miércoles, 3 de julio de 2013

VAMOS AMOR [168]

VAMOS AMOR [168]

Te llevaré a una quebrada de aguas cristalinas,
cerca está el manantial de donde brotan
y también anidan las golondrinas.
Ahí verás sus tornasoladas plumas
y sus picos, que parecen flores amarillas y rojas.

Vamos los dos, sin nadie más...
Suelta las amarras que te apresan a nada.

¿Has dejado mi amor como basura,
por lo que no sabes?

¿O en medio de signos de interrogación
y alabanzas has conseguido algo más?

Te mostraré bajo las rocas una coral,
se enrolla sobre sí con mucha calma;
saciada su hambre durante meses, duerme,
y en el silencio de la noche sale
para adornarse de collares de muerte
sobre cualquier cuello atrevido.

Más allá, bordeando los guijarros
con besos de agua clara,
casi que enterradas con ellos,
veremos las pomarrosas en flor,
y algunas exquisitas frutas
que tienen aroma fragante y dulce.

Tomarás mis manos
y nos recostaremos por ahí
a ver las aves anidar entre sus ramas.

Vamos... ¡no te encapriches de lo que no vale!
Muchas palabras parecen miel,
pero más tarde, serán dagas traicioneras,
que por otro te dejarán 
y recordarás mis palabras.

Bajo esas rocas con noble calma,
duerme  un acolchado de ramas y hojas secas,
un  hermoso coroncoro de pintas blancas y negras.

Con su mirar  amoroso,
besa las rocas más grandes
y se queda prendido en ellas.

¿Y nosotros amor?
¡Mírame a los ojos un momento!

Detalla cómo se ensancha la niña que vive en mí,
toma mi talle, sé el pez alfa y omega:

Quédate en mi piel, prendido de ella,
hasta que nada importe 
que corriente la me desprenda
porque ya seré una en ti. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 2/13 


MIS GORRIONES [169]


MIS GORRIONES [169]

Mis amados gorriones volaron...
Abrieron sus alas para viajar con la parca
para quedarse donde se antojan,
en los jardines de flores amarillas,
y el sol arrogante y vivo
que no puede quemar sus alas.

Mis niños descalzos, mis cariños:
¿Saben que se ahonda el mar?
¿Ese extraño mar del alma,
al quedamos sin tus guiños?

Ayer fantasías, risas, cantares, sueños…
Una partida apresurada sin poder digerir tal suerte,
peleando con el destino afanoso y amañado,
como viejo roñoso,
que viene y se antoja de lo amado.

¿Se pasean mis gorriones sobre frondas hermosas?
¿Es verdad que existe un cielo?, ¡o es pura fantasía!
¿Me podrías contar si  allá hay depredador?
¿Qué todos están por ahí,
siempre felices sin tristeza ni dolor?

Quisiera una respuesta en sueños… /pero me atengo al sueño de vivir.
Quisiera encontrarla en el libro negro / imagino que otros mañosos lo escribieron;
entonces le pregunto al viento, /pero se apresura,
y me deja viendo un alero desnudo.

Cierro los ojos, pareciera hallar respuesta en el silencio.
Una extraña sensación, un frío sobre la espalda,
un ruido inexplicable, algo,
un algo sucede que se mueve
y apresura el vaivén de  las hojas.

Creo que somos una sombra que va y viene con nosotros,
nadie responderá hasta que no sea mi oportunidad,
tampoco podré escribir ni siquiera una línea
hasta que suceda el final, 
que será el principio  de todo.

¡Tanto tiempo que parece un sueño!
¡Tantos días sin ver a mis avecillas!

Imagino que los canarios prisioneros son ellos
quienes lloran cada día, colgados de los gajos del árbol.

Busco un rosario,
pero se empapa con mis lágrimas.

¿A dónde voy ahora?
Ese vacío de tu silla no lo llena nadie…

La mirada de Freddy parece a ratos ausente,
al instante, un remanso es hallado
sobre tus trapitos viejos.

Ahí lo veo estar,
cada vez duerme más tranquilamente
pues tu olor impregna su corazón
de esperanza.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 2/13  



VIEJITA [170]


VIEJITA [170]

¡Tan divina mi princesa!...
¡Tan acolchado tu vientre!
¡Tan dulce tu corazón!...

Pareces algodonosa espuma
que va y viene con las olas,
y entre las hendiduras de las rocas se esfuma
para nunca regresar.

Mi cálida vieja, tu voz he olvidado... /extraña sensación
Tu perfume guardo para recordarte;
uno que otro traje me donaron,
uno que otro cariño que te había dado,
pero me faltas tú, 
irreemplazable amor.

Amiga mamá,
verdadera amistad sin mentira;
debo asumir un reto enorme:
Aprender a vivir sin ti,
descubrir de qué manera lo hacías,
mantener a Dios en todos y en todo,
llorando a escondidas,
en el rincón más olvidado de cualquier parte.

