,
flores del camino con nostalgia en las miradas.

Sones interminables... velas encendidas...,
café caliente, chocolate espumoso
que se desvanece en silencio en nuestra boca
con aquél nudo que suele agitar nuestra garganta,
mientras la música tocada por otros
continúa su ritmo interminable.

Ya murió el encino, mi refugio,
murieron las sonrisas con el violín,
ya no hay manos que toquen;
abandonado se encuentra en su esquina
aquél, el  de siempre y por siempre
sobre el oxidado gancho en la pared.

Tarde de colores rojos encendidos
al turbio gris de atardeceres mustios.

¡Madera!... no silencies,
viene un amanecer dorado entre la bruma
que se desvanece en el lago cristalino,
donde extiendo mis blancas alas
y me entrego a ti,

con suspiros de luna clara
violetas encendidas y el llanto de un violín.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio  7/11

SUEÑOS (284)


SUEÑOS (284)

Sería una gran bailarina de ballet...
Mi padre me observaba con sus medias puestas
danzando de la cocina al callejón que llegaba a la calle,
la música, poesía a mis oídos... grandes maestros
la tocaban sólo para mí...

¡Deja esa vaina!... ¡parece música para muertos!
Más yo sonreía alegremente, danzando al viento
con la aprobación y las sonrisas tan amadas
que se esbozaban conmigo de contento...

No hubo dinero... el tablao murió y los sueños con él...
Decidí entonces que viajaría,
no quería ser más carga para mi viejo
trabajaría y sería una gran actriz,
lo intenté... viajes a pié desde mi casa
hasta Comfamiliar creo se llamaba.

Unas cuantas clases con un actor conocido...
Estuvo en "La María", pero su nombre olvidé...

Tienes talento, dijo un día...lo lograrás si continúas...
También ahí se quedaron ellos,
grandes llagas en mis plantas
pues si llevaba para la ida
mi regreso era a pié...

Vinieron trabajos que sólo alcanzaban
para escoger trapitos de remate,
y llegar a casa de nuevo con sólo una sonrisa
Sofía las ha de recordar.
la alcancía gigante otra vez vacié...

Pedro y su negocio, poca paga...
Quizás un par de zapatos, el resto... ni pa qué...

Aburrida me largué en avión,
para eso trabajé
como burra arriada por machos
o bestia azotada por el arriero.

Vino Sabana de Torres, pocos años,
allí perdí lo más querido,
abandoné mi nido y eché a volar.

Tona, el más precioso de todos...
Bellas amistades, lindas abuelitas consentidoras,
paisajes divinos con cascadas cantarinas
mi novio Adel... el de mirada de poeta
cuerpo con olor a pino fresco,
más éste sueño tampoco fue...

Casi azotada por ruegos, 
mi trabajo abandoné;
una gran empresa se iniciaba,
tan sólo seríamos tres...

Mucha furia, ganó la envidia,
tanto dolor recibido, que terminé postrada
aquí, cerca a un viejo computador
quemando ollas, limpiando siempre
el sucio de los demás...

Más a pesar de historias sin contar,
aquí sentada viendo entre cristales
escribiendo notas que alguien lee,
me siento bien. 

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio  7/11

EL DORADO (285)


EL DORADO (285)

¡Dórame sol del amanecer!...
La magia de tus fantásticos rayos quiero,
tu regocijo de amor ardiente
sobre mis plateadas  canas...

Magia de color que corrompe al hombre,
duros corazones indolentes,
trabaja de sol a sol sin ver tu magia
mientras yo... me sonrojo ante tu belleza.

!Amarillo!, el que adorna mi bandera.
Desolados se dibujan hoy los valles,
muchos tu vientre usurparon,
han vaciado tus entrañas,
más pródigo me regalas
todo el oro sin mover siquiera una pala...


¡Dorado!... eres tú la fortuna más amada,
Gratis es tu amor,  lo cobijas todo.
Visítame de nuevo, llena mis vacías arcas
bésame desde el alba
hasta que la lluvia te desvanezca.

Escucha mis suspiros...
Te diviso desde mi ventana gris
con mis ojos conmovidos hacia ti,
diseñador, pintor de magia desde las alturas,
me extasío contigo, me entrego a tu amor
mientras me besas con tal pasión
sin esperar nada,
tan sólo una sonrisa de mi boca
al abrazo placentero de tus rayos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 8/11

MIS VUELOS (286)


MIS VUELOS (286)

¡Se mueve!... se agitan de nuevo
desde mi enmarañado corazón
cristales de sueños perdidos
que el viento ya no mueve.

