sábado, 20 de agosto de 2011

NEVADOS (9)


NEVADOS (9)

Publicado pors en agosto 20, 2011 en 3:30pm


Abrázame con los sonidos del silencio, 

con el dorado sobre nuestras pieles

y el vacío llenando de locuras la mente.

Tócame sin pronunciar palabra alguna, 
deja que la música fluya,
que no exista nada ni nadie,
los dos perdidos en  momentos, 
con el calor de los  cuerpos,
sin luna, sin sol
espacios ni oasis...

Déjame sentir tu piel en la mía, 
tu aliento agitado dentro de mí,
 tu roce de seda sin pensamientos ajenos, 
tus palabras suaves a mi oído 
cual música celestial...

Tus caprichos lánzalos por la ventana. 
Ven mi ruiseñor amado, 
mi viejo amante desolado, 
entrégate con tu amor pleno 
déjame soñar, tal vez sean los últimos sueños, 
o pueden llegar a ser los primeros, 
y en un abrazo decirte "te quiero" 
y después..., morir en paz.

Agótate dentro de mí, 
que tus piernas sean la enredadera que se aferre a mi árbol
y las mías se abracen de ti,
liberando toda ansiedad
sin vergüenza ni afán.

Deja de ser tan soberbio, 
arrogante viejo insolente... 
Déjate querer por la ansiedad de mis boca, 
acariciar por estas manos olvidadas, 
por este cuerpo que palpita en deseo 
y estos ojos cansados 
que no quieren ver más allá de los tuyos.

Quiero pernoctar  en el oasis de tus brazos 
que son los que imagino, 
en el sol candente de tu fuego dentro del mío, 
en la insolencia de tus manos 
sobre el manantial que te espera.


Que se agiten las olas con vertiginosa fuerza 
y revienten los acantilados, 
que las caracolas dejen de amarse 
en sus instantes efímeros, 
que la luna se canse de los poetas 
y las estrellas apaguen su brillo...

Apaga tu fuego en mí.
Ven o derrite tu hielo sobre mi piel
te añoro pedazo de tesoro que se congela en las nieves 
y se pierde como  los solitarios 
con sólo sus manos para abrazarse 
y el espejo para buscar sueños en otra imagen.

Más el volcán de mis besos te los pierdes, 
este corazón limpio busca un refugio, 
creo que pronto llegará a un sitio añorado
y allí sin decir nada, silenciará con la música 
tras un largo abrazo y un beso candente  
que envolverá nuestro fuego 
en un remolino de versos. 

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 20/11