domingo, 23 de junio de 2013

CORTESANAS (27)

CORTESANAS [27]

Me llama la atención que alguien le diga a un escritor, que no puede decir puta, que dizque porque es un intelectual, entonces imagino que  debe decir para que suene más bonito: cortesana, que es una puta más refinada que las putas, hace lo mismo, pero más costoso, aclaro que no me lo dijeron a mí, sino a un amigo, a quien vi el  comentario en Facebook

Hoy ha sido un día bello, más que ayer, cada día lo presiento más claro y transparente, porque lo que estaba oculto bajo el sol, sale a la luz, y es verdad, son palabras que siempre escucho, a mi vieja, a los abuelos, a los campesinos de mi tierra cuando sucede algo y la última persona  en enterarse es  a quien se engaña.

Estrellarme con una puerta con seguro, la de mi alcoba, compartida con aquél que juró amor eterno, sus mañas y mentiras durante años, su tacañería, además de tener cualidades también, pero ante todo su indiferencia, me ha llevado a decir: ¡basta!

El miedo somete, las mujeres vivimos aferradas a un amor de mentiras, porque tenemos miedo a enfrentar la vida solas, y esto es lo que me ha sucedido durante más de 20 años, pues siempre he sido engañada, ultrajada y menospreciada.

¿Qué podría decir a las mujeres que han tenido una historia como la mía, o parecida?

Me sentía obligada a vivir en una relación de mentiras, de gritos y abusos, donde busqué las letras para consolar mi soledad, y también me di cuenta que ésta vida estaba causando mucho daño a mis hijos, pero ya es tarde, o temprano, no lo sé, debí tomar la decisión hace muchos años, cuando ellos estaban pequeños, pero tenía miedo como muchas, a embarrarla, y que todo  se viniera en mi contra, por tantas cosas, el respeto a mi madre, mi obediencia a sus consejos como mujer sumisa que aguanta todo, porque sí, porque es una cadena que hay que soportar  hasta la muerte, y porque muchas veces no creía lo que  le contaba, para finalmente, darse cuenta que  tenía razón y tal vez ella estaba muy temerosa de todos los castigos infernales a los que somete la religión.

En otro tiempo iría a sus brazos, a orar un rato para que Dios me iluminara qué hacer, pero ahora ella no está, quiero desahogarme y decir a muchas mujeres que no vale la pena sufrir por alguien que te desprecia, que todos nacimos libres y solos y así marchamos.

Siempre he sabido de sus engaños, una y otra vez, pastillas, condones, poco dinero para todo, perfumes caros, ausencias siempre, vacaciones donde nunca he sido parte de las mismas, ni sus hijos, pero últimamente me he dado cuenta que ya no hay nada, que no soporto sus mentiras ni sus gritos, y que deseo que se vaya de mi casa.

Un sitio donde me entero que frecuenta después de las tantas reuniones, y el dinero para llenar la nevera, para el estudio de sus hijos, se va en medio de las piernas de las cortesanas de SIGLO XXI, y lo más triste es que me entero que no se conforma con una sola puta, sino que repite… ¡qué machazo!, ¡quien lo creyera!, pero en la calle es todo un caballero con la gente, todos le creen, yo solo tengo que agradecer a esa persona que me abrió los ojos, es triste saber que todos lo saben, pero que el último en enterarse es la víctima.

A  esas mujeres que se dedican a éste oficio, mis respetos, se quedan con la basura, porque  no quiero más de eso, y espero que en ese sitio se quede a vivir para siempre, porque en mi casa sólo tendrá la última pieza, la mejor y la más cómoda, pero  me quedaré donde está el ventanal que me hace ver cada día un sol más brillante, mi árbol amado de mamoncillo, la luz violeta que cada día muestra un camino más claro para mí, apartando de mi vida a todo aquel que me ha hecho daño, que se ha robado mis alegrías, pero aún me queda un día más, y sé que mañana será el  más maravilloso de todos, más que hoy, mucho más, y  me ganaré una gran lotería, porque mi Jefe precioso me ama y estoy enamorada de la intensidad de su mirada.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 23/13