viernes, 8 de julio de 2016

¿ERES TÚ? (24)

¿ERES TÚ? (24)

Que la angustia no supere a nuestra fe;
Que el corazón no se agite sino por amor;
Que la vanidad se esfume,
Tornen las flores a la primavera
Y las aves a sus árboles.

Cese en mí ésta desazón.
Parece una bandada de pájaros
Que huyen veloces sin el árbol que los abrigaba
Ni las espigas que los juntaban.

Escucha a la gota de rocío,
Calla para que esa voz de afuera te hable,
La cascada dice: ¡ámame cielo mío!

Nada acobarda a la nube
Que se adelanta al sol y sucumbe
Dejando mi mundo bañado de alegría
Al vaivén de las flores con sus joyas
Y el cielo colado en sus fantasías.

Corro con mi pensamiento hacia ti.
Las ramas de mi árbol se mueven
Los pinos silvestres siguen fabricando adornos
Y esa luz mágica me envuelve.

¿Viste que llegó un nuevo día?
¡Oh amor de mis amores!
Puedo escucharte ahora.
Eres la mariposa que sin inquietud
Besa la orquídea más fresca,
Danza y danza, semeja una niña
Que halla su libertad por un momento
Y vive con intensidad su día.

¡Amapola roja!, ¡ardilla inquieta!...
¿Ves de qué manera nos ven?
¡Lo sabía, tienen el alma del bosque en ellas!
Llevan a Dios en su imagen,
Igual que el manantial,
Lo mismo que el cisne en el lago;

Idéntico al volar de la gaviota
Con la misma intensidad de ayer
Y esa rara felicidad que no alcanzo
Porque soy tan necia y torpe,
Que no veía tu rostro en cada paso de viento
Por éste pecho que desea de ti
El ánimo del sol sobre el colibrí.

Raquel Rueda Bohórquez
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KEVIN Y FERNANDO (25)

KEVIN Y FERNANDO (25)

Mi hijo acaba de partir con sus ganas, el morral lleno de sueños y dos viejas guitarras...
Que Dios los lleve hacia esos caminos que buscan, hacia esos aprendizajes que desean.

Se han crecido mis pollitos y con éste crecimiento viene la aceptación de su vuelo. No podré protegerlos sino con oración, de esas espinas que tocarán sus pies, pero también la certeza de que un ángel estará en sus caminos.

No se han ido tan lejos, muchos viajes a los que jamás fue invitado, y si lo invitaban, al final terminaba en su alcoba llorando porque alguien más aparecía a ocupar su lugar. Mi consejo era que no le tocaba a él, ya llegaría su oportunidad de salir a volar con sus propias alas que se crecerían en ese caminar, y ahora se va a recorrer caminos con los bolsillos rotos y el alma llena de melodías.

Su amigo es un joven místico a quien no le importa el traje exterior, más lo hace mover  la guitarra y su voz, que cada día mejora, pues estudia en la universidad con el dinero que recauda cantando en cualquier esquina, para mí es un gran ejemplo y prefiero que mi hijo camine con él que con gente vanidosa de quien puede aprender mañas, aunque me ha dicho que de vez en cuando se “meten” un toque de marihuana,  y recuerdo a mucha gente que por fuera parece decente pero que los toques que se meten son venenosos, es un veneno blanco que le roban a las flores, hasta ahí que Dios proteja a los muchachos, ya son mayores, siempre les aconsejo y todos tenemos la opción de escoger el camino, si queremos tragar mierda, pues la comemos con gusto, si queremos andar con gente malvada, nos ensuciamos completos, si deseamos ser jóvenes de bien impulsados hacia el bien, ¿qué otra cosa puede ser mayor a la música?

Cuando estudiaba abogacía, cierto día llegó muy inquieto, les hablaron de proteger a quien fuera. El abogado tenía la obligación de salvar de la cárcel al peor bandido, asesino de niños, violador, para eso estudiaban, a lo que él no estaba dispuesto, y entonces me enfrentó: Madre, quiero tu consejo, la clase de hoy me tiene muy perturbado, no quiero estudiar para favorecer a ningún bandido, quería estudiar para que los delincuentes y violadores fueran a la cárcel, pero si debo aprender a trabajar con Dios y con el diablo, prefiero dejar la carrera, porque no deseo hacer daño a nadie, quiero una carrera donde pueda dar felicidad a la gente y la única opción que tengo es la música.

No tuve que pensar mucho, sólo vi su mirada brillante, esa que mi madre le dio antes de morir con infinito amor y me di cuenta que él tenía toda la razón, no me opuse a su decisión. Sus ganas eran visibles cada vez que se reunía con sus amigos a inventar sonidos y componer canciones. Le dije entonces que hiciera de cuenta que era una hoja, que escuchara al viento, a esa voz que salía de ahí y se dejara guiar de ella, pero que nada de porquerías, porque también éste medio suele ir empañado por el vicio y “gente rara” que está detrás de ellos para ensuciar todo lo bueno que desean transmitir, su tío Pedro fue un gran apoyo que él jamás olvidará.

Me dio un gran abrazo: ¡Gracias madre por comprenderme!, el mismo que me dio ahora que se fue con su amigo, quiere conocer el bosque, la montaña; lo de ermitaño que lleva en su sangre viene de la familia Bohórquez.

Me quedé en la puerta viéndolos con su morral y sus ilusiones, hasta que desaparecieron.