Mirada perdida, lejana...
Alma evaporada con el canto sonoro
de las aves que peregrinan de árbol en árbol.

¡Oh! ... rojo amanecer de fuego
que se ha marchado llevándote contigo.
Amor... dulce amor, desde  los valles te siento,
me besas desde las cascadas que rebosan
y se alejan para fundirse en besos con el mar.

Allí están todos...
Las almas de los viajeros desolados
danzan en caballos de fuego,
se pasean por los altos cerros...

Aún escucho sus bravíos gritos desde el cielo,
presagian guerras, tormentas, cosechas angustiosas...

Penetran los rayos de sus almas idas...
Dolor de espinas incrustadas en sus vientres.
Mataron lo más amado de su vida
sus propios sueños no nacidos...

Ven tesoro mío...
Cabalga conmigo a la par de mis sueños.
Un gemido lastimero hacia la luna,
tus manos extendidas
pero mi alma es un lucero en la ventana de tus ojos.

Escucho tu canto agudo y me entrego
entre la neblina que guarda espejos
y las marañas de tus atrapa sueños
donde te diviso varonil sobre tu caballo pinto,
y vienes...  enciendes el fuego apagado
y te alejas conmigo hacia el cerro de tu cuerpo
donde la libertad se iza hasta el vértigo del mío
dentro de tus plumas de valiente cazador.

Mirada perdida en el horizonte
al cobijo de un rojo atardecer
que finalmente me guía y transporta
hacia tu corazón ardiente
que parece una llama a la distancia.

Tus brazos abiertos y en cruz
se parecen al del amor herido,
pero te encuentras al fin conmigo 
entre las montañas más virgenes
brotando una flor dorada
que llena el paisaje de luz.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 8/11

DESDE MI VENTANA (287)


DESDE MI VENTANA (287)

Desde mi ventana te sueño cada día...
Cántaros de lluvia caen  desde el  cielo,
ojos se pierden en la inmensidad
buscando en el paraíso cisnes blancos
que se mecen sobre el lago azul de tu mirada.

Casi que a hurtadillas me levanto
imaginado entre mis sábanas
el más cálido amanecer.

Tu voz  ruidosa y llena de luz
endulza toda oscuridad
con tus  besos de adorado ruiseñor.

He tocado tu pensamiento
que va ligero por el mío;
llego a tu cornisa y me quedo
de amor suave y perfumado
viajando en alas de colibrí.

Y en la penumbra iluminada por sus  rayos,
el estruendo ya no asusta,
ya me gustas soledad,
la mente se transporta
ha llegado a la montaña
en donde el corazón espera,
hallo tu boca, mi manantial,

te besa
te acaricia, 
te siente
aunque no estés aquí.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 9/11

PARA FACUNDO (288)


PARA FACUNDO (288)

Mientras mis rosas pálidas adornan tu ataúd
y desapareces con el verdor del bosque,
los búhos continúan su canto triste desde un encino
y las alondras viajeras entonan himnos al amor,
carroñeros tristes divisan desde el aire
con la certeza de que allí hay más de una flor,

Cayeron con las dagas del odio,
veneno maldito que hurta la belleza,
mutila brazos y piernas y sella labios...

Niños y viejos cantores, bocas  que hablan de Dios,
elevan la voz de los fríos que posan tristes
bajo cartones en cualquier esquina...

Mientras vivo soñando con un día mejor,
llegará ese en que también silencie mi voz
y los espinos del camino ni me rocen.

Nos hemos acostumbrado al dolor
tanta sangre esparcida ha hecho que aún entristecida
siga viendo cómo los buitres de dos patas
deambulan con los fusiles del hambre no saciada,
y cómo, sin pudor ni temor a Dios
asesinan la vida del honrado y matan las palabras,
las santas y fuertes palabras de alguien que no tiene temor
porque él siempre estaba sobre su espalda,
como hiena hambrienta,
rugía sobre su débil cuello, 
pues tenía miedo siempre
de su soberbia voz.

Música, te han  callado... 
Los buitres están hartos de carne, están tristes,
ya no quieren devorar más. 

