jueves, 24 de agosto de 2017

SOY PARTE DE (18)

SOY PARTE DE (18)

Dicen que soy parte de la garza,
de las plumas oscuras ocultas en sus guías
y del viento que nace en la montaña
para crecerse luego en la ola del mar.

Dicen que soy el gorrión en tu ventana,
que a veces me da por navegar hasta tus ojos
y te vas en medio de mis galas,
al rincón más oscuro del pino
donde descubres el amor
entre lloros de cigarras.

También han dicho,
que del espejo soy el lago
pintado en  la melancolía de una lágrima
que baja lentamente
a fugarse con el viento que pasa.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 24 agosto/17

AL CARDÓN GUAJIRO (19)

AL CARDÓN GUAJIRO (19)

Dios mío, en tus manos este día, gratitud por este despertar, aunque sabemos que muchos morirán hoy, lo bueno es que nos das la gracia de no adivinar nuestro día, ¿será hoy?, no lo sabemos, pero que lo vivamos a plenitud.

Nos das la oportunidad de reparar el daño que hacemos a los demás y la esperanza del perdón y la felicidad, si pasamos la cumbre en donde el águila despierta con sus alas abiertas a la inmensidad...

Siempre llevamos una espina en el alma, pero tú la sacas dulcemente y a cambio nos regalas la flor, por eso el cardo está en el camino, para enseñarnos sobre la paciencia y la fuerza que da el sol a su corazón, ahí espera una flauta para cantar, ahí está el ánimo de la fruta y la semilla, en medio de la fuerza del vendaval y el azote del tiempo.

A los cardones guajiros que pasan hambre y sed, a los niños que mueren en el olvido, a los ríos que venden, a las quebradas y acequias, al silencio del ave, al árbol caído...

Que no pase el día sin que amemos lo que está a nuestro alrededor; caminar, advertir, contemplar y respetar a la naturaleza, ella es Dios en su esencia más pura.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 24 08 17

EN EL PLUMAJE (20)

EN EL PLUMAJE (20)

En el canto del ave
que cálida llega
y la romanza que se avecina
en medio del cuenco del totumo
y la siembra del maíz,
cultivo en la tierra
esperanzas rotas
que en el aireo baila
la flor del colibrí.

Es en el plumaje
que despierta al sol
de las garzas blancas y morenas
a donde voy.

Camino tierra sagrada
para bendecir al Dios
que alardea su luz y su color
entre  la paja seca del bohío
y el alma dulce del cantor.

Heme aquí
eres mi poema…
Este amanecer sombrío,
esa luna que se fue,
esta madre tierra
que guarda en mis ojos el ámbar
de las praderas y los bosques,
de las aguas y las guacharacas
que ruidosas pasan
entre el junco y la labranza
y el viento juguetón.

Raquel Rueda Bohórquez
25 087 17