martes, 2 de agosto de 2011

SOÑANDO (50)



SOÑANDO (50)

Las palmeras espigadas bailaban con la brisa,
más nadie escuchó los gemidos de sus corazones
ni vio cómo se ocultaban en el cielo los luceros,
ni se desviaba el sol al atardecer.

Vislumbré rayos de luz con alboradas,
y el aura que se extendía sobre espacios sin tiempo
donde no hay cabida para tus ojos, ni tus sueños.

Se escuchó gemir a un búho anunciando una tormenta
y sus dorados ojos se perdieron en el infinito,
su corazón escuchó un leve sonido de campanas,
temblaron sus garras y las espadas penetraron,
y entre la luz de sus joyas la vida se fue volando.

El frío se apoderó de ti,
quise darte un abrazo cálido
regalarte de nuevo mis "te quiero",
pero la sombra de nuevo,
inventada en miles de palabras
fueron la excusa permanente.

Se cubrieron de nieve todos mis sueños,
las encendidas flores del jardín tantas veces soñadas,
se cubrió de blanca espuma un verso que mató la sonrisa nueva,
y desdibujó de mi rostro la felicidad.

Los vi a todos, sus miradas anhelantes,
entre besos frescos en los cristales de sus ojos
se perdieron sus propios anhelos, 
y con el iris penetrando en ellos
las pupilas fueron cerradas.

Contemplé todo,
 la belleza me abrió el corazón;
dejaré pasar este hoy sin quejas,
el mañana promete a luciérnaga
paseando por mi hogar.

 La gaviota blanca volará otra vez
se han secado sus alas,
y en el ocaso,
el sol se ha estampado sobre el mismo lago
donde murieron las esperanzas
y retoñan los sueños.


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto  2/11

PORQUE TE QUIERO (51)

PORQUE TE QUIERO (51)


Porque te quiero,
 me elevo con el pensamiento
imaginándote entre mis brazos
entre rojas flores de tu huerto.

Porque te quiero
llego a tu jardín de nuevo
convertida en bella mariposa
empeñada en probar tus mieles.

Porque te quiero vida mía
extenderé mis alas de águila viajera
y recorreré caminos impensados.

Llegaré hasta los azules que miran tus ojos
y te buscaré, lanzando un agudo gemido de amor
para que lo escuches aunque estés cansado.

Porque te quiero
llegaré hasta tu oasis pleno de amores,
donde para mí, segura estoy, 
serás mi consuelo.

Veré los dorados trigales y los verdes pastizales
que adornan tus paisajes hermosos,
donde retoza el venado y tu corazón de fuego
empeñado en otros amores, 
más no en el mío.

Porque te quiero
navegaré con mil disfraces
hasta llegar a tu violeta preferida y perfumada,
me adornaré como el ave más colorida y hermosa
y dejaré mis girasoles libres para que los veas.

Ya no pintaré mis rosas mustias de colores
y verás mi aura siempre clara y entregada
desde mi pensamiento y la neblina de mis ojos.

Tu vida segura estoy, 
condenada a otros brazos,
otros besos serán los tuyos 
otro cuerpo y otras manos.

Tus negros ojos por siempre en tu velero,
un gran velero que navega en otras aguas
y viaja por otros cauces, ajenos a los míos.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 2/11