Sus miradas oscuras
son el luto que a la distancia
perciben el olor nauseabundo
de los vivos que asesinan la vida.

Los imagino hacer cola por la paga, ¡qué triste suerte!
No llenarán sus estómagos pues siempre estarán vacíos,
sus almas no encontrarán reposo, nacieron para el mal,
de él se nutren y alimentan.

Sus corazones dejarán de latir pronto,
Dios llegará finalmente,
tomará entre sus brazos a los inocentes,
cambiará el destino de los buenos que llevará consigo.

Nadie dañará más su obra hermosa...
Las flores del campo seguirán perfumando
mis rosas llegarán a tu camposanto aunque no me veas.

Tu  suerte es hoy,
porque un paisaje nuevo verás
en medio de un mundo blanco
adornado con semillas de agraz.


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio  10/11



FLOR DE HOY (289)


FLOR DE HOY (289)

He recordado los besos más tiernos
las caricias más pródigas cada amanecer,
los besos dados hasta el desperdicio.

He sentido el deseo de levantarme
mientras otros duermen sin soñar...

La mañana es silenciosa y solitaria,
aún no ha llegado el mirlo que canta,
que entona un madrigal
aferrado al gajo más moreno 
 del árbol en mi puerta.

Hay un vacío extraño en mi corazón
las palabras añoradas no se pronuncian,
las manos dejan de acariciar
y el escozor de nuevo llega a la piel
con un sabor a otoños que no volverán.

Siento la boca reseca y nada apaga mi sed,
los ojos miran sin encontrar otra mirada
ni unos labios ansiosos de ser besados,
ni un pecho que suene a la par con el tuyo;
ni un calor que desee fundirse en tu flama
tan solo una encendida llama
que poco a poco se apaga ...

¡Canta mirlo negro de patas amarillas!
El árbol se siente de nuevo solitario
mientras amanece y no te veo ni te siento,
mis manos advierten  el vacío
el alma no tiene sueños en su cofre,
ni te sientes el poeta del bosque
que adorna tu vida de flores y perfumes.

A pesar de todo y ante cualquier duda,
hoy es mejor que ayer.
La luz que amanece en tu cielo
es la misma que ilumina a todos,
su aura no es indiferente
al madrigal que me despierta pensando en ti.

Que la magia continúe, que el payaso sonría
que mis besos y mis abrazos no se vuelvan tibios
como los nevados eternos  de las montañas,
ni como el alma del hombre si en sus entrañas
apagó el fuego para prenderlo en otro leño 
porque se agotó el aceite y  la brisa
para encenderlo de nuevo.

Que no se agoten las sonrisas, 
las voces callan, ¿qué se hicieron las guitarras?
No hay tiple ni carranga, 
ni manos amorosas que regalen una flor. 

Aún así, en este momento, 
la vida es lo mejor que me ha pasado,
y el desvelo alarga mi existencia
en un silencio fúnebre 
que guarda la dulce voz del viento.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio  11/11

UNA ROSA (290)

UNA ROSA (290)

Alguien plantó una rosa en mi corazón,
su color es encendido
rojo púrpura, se llama felicidad.

En mi asombro veo otros paisajes,
las rosas de verano existen
son mojadas con el rocío 
que deja a su paso el sol.

La soledad huyó en la mañana,
se ocultó en cerros que miran a tus ojos,
la alegría ha retornado a mi alma,
mi estancia se ilumina, sólo hay música,
las melodías llenan mi solitario espacio,
las danzas agitan mi cuerpo con temblores nuevos.

El corazón palpita, miles de rosas
entre pálidas y encendidas 
me dibujan un nuevo rostro,
es el color de la fantasía, 
de la ilusión, de la esperanza;
del amor que creía perdido 
entre los escombros de la existencia.

Amor... ¡qué bello eres!... 
¡Te sentía tan lejano para mí!
Pero alguien sembró una rosa 
en mi mustio corazón...

No te marches nunca 
que jamás aparezca tu despedida
haciéndome guiños a la distancia.

Sembraré para ti violetas encendidas
añoradas y desconocidas,
serás en mi jardín el aroma que incita
a escribir versos de amor.

