LETRAS
EN EL VIENTO [74]
La
música fue escrita por ángeles y la interpretan los mismos; quienes tienen por alas sus manos y por
escudo, ser libres del azote de la ambición.
El
sol fue un prodigio, los científicos
dicen saber de dónde brotó, pero no pueden comprobarlo…
Al
igual que una semilla es la perla de un ave en un pequeño nido, la brisa en un
trigal, el aura en las mañanas…
Un
grano de arena, ¿quién lo preparó para ser una enorme montaña?
Esas
estrellas anuncian que son más más
grandes que la tierra, que su brillo es
por su lejanía, y a veces se desprenden
para que soñemos, que cada día puede ser mejor que el anterior… pero no sabemos
si hay un mañana… /me sentaré a esperar…
Esa
luna colgada parece un lucero de plata, más pequeña que la tierra, ciertamente
que a pesar de estar en la oscuridad, tiene su corazón un anillo de oro, que la
hace destacar por ser la coqueta más amada de todos los poetas, quien se adorna
de dorado y plata los cabellos, para indicar cuándo se debe cosechar.
Tantos
astros en el cielo… ¿será que algún día caerán?
Desde
allá le indican a los sabios los caminos y el sendero a continuar…
Ese
manantial parece más claro que los ojos de Dios, pero lo podemos ver, en cambio
si buscamos en el silencio, tocaremos a
ese Dios que habita nuestro interior.
Los
gorriones dicen que desaparecerán, es seguro, si el hombre continúa con sus
venenos. Los dragones de fuego
extinguirán los niños árboles, que pretenden ser grandes, y las plantas que son
bendiciones en salud y paz.
Esos
hombres que dicen saberlo todo, se sientan a
la mesa a negociar la paz en medio de insultos de la gente. La paz es
una ronda de niños que sólo espera una sonrisa, un abrazo y un perdón…
¡Corre
gacela!... levanta tu rostro y déjate besar del viento, ahí está Dios, en ese
suspiro… en tu corazón, ¡más no te asustes!;
en otro bosque no morirás más, y
serás quien tenga alas, para ir más allá de todos los soles, hasta el último
astro azul, donde no habrá más oscuridad.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 14/13