miércoles, 8 de mayo de 2013

EL TAMAÑO DE LA VIDA (134)

                                              EL TAMAÑO DE LA VIDA (134)

Me preguntaba si era grande la vida,
pero al detallar a una hormiga, 
quedé callada.

Al ver el tamaño de un elefante
busqué una flor, un manso río;
una laguna transparente,
un manantial que brotaba de la montaña...

Me seguí preguntando
sobre lo grande o pequeño de la vida...

Detallé a un pequeño insecto volar,
a una abeja construir un panal,
escuché a un león rugir,
a un lobo aullar a la luna
y seguí pensando:

¿Tiene tamaño la vida?
O es sólo vida, aliento, suspiro...

Entonces vi hacia el mar 
y enmudecí otra vez
cuando las olas me hablaron,
y un rayo en el cielo roncó 
más vivo que yo,
y doblé las rodillas...
 
Raquel Rueda Bohórquez
8 5 13 





MADRE [135]

MADRE [135]

Aférrome a ti madre,
a tus arrugas, a tu amor;
a endulzarme de recuerdos
deshojando una flor.

A tus manos cansadas
desnudas de dolor…
A tus ojos verde claro,
lago del poeta cielo,
sueño del navegante sol.

Me adhiero a tus pezones
blanca leche, ternura y verdad,
y me alejo cual las gaviotas
por el mar… ¡por el mar!…

Me sostengo en tu belleza
tímidas letras, sencillas palabras,
y aquí bogo silenciosa,
soy un tronco en cualquier lago
sobre aguas turbias o claras
donde se ajusta mi destino.

Y un beso… una lágrima…
Ésta tibieza sin mentira
que se pega como hiedra,
aunque me claven espinas.

Y susurran las aves al amanecer,
pasos de niña descalza,
gorrión de ocres alas:

Mi ventana abierta a tus trinos.
mi vida toda tuya,
dulce paloma herida:

¿Descansas en Dios?


Raquel Rueda Bohórquez
8 5 13





SOBRE UNA RAMA (136)

Estornino Europeo.

SOBRE UNA RAMA (136)

Cantares del alma
son las aves entre las flores.

Entre llantos y sonares
se desvanece su belleza,
en el segundo de ser,
y el próximo, de no estar.

Pero en un árbol de verdes ramas
el amor, cual corriente de agua viva
¡renacerá!... ¡renacerá!...

Vuela... ¡vuela lejos de mi nido!...
Tu ayer ya no me importa,
significa mi hoy, mi mañana,
¿existirá?...

Pero a pesar de todo
un ave en cualquier rama
¡cantará!... ¡cantará!...

Raquel Rueda Bohórquez

8 5 13

LO SABÍA (137)

Anderson viendo al horizonte. 

LO SABÍA (137)

¡Lo sabía!
Era ese algo infinito...

Temprano le vi,
el mar estaba  agua marino
y mi corazón más aprisa latía...

Lo imaginé
que después de lo poco,
¡lo grande!...

Volé hacia el cielo abierto de mis fantasías,
hacia la montaña plasmada en blancos y celestes.

Lo soñé, y ahora que mi sueño es cierto,
a ratos no lo puedo creer...

Tanta belleza me conmueve
y me abrazo a todo,
río por todo,
navego sobre las estrellas;

y en el ocaso,
siempre en el ocaso los recuerdo.

Raquel Rueda Bohórquez
8 5 13


SOY FELIZ (138)

Anderson 
SOY FELIZ (138)

Ahora me doy cuenta,
siempre busqué lo más alto,
lo más elevado;
una roca, un árbol,
la ola más empinada.

Abría mis brazos
en espera de algo...
En esa posición desde niño,
y no lo sabía,
y así, volando me impulsé.

¡Qué bello es hacerlo!...
Ya nada duele...

Os espero aquí
con los brazos dispuestos como ayer,
con mi corazón de potrillo
correteando por la rivera,
con el alma limpia de rencores y odios...

¡Si vieran lo que veo!
¡Si escucharan lo que escucho!
¡Si amaran lo que amo!

Serían tan felices como yo.

Raquel Rueda Bohórquez

8 5 13

A TI (139)

A TI (139)


Te ahuyentó de mí 
algo más que la mentira.


En medio de orgías 
desnudaron mi verdad,

y de a poco, 
viendo hacia la torta 
que calma mis hambres,

me acompaña de nuevo 
Soledad.



No te olvido.
¿A quién le mentiría?

Me hacen falta las carcajadas del ayer,
extraño las torpes palabras del día a día,
pero así es la vida,
¿qué le voy a hacer?

Maúllo en otras madrugadas
cuando dejas de estar con mi sombra.

Manipulas tus palabras,
copias las mías,
y te escondes
en otros versos de mujer.

Pero es seguro, ¡no lo dudo!,
que como reíamos
no te encuentra otro amanecer,
tampoco quien te quiera, como yo,
lo volverás a ver...

Raquel Rueda Bohórquez
8 5 13







LA VÍBORA (140)

LA VÍBORA (140)

Me antojé en ser una víbora,
o tal vez me transformó la vida
cuando al querer un tibio traje,
recibí una herida.


Me arrastré por su amor
tantas veces declarado,
tantas lo repetí, 
que me sentí a su lado.


Ahora mi lengua es tibia.
¡El frío del ayer me dolió tanto!
Encuentro a mi paso una rata temblorosa
y ella alivia pronto mi llanto.


Tan larga mi lengua, /negra y desnuda,
tan blanco mi corazón para amarte,
tan feas tus grises palabras
que me volvieron pequeña 
para enroscarme dentro de mí, 
con mi lengua bífida
para abrazarme conmigo 
dolida y callada. 


Encontré un rincón oscuro.
Mi propia sombra es mi amiga,
mi amante, el lucero de las noches calladas;
la luna vagabunda que cuenta un sueño
y lo copia entre las enramadas.


Cierro la página... ¡Qué triste estoy!...


No me acobardo ante nada,
solo descanso un poco de todo
y reposo mi amarga hiel 
entre mi propia lengua 
convertida en alma. 


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 8/13 

MIS GARZAS (141)

MIS GARZAS (141)


¿En dónde estarán mis garzas?

En el mes de María viajaron,

tenían el corazón alegre
cuando otro rumbo tomaron.


¿Será que encontraron el camino?
Calcetines azules ambas llevaban;
un rosario entre sus manos,
enredado en bellas rosas blancas.

Y en el ocaso adornado de colores,
mi niño volvió al cielo su mirada,
y al amanecer de sus tantas oraciones
mi Princesa ya no estaba.

¿En dónde estarán mis amados niños?
¿Se encontrarían con el águila?
¿Podrían mudar sus plumas blancas?
¿Anidarán en alguna rama?

¡No lo sé!... Lo sabré en mi despedida
que será el día declarado,
vestida de traje blanco, tal vez,
con lindas flores en las manos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 8 05 13