Te recibiré cada mañana con una nueva flor.
Radiante de pasión estará la primavera.
Sobre los pliegues de tus labios
expandiré  pétalos encendidos
tu cuerpo será la tierra y el agua
en donde echaré raíces 
y estaré perfumada para ti.

Te sembraré de besos nuevos desde el amanecer
y entre los dos recogeremos la cosecha,
de mis sueños en los tuyos.

Las semillas nos convertirán en rosales
ahí encontraré más sentido a la vida
y el jardín escribirá en sus hojas
 que tú eres mi amor.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, junio 11/11

MI ALIENTO (291)


MI ALIENTO (291)

¡Qué serena está mi alma!
¡Qué dulce está mi corazón!...

Nace una oración para ti al mirar el cielo de hoy.
Tu majestad divina 
me muestra paisajes olvidados,
tan bellos y cálidos
nunca antes vistos...

Te hallo en el silencio...
En la quietud de las hojas,
te escucho en el canto del sinsonte de mis horas idas,
te veo en los ojos que no me ven, 
pero presiento que eres tú
llenando mi inquietud de fortaleza.

Mi soberbio  amor, 
eres la magia que alienta mi vida,
el sol mañanero de rayos claros,
la gota de cristal límpida cual perla
que brota por mis ojos...

Eres la vida nueva en resecos arenales,
eres lluvia fresca en corazones vacíos
donde tu existencia no se reconoce...

Eres mi voz, mi opaca voz que por ti suspira
eres mi salud, los ojos de mi madre bella,
los de mis amigos, los de mi amor...

Roja sangre perdida en tu clamor,
llagas humillantes, corazón triste
mírame hoy, mis ojos te buscan,
mis manos te tocan y anhelan...

Brotan de tus llagas cristales de vida,
tus tristes y ensangrentadas heridas,
tú mi amado, tan amado mío,
tan bello, tan sufrido... ¡tan rico en calor!
en abundancias desperdiciadas...

Tú mis sueños, 
mis fantasías,
a veces tan lejano
y a la vez tan mío...

¡Oh! ...¡calor de oriente!
Rayos interminables de bondad
lluvia desbordante, sol naciente,
dorados trigales de mi corazón...

Vertiente amorosa de colores,
troncos yertos por manos ajenas,
mientras tú, amoroso siempre
sigues dibujando de magia la vida
por igual, sin distingo alguno...

Tu mirada invade mi ocaso,
hace palpitar mi corazón por ti.
Me elevo hasta tus manos suaves
y me tomas, me acaricias
con los suaves besos de tu amor.

¡Mira como corren desbordantes ríos!...
A todos conviertes en uno solo,
se desbocan arrogantes cual manantiales
que serán cascada en un instante
y arrasan con la suciedad.

El hombre se ve obligado a doblar rodilla
pues han visto que su propia maldad
hoy se devuelve contra ellos,
más te culpan a ti 
al responsable del amor 
condenan sin piedad.

Dame un beso para fundirme contigo
un abrazo cálido de padre bueno
que someta mi altivez a tu nobleza.

Quiero ser arroyo que se desborde
llegue cual fuente cristalina
y me convierta también en uno solo
con los afluentes que llegan al mar.

Eres el iris...¿quién no te quiere ver?
Te muestras en la esencia de sus cristales.

Eres mi todo... eres mi nada...,
eres toda esa luz que se pierde contigo
con un nuevo atardecer...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 12/11

CAUTIVA (292)

CAUTIVA (292)

Cautivo está mi corazón,
ya no hay espacios para recorrer;
mi tiempo es tuyo aunque no lo creas.

Suspiros envío desde el amanecer,
los sueños tristes se acabaron...

No importa, si la alondra o el jilguero,
si la lluvia o el sol, 
si las miradas hoscas,
si los turbios días...
Me importa tu hoy 
con el mío.

Tu perfume a veces tan lejano...
Siento mariposas volar en mi pecho
cuando llego a tu jardín y te marchas,
si deseo hablarte, te escondes...

¡Qué triste acuerdo en las penumbras!
Más aún así, nada importa...

Es  tiempo para compartir instantes,
segundos que ansío retener.
Vida mía, amor mío  ingrato,
no dudes de la verdad de mi amor por ti.

Déjame seguir soñando de mañana,
creer que la luz nueva eres tú,
que la vida lleva tintes violeta...,
que el tiempo se detuvo para mí.