Una pregunta recordaba hoy:
¿Qué te pasa madre?
¿Por qué estás llorando?
¿Qué haces tan oculta en tu jardín?

Para recibir tu respuesta:
“Son cosas hija, 
que mañana comprenderás,
si también eres madre.
No lloro... nunca lo hago,
es que estaba rezando el rosario,
y una pequeña lluvia,
me encontró con los ojos cerrados,
pensando en ti”.

Raquel Rueda Bohórquez 

Barranquilla, julio 2/13  


GORRIÓN [171]


GORRIÓN [171]

Prendida de una rama
esperé día a día por tu amor,
pero sólo tristezas ante tu leve calor,
pues ni una pluma dejaste 
sobre mi edredón.

Has volado lejos de tu  viejo nido,
quedando tus ansias en plebes caminos,
y entre sueños y sueños, 
viajan mis manos,
amando versos 
por incierto destino.

Y el gorrión de cantos nuevos se adornó,
cambió sus plumas por alas de faisán,
entona cantos a la mar
y compone sonetos de extraño sabor.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 3/13 



ANDERSON [172]


Mi amorcito 

ANDERSON [172]

Para ese amor que está en mis venas,
en mi sangre...

Niño que se alejó sin darme un adiós,
vano es de mi corazón su desangre
porque estás con Dios.

Para ese joven de ojos negros y brillantes
que se fue con los brazos llenos de rosas;
de nada vale decir tantas cosas
si pareces una estrella fascinante.

Para ese corazón de fuego que a todas amaba,
que no distinguía entre las flores a la más bella,
su dulce aroma de besos y abrazos
hacían de cada pequeña flor una perla.

Para ti, mi chico amado
que vuelas con alas de cóndor...

Vas y vienes sobre los azules mares,
y te escondes en el nicho de mi alma.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 3/13 

MI PINTOR [173]

MI PINTOR [173]

Mi Pintor  nos trae una de sus obras:
Perlas de lluvia clara,
y manantiales de vida...

Su pincel se empeña
en que volteemos el rostro
hacia su Creación.

No hay artista ni mago,
que pueda su trabajo igualar.

Se copia el lago
en la fuente de sus lágrimas
y en cada una de ellas,
queda la vida de alguien.

Una flor es un motivo,
una hoja que cruza el sendero,
el trino de un ave que va y viene
y se lleva del corazón de las flores
sus mieles.

Mi antojado Pintor
nos regala cada segundo su obra.

El lienzo de su amor
para que algo copiemos,
mientras nos contenta el corazón,
para que seamos felices con la vida
y con lo que tenemos.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 3/13 




EL PAVO [174]

EL PAVO [174]

Por ahí va el conquistador,
arrastra el ala con dulce vaivén,
sus espuelas, ¡qué lindas se ven!
y en sus ojos de encendido color,
ha quedado un poco de azul
que a su rostro le queda muy bien.

Henchido el pecho, camina de lado,
y  las niñas de tristes estampados,
se agachan muy fervorosas,
sin imaginar encima semejante cosa.

Una vez dobladas las rodillas
con furor se arroja sobre ellas,
arrastra sus pies con tan apasionado verbo,
que arranca una a una, sus plumas,
dejando heridas sus costillas
para continuar con redoblado  acervo.

Una vez saciado su apetito
inicia la repetida danza:

Sus alas arrastra por doquier
mientras una nueva doncella avanza,
esperando que el amante
la pisotee también.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 3/13  

PÚRPURAS [175]


PÚRPURAS [175]

Amor, estoy en tu espera,
he llenado mi alcoba de pétalos púrpura,
la desnudez es el traje de mi piel
y espero por ti,
en un rincón del mundo.

¡He soñado contigo tantas veces!
Creando entre tus brazos locas fantasías,
me vuelvo un ovillo
y me desenredo contigo,
te vuelves un mar,
y me ahogo dentro de ti.

Blancos y rojos son la vida…
Pero a tu lado la imagino de colores,
creyendo nadar dentro de un arco iris.

Un cirio encendido es mi corazón,
las flamas de mi cuerpo esperan por el tuyo,
para entre tu hoguera entregarte mi amor.

No dejes las cenizas para el viento
espero llegues pronto a mi vida.
¿Alguna vez te conté, de una rosa que guardo?
Parece vieja, pero en sus pétalos está el perfume,
la bondad de un amor que nunca muere.

Cámbiate el traje elegante y ven a mi lado,
arrópame con tu desnudez que tengo frío,
un hambre sin saciar espera por tus labios
y es dentro de los pétalos púrpura
donde quedará mi vida.

Escucharemos a Cortázar,
una melodía que habla del amor soñado
detendrá a la  golondrina en su errante vuelo,
para anidar e tu corazón por siempre
y volar contigo ,
hacia la inmensidad de los sueños.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 3/13  

TUS ROSAS [176]

TUS ROSAS  [176]

No estaban las rosas en el jardín,
/fue lo prometido.

