sábado, 22 de agosto de 2020

PALOMA

 PALOMA


La enamoró con un rayo de plata

con el fulgor de sus ojos

y la brillante gema 

que entre su pecho saltaba. 


Fue una gota de rocío en un lago...

Cruzó el estero de su cuerpo

y se plantó en su tierra morena.


Su mundo fue silencio

se durmió en un lecho seco

y antes de morir en un corto sueño,


recordó lo sublime 

que bajo sus alas

hacía saltar aún más 

su corazón. 


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla 01 07 20

240619 VERI

 240619 VERI


Son las 11 am, Veri, un pedacito de sol de  una libra y algo, me ve a los ojos, ahora sólo tiene ojos inmensos y su piel cubre el esqueleto que alguna vez corría veloz a mis brazos y se hacía ovillo sobre mis pies.  


Cada día me despido de alguien, no acertamos cuando el comején se hace cargo  y llena de tormentos a los inocentes y vuelve la vieja pregunta: ¿por qué deben sufrir los animales y los niños?, es algo que no entiendo, tal vez los ancianos, o los adultos, ¿pero los niños y los animales?, algo quedó mal hecho en el universo y peleo con Dios, luego me arrepiento y agarro una bata de dormir  vieja que huela a mí y envuelvo a mi pedacito de corazón  en él. 


Paseó su mirada como para recordar el lugar en donde pasó su vida inocente y luego fijó sus ojos en mí, en este momento comprendí todo y la llevé al lado de su madre Chiqui  jadeando se recostó sobre ella y le robó su último suspiro. Después de ahí todo fue paz, hasta la madre se tranquilizó y cabizbaja aceptó que tomara lo que había quedado y lo guardara en una cava con suficiente hielo mientras alistaba viaje a la parcela y le hacía un cepelio en el bosque. 


¡Qué cerca estaba la libertad! y esa vez no lloré, sólo vi el paisaje y en los ojos del Serbio adiviné a mi propio sepulturero. 


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 24 06 19