Permíteme creer que no estoy muerta,
que la vida se adorna de flores nuevas,
que mi jardín se llena con tu aroma,
que tus ojos en los míos son luciérnagas...

Que encendidos como flamas vivas
nos veremos sin mirarnos,
nos besaremos sin tocarnos...

Nos fundiremos en uno solo con el pensamiento
y nuestro amanecer será una sonrisa fresca
una motivación para seguir adelante
sin importar los cardos, ni sus venenos;
sino creer que el amor es compartido.

No seremos dos,seremos uno,
con un brindis de cuerpos añejos
en la exquisitez de sus tiempos,
en  el instante preciso
para libar sus  esencias.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 13/11

MARIPOSA AZUL (293)


MARIPOSA AZUL (293)

Aparece una mariposa azul,
sus manos son música y magia...

Su cabello es dorado sol sobre su espalda,
su blancura envidiarían los nevados de mi patria,
sus manos acarician flores para dar vida nueva.

Llegó una mariposa azul muy danzarina;
mirada joven, cuerpo de gacela...
Sabe volar con su juventud y sus encantos,
tu mirada estará sobre ella,
contemplarás la magia verdadera,
ya no querrás a una mariposa de alas rapadas...

Ha llegado la mariposa azul a tu jardín...
En el mío las flores las resecó intenso verano,
 tus ojos languidecen por su amor,
por mí, ni un verso apagado...

¡Vuela mariposa de alas bellas!...
Tu corazón semejan las nubes que miro en el cielo,
tus manos tentáculos absorbentes
que roban el dulzor de sus entrañas
y me llena de nuevo de nostalgias...

Entrégate con la juventud que te renueva...
Me quedaré otra vez sobre mi banco,
soñaré con tus besos de brisa fresca
mientras un nuevo verso sale de mi alma.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 14/11

SOBRE LOS CEREZOS (294)

SOBRE LOS CEREZOS (294)

Una estación nueva en mi vida...
Me encontré sobre los cerezos;
las hojas habían muerto,
mis alas rotas no estaban
sólo tu recuerdo.

Decidí tomar las más apetitosas frutas...
Eran jugosas con ácido y un dulzor encantador.
Sus ramas eran cálidas a pesar de estar sin hojas,
la brisa besaba mi rojo traje abrillantado por las horas
en que compartimos sueños y fantasías.

Mis ojos cambiaron de color con cada madrugada,
cada rayo de sol, cada canto de ave nueva...

Decidí que hoy  no inventaría cuentos extraños,
tú eras el sueño ansiado sobre mi cerezo,
eras la nueva aurora consentida en mis soledades,
la lluvia fresca que caía sin descanso sobre mi alar,
los besos cálidos de sol en el atardecer...

Ideales soñados se habían esfumado con tu mirada
aún ajena, sin consentir ni besar...,
tus alas sobre las mías sentidas en alocadas fantasías,
tus plantas pisando cardos nuevos de espinas suaves,
tu pico dentro del mío probando semillas rojas y jugosas...

Miré hacia atrás y me avergoncé...
¡Cuántas horas de soledad y llanto!
El vacío llenaba mi vida, mi espacio era la muerte...
Las violetas de siempre eran pálidas rosas..,
mis ojos se perdían sin fuego y sin aliento,
pero llegaste así de improviso, sin avisar
en el momento preciso.

Más cada día hay un nuevo presentimiento,
una angustia nueva donde no habrá retorno,
mis manos no te alcanzan ni mis alas te rozan
la lluvia no te llega a la vez que a mí
y no puedes levantar vuelo,
ni yo tampoco...

Aún así,  es un regalo sin abrir maravilloso
un momento irrepetible el instante de la flor.
El momento que no perderé 
ni ahuyentará nubes grises.

Vendrá una aurora nueva...
Será la más hermosa si estás ahí.
Imaginaré  que muero entre los cardos
si te marchas sin motivo y te alejas sin excusa,
y me abandonas otra vez a mi suerte,
la de siempre, desde rincones oscuros
donde la muerte llama
y me escondo aprisa para burlarme de ella.