Habías adornado una alcoba
con sedas y edredones,
miles de candelabros encendidos,
y  las dulces damas sonrojadas
en el espacio de las delicias.

Una a una deshojada, sin renegar,
sobre una lápida preparada.

Fue plácido recordarlas hoy…
Advertí que el colibrí había escapado
por entre mi sombra
y de mi néctar bebió sin hartarse…

Quedaron las espinas  
sobre el jarrón de cristal.

Los tallos,
del verde al café,
una silla vacía,
tus manos,
las mías…

El perfume de tu amor ha retornado…
Padezco de la gravedad del día,
y de la sutileza de la noche.

Me encandilan las estrellas,
pero buscando la mía,
estaba escondida
en las luciérnagas de  mis ojos
por donde penetras,
y te quedas…

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 3/13  

MI JEFE LO BUSCÓ [177]

MI JEFE LO BUSCÓ [177]

Mi sobrino alardea sobre una roca,
El mar está tranquilo,
Tiene la paz del azul
Cubriendo el pico de las olas.

De ese día recuerdo a mi madre,
los presagios tan ciertos como su poema:

¿Quieres que hablemos?,
tan presente como sus ojos idos
buscando en la montaña el verdor ansiado.

Mi vieja todo lo sabía…
Cuando Fernando, le habló a mi hermana:
“No pongas a un hombre por encima de Dios”,
lo repitió, y ella lo recordará.

Su abandono, sin importar sus hijos,
ni el profundo amor de ayer,
fue el cardo que más la espinó.

Me lo repetía muchas veces…
No busques que Dios te castigue
o castigue a tus hijos,
quédate ahí con tu esposo,
aguanta… espera…

Él te dará reposo, no te impacientes,
repetía ese refrán de Samaniego:
“No anheles impaciente el bien futuro,
mira que ni el presente está seguro”.

El día que voló mi niño, lo dijo en la noche,
sus ojos buscaban la salida de su cárcel:

“Mañana, un gran partido de fútbol los reunirá,
el estadio estará a reventar, sí… el chico de la estrella,
el muchacho no está entre nosotros,
no recuerdo cuál de todos es, pero se fue”.

Lo sabía todo al repetir sus refranes certeros.
Su palabra era una espada que atravesaba el mundo,
y callábamos, porque sus letras y voz eran de temor…

Un ángel de piel joven a pesar de sus 84…
Mi princesa amada, dádiva de Dios,
allá estás con tu niño consentido,
quien te buscaba,
se abrigaba en tu falda tibia
para al fin,
quedarse con tu amor.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 3/13 

CUANDO PIENSO EN TI [178]

CUANDO PIENSO EN TI [178]

Cuando te imagino,
una gran ola azul me arropa,
giro y giro soy una hoja en blanco,
y empiezo a volar hasta tus brazos.

Creo que soy una flor y tú el colibrí,
penetras mi corazón para robar el alma,
un suspiro llega a la playa,
y me fundo entre su arenal caliente.

Cuando te imagino,
una cama con edredones de seda
bulle en mi cabeza, de rojo intenso.
Me arropo con los dorados
y me pierdo en la dulzura de tu aliento.

Me proyecto, soy un navío sin rumbo
a pesar de que conozco el sendero,
el camino sinuoso de tu pecho,
la ensenada prodigiosa de tu cintura,
el apacible lucero de tus ojos negros.

Cuando te imagino,
¡no me queda nada!,
olvido el dolor y la tristeza, soy feliz,
tanto, que desaparezco,
para armar un pequeño nido bajo tus ramas.

Mis pequeñas perlas son tus hijos,
tan parecido a ti mi muchacho,
tan negro su cabello, ¡tan bonitos sus labios!,
que una copia tuya camina conmigo
para siempre…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 3/13  

TE VEO [179]

TE VEO [179]

Sobre una nube tal vez...

¡Mira!, quizás en la estrella fugaz
del mismo atardecer de ayer,
mientras te besaba, amado mío,
y me entregaba al placer.

Te veo, eres una mariposa de colores.
Abierta tu cárcel,  no hay más dolor;
el mundo entero, el universo en pleno,
es para ti.

Eres el  hada del camino,
posada por ahí.

¿Serás esa nube que parece un cordero?
Puede ser amor mío,
que seas la luz de un nuevo día,
el alcázar, navegante sin velero
que encontró un camino.

O quizás la gaviota de blancas alas
que ya no llora por un mendrugo,
el ganso líder,
en otro espacio más placentero.

¡Ya sé quién eres!..

El mismo gorrión de alas ocres,
que tomaba las sobras de harina de mis manos,
y con sus pequeños trinos
endulzaba las mañanas,
pero en cualquier atardecer decidió volar,
junto a  las águilas…

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 3/13