Ruego porque cada día el ángel de los sueños los proteja en sus caminos y que muchas personas buenas estén en ellos, que nadie los censure porque llevan el cabello largo y los zapatos rotos, a veces andan tan distraídos que olvidan el exterior, pues el interior de por sí está lleno de belleza.

¡Dios te guarde hijo, la virgen bonita te proteja Fernando, que lleguen hasta donde Él decida!, ni siquiera llevan una cámara, lo que vean lo guardarán en su corazón, ahí quedarán esos tesoros y éste primer viaje en libertad.

Raquel Rueda Bohórquez
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FUISTE (26) (A)

FUISTE (26) (A)

Hoy fuiste mi día soleado,
Ahora eres mi cielo iluminado.

Cada vez acepto que fue una ilusión;
Él te dejó en mi camino,
Nos aliviamos un viejo dolor,
Conjugamos la palabra amor;

Fuimos colibrí, fuimos flor,
Efluvio a primavera
Que esculpió en nuestra soledad
Un jardín superior a los sueños.

Ayer fuiste la musa para mi poesía
Igual que los árboles muertos,
Que las hojas secas del verano
Y las plumas de las aves
Semejando almas que nos tocan,
Pareciendo mensajes divinos
Que nos abrazaron en días lóbregos.

Este segundo lo acepto sin ti,
Y que todo sucede por una fuerza mayor
Que nos junta en oración
Para que otros comprendan
Que el amor es todo lo que existe,

Es el motivo y la razón de éste corto viaje
Que nos envolverá en un remolino de viento
Para pasearnos por el paraíso.

Raquel Rueda Bohórquez
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SUEÑO 8715 (27)

SUEÑO 8715 (27)

Todo era verde y blanco extenso… parecía un infinito que flotaba entre las nubes, pero ahí nacía el verde más divino que jamás he visto, había de todos los matices, iniciando el verde de tus ojos, verde montaña, verde árbol tierno, verde esmeralda gota de aceite, verde niño, verde niña, era todo tan mágico y celestial que no sabía la razón de que anoche cuando la fiebre y la angustia parecían poseerme, mi alma se fue a navegar a otro espacio y en medio de todo te vi. Estabas vestida de blanco tímido, halando a un azul agua marino y tu rostro tenía rubor de niña feliz, el cabello corto y muy negro, ensortijado, tus cejas arqueadas y bellas, y esa sonrisa de ángel que siempre me acompañó en días de nieve y soleados.

Aparecí de alguna manera lanzando lluvia sobre las blancas flores, muchas margaritas con su corazón de oro, nada más eso veía, y con mis locuras de cabrita te dije: ¡mira madre, aprende de mí a regar las flores!, y lancé mucha agua que cayó sobre todas ellas, más enseguida inició a llover torrencialmente, eran cristales y cristales que se fueron juntando al instante, fue ahí cuando me aferré a tu mano extendida, y empezó la lluvia a llevarnos con mucha velocidad.

Dobladas las rodillas jugábamos cual niñas en medio de tanta belleza, pero el agua se volvió un río cristalino que llevaba mucha fuerza y te soltaste de mi mano, ahí te vi, nadabas sin mirar atrás y de nuevo desperté sabiendo que no fue un sueño, viniste y me tocaste, como tantas veces y en tantas ocasiones me diste la mano, ahora te  desvaneció el cielo, en medio de un aguacero de besos, y me quedé con todas las nubes que otra vez se lloraban dentro de mí, por tener que aceptar que sólo te podré ver de nuevo en otro sueño.

Raquel Rueda Bohórquez
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CARRERAS (28) (A)

CARRERAS (28) (A)

Decía que a veces amanecemos así,
Con más desespero que felicidad, 
Pero luego de otro despertar
Con el sol radiante en su vestido de Rey,
Olvidamos todo y recomenzamos
Con más entusiasmo y gratitud.

¿De qué nos sirve el afán?
Nada hay más torpe que vivir en angustia
Pues damos un paso y no conocemos el siguiente,
Puede ser el resbalón o el levantarnos luego
Con otra sonrisa y el pecho ardiente.

Ayer me dije: ¡Dios mío, tengo miedo!
Hoy desperté con otra mirada…

La gente continúa en sus afanes,
El libro negro reposa en mis manos
Para recordar que la vida es una sombra
Que pasa ligera cual ave sobre las olas.

Raquel Rueda Bohórquez

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SIN AFÁN (29)

SIN AFÁN (29)

No importa hacia dónde miremos,
Ni todos los planes que hagamos.

No importa si vemos hacia arriba, o hacia abajo;
El final no cambiará para nadie,
Pero es preciso vivir con intensidad lo que nos toque
Mientras sintamos el calor de la vida.

Una bandada de aves se dirige hacia el norte,
Su afán no es menor que el mío,
Su felicidad es la sombra que deja en el aire
Junto a los árboles sombríos.

Y adivino lo púrpura de las nubes,
La danza inquieta de las aguas con el viento
Que entre juguetones ondas van y vienen
Junto a los aromas que inundan mi aposento.

El invierno sacude los techos;
Duermen pálidas entre las rejas oxidadas
Las lluvias de ayer, hoy congeladas,
En tanto los árboles se duermen
Y las aves callan sus tonadas.

Me aconsejo olvidar malos momentos
Al ver la coquetería del sol tímido entre los rosales,
Y de nuevo los copos de nieve caen y caen
Cubriéndolo todo de pereza
Entre níveas sábanas con encajes dorados.

Raquel Rueda Bohórquez
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