Te esperaré en mi cerezo cada día, 
una jugosa fruta aguarda por ti, sin sueños vanos,
ellos quedaron rezagados y olvidados
y los momentos bellos y hermosos
están contigo, entre la brisa que nos acaricia
los besos y suspiros que llegan
entre marañas del camino y cristales enmohecidos
de pantallas y luces encendidas 
que mueren en silencio
con un suave toque de tus manos y las mías.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 14/11

ROBANDO FLORES (295)

ROBANDO FLORES (295)

Hoy entré a un hermoso jardín y me robé unas flores,
rosas bellas encendidas del amor de mis amores,
robé otras que parecían pendientes
qué bien los conocía en otro espacio
en aquél pueblito frío, donde de amor moría...

Llegué al huerto de un amigo
casi a hurtadillas,
las copié y las pegué y funcionó la magia,
me quedé con sus perfumes entre mis violetas
y formé un ramo encendido con un lazo rojo...

Quise demostrarle lo que algún día sentí por él
y casi como una ladrona cibernética
como la primera vez,
entré a su huerto lleno de perfumadas flores,
todas tienen un canto a sus amores
al color de su piel dorada
de una rica y gordita boca
que incita con ardor a saborear su miel.

Ya no entraré más a tu jardín como ladrona,
te has ganado una orquídea perfumada...

Por mi parte te la entrego
con mis espigas doradas
y un canto suave al amor,
al calor de una mirada,

al suave roce de tus morenas manos,
a tu cuello quemado por el sol gaucho
y a tu luna bella y dorada...

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio  14/11

MI JARDÍN (296)



MI JARDÍN (296)

En mi jardín, con tan cándidas flores,
orquídeas negras, blancas azucenas,
lirios del valle de sonrisas plenas...,
ojos tranquilos color del mar 
o de profundidad llenos...

Estuve aquí, casi que el único ramo logrado...
Me aferré como cinta roja entre tus manos,
cual gaviota herida que desea un rincón
más sólo encuentra de nuevo sus alas rotas
abandonadas sobre la suciedad del arenal
y despojada de sus vestiduras...

Me  senté de nuevo...
No es verdad que tenga todo el tiempo,
escribo directo a la pantalla,
le robo los ojos a las luciérnagas
y me extasío con cada mirada...

Ya no importa si mostré mis piernas...
Si mi boca anhelante queda en espera,
si mis brazos caídos sobre mi cuerpo,
si la tristeza me arropa con su manto suave
y agoniza con un temblor entre mis llagas.

¿Acaso alguien me propuso amarte?
Vinieron flores, llegaron los amantes solos,
encontraron tibieza en un huerto solitario,
y se aferraron como hiedra por sus brazos
se extendieron como el mar sobre la arena
y se esfumaron con él, siendo uno solo.

Si te vas de mi rosal hermoso,
quedan las violetas encendidas de mis ojos,
lágrimas sobre la estancia renovada
el llanto de hoy no regresará,

si regresa, será por tu  amor delirante y prisionero
que nunca morirá, pues el canto del sinsonte
estará  ahí en mi gigante árbol
por siempre con un ruego para el cielo. 

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 15/11


SI SUPIERAS (297)

SI SUPIERAS (297)

Si supieras de mis besos
sobre blancas sábanas
derrengada de amor y fantasías...

Cuántas horas en mi huerto 
ilusionada con los rayos de luz 
que se colaban coquetos 
por entre las ranuras de la ventana.

Si escucharas mis suspiros
entristecidos y lejanos
vestidos de dolor ante duras palabras
matando de a poco el amor que había.

Cuántas auroras por admirar,
me quedan pocas,
mutilado está mi cuerpo
no soporta más heridas...

¡Si comprendieras!
El manantial de mis vertientes se agota,
tibio baja por las piernas,
brota a raudales desde mi corazón
y se cierne entre espejos  de agua
que desbordan de mi regadera...

Si supieras que ya no tengo alas,
fueron mutiladas muy temprano,
se encuentran caídas, parecen troncos viejos
y reposan sobre una silla fría...

Si miraras a mis ojos me verías,
ya no hay fantasías, han viajado todas,
sólo quedan juegos internianos
que parecieran besos inhumanos
que mueren en el aire
y agonizan en ataúdes fríos ...

Si encontraras el brillo de mis ojos
notarás que ya no hay lágrimas,
que resecos ven al infinito...,
así aquéllas flores que yacen sobre lápidas
y no habrá derecho al retorno,
se irán con las golondrinas del camino.

Si por fin me vieras con tu alma
entenderías la angustia de estos momentos...

Tal vez entre los cardos que camino a diario,
me enviarías un beso de tus labios,
una canción de amor.

Acepto una palabra de luz clara 
así como luna llena
se refleja dulcemente entre cristalinas aguas
con el brillo celestial de nubes nuevas
que se pierden entre los cristales
que nacen de los manantiales.

Desde el oscuro rincón del pensamiento
que llora por la ausencia del amor,
y por los besos ardientes de mi boca
ocultos en la oscuridad de turbias aguas,
que no reparan mi presencia
ni retratan mi rostro sobre su fango muerto,

invito al colibrí sobre su flor
en este momento de calor,
ya que el sol pega fuerte 
y ella perderá de a poco su color.


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 15/11

MI TÍA MARÍA (298)


TÍA MARÍA (298)

La tía recorrió muchos caminos,
sus ojos me lo dicen
mientras con un abrazo advierto,
que su historia contaré...

Ella, nobleza pura de santa dama
en su mirar lo refleja todo,
sus manos envejecidas  y arrugadas
contarán historias sobre panes amasados,
sus piernas encorvadas nos dirán
que fueron 15 hijos creo...
con el mismo varón de sus amores
a veces  tan duro, otras tan lejano...

Mi tía y mi madre... sólo están las dos,
ella en un asilo de monjas,
mi madre, cerca de mi corazón.

Ella cultivaba rosas gigantes,
cardos divinos de extrañas flores.
Era cándida, risueña... tímida...,
abrigadora en días de invierno frío
regalona de ropa hermosa
para que nos viéramos preciosas.

¿Cómo olvidarle si con sus dulces palabras,
parecía cabrita con las tetas llenas
repartiendo a escondidas lo que podía,
dentro de la abundancia de sus días?

Dama respetada por la nobleza de su casta
fue la humildad para vivir 
con tantas horas y plegarias
acompañada de sus mejores amigos,
el trino alegre del toche
y el colibrí anidando en los rosales...

La bella encantada con sencillas cosas,
la mariposa de colores que danzaba
y besaba sus flores amorosa...

¿Quién no quiere una tía así?
Es mi cándida flor en días tristes,
con sonrisas lo arreglaba todo,
y con un abrazo abrigado
dentro de su acolchado traje
miraba al cielo y planeaba todo
al acomodo de Dios.

Agradecida me enseñaba una oración,
mientras en sus manos arrugadas
guardaba un bocado de alimento
para dejarlo dentro de mi boca,

me estampaba un nuevo beso
y me entregaba la candidez de su  sonrisa
con sus ojos empañados
por una vieja tristeza.


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 16/11

QUIERO (299)

QUIERO (299)


Quiero aprovechar los instantes que me quedan
para decir: "los amo",

enviar rosas púrpura desde mi rincón,

abrazar, besar, decir que eres mi consentido,

eres mi tierna amiga y fuiste un motivo hermoso en mi vida...


Desperdicié momentos,

 pero que tal vez Dios decidió que fuera así.


No apetezco el odio de nadie,

me perdonan si dejé de decir algo

en el momento preciso...


Antes de partir es mi anhelo

escuchar de nuevo el mirlo cantar desde mi árbol,

así entenderé que son tus besos no enviados

y los recibiré como violetas en mi corazón.


Quiero que al sellar mi tumba con un poco de arena

o de la tierra negra  que arrulló mis pasos,

mis palabras no mueran, que permanezcan...,

que sus corazones se ablanden,

que regalen un saludo,

que no dejen con la palabra en la boca a nadie...


Quiero que la bandera de mi patria me cubra,

que mis ojos no sean cerrados


para permanecer con todos y ver sus miradas,

descubrir el sentimiento de ellas en las mías.


Quiero un beso tierno

una mano de niño sobre la mía,

la mirada de mis cachorros 
felices en alguna estancia...


El abrazo de mis seres queridos,

un beso tuyo no imaginado

que se transporte hasta mi lecho frío

y que con mis ojos idos,

pueda contemplarte

y con el alma sobre el alero de tu ventana

así  extasiarme,


hasta que llegues finalmente

y te pierdas en el horizonte que vislumbro,

entre amapolas, lirios,

colibríes nacarados

nardos encendidos 
y mis orquídeas preferidas
pegadas del mejor árbol de la vida.



Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 13/11