sábado, 21 de marzo de 2020

ES HORA


¿Después del virus volveremos a ser los mismos ambiciosos de siempre?


ES HORA

Un arrullo de paloma
Anunciaba gravedad,
Más al calmar su lloro
Llegó la tempestad.

Bastó un día con su noche
Para el hombre en su soberbia
Bajar el rostro a tierra.


Y la paloma volvió a llorar...

Era que regresaba la luz al valle:
Pudo entrar el sol
E iluminar al hombre.

Regresaron los enjambres
 Y la miel brotó en duros corazones,

Antes de que lo invisible los tocara.

Es hora de volver
De regresar al campo
Y bendecir la tierra.

Es hora de rasgar el cielo
Con el canto del jilguero
Y agradecer a Dios por otro instante.

Raquel Rueda Bohórquez
21 03 20



HOY 210320


HOY 210320

De ayer a hoy la vida nos dió un vuelco, mi hermano murió y todos aceptamos su muerte inclusive con regocijo después de que lo vimos padecer, al final después de tanta oración por su vida, rogamos a Dios por su muerte. 

Han pasado los días, desde diciembre con el cuento del virus y de todas las historias que se riegan por Internet donde se culpa a uno y a otro, algo que todos imaginamos pero no podemos comprobar, ¿pero y si no fué así?, siempre seré una mujer ingenua que prefiero pensar que fué que se escapó de algún animal, porque los chinos estaban pasados con la destrucción de la naturaleza.

Ahora mismo le eché la culpa a los chinos, pero todos de una manera o de otra aportamos un grano de arena y el planeta está a punto de reventar ¡y reventó!, nos está dando una lección de humildad, porque la humanidad estaba perdiendo su camino.

Los últimos recuerdos que tengo desde diciembre fué el terror que me causó este virus y tenía pesadillas, presentía que algo muy grande venía para la humanidad, la gente robaba, mataba, violaba, mostraba videos de maltrato animal y de niños de manera tan descarnada que tenía que arrinconarme a llorar y a pedir a Dios "algo" para que la humanidad cambiara. 

Y vino el señor Coronavirus como un rey vengador sobre la humanidad. Como si dijera: 
¡O cambian, o me quedo aquí!, y lo estamos viendo, no sé qué pensar de mi país donde el gobierno se quedó dormido, se hicieron carnavales hace unos pocos días y entraron extranjeros por todos lados sin que nada pudiéramos hacer, por supuesto que me encerré en mi casa mientras la gente pasaba con sus disfraces y borracheras olvidando el peligro que rondaba y ronda, porque todavía el gobierno no se había manifestado, hasta ayer hubo una alocución y todavía le dieron espacio a la gente de comprar y atiborrar almacenes para que la pandemia haga de las suyas y nos lleve el putas.

Mi hija llegó de Alemania a sus vacaciones, ella es enfermera de UCI, ahora está aquí varada y con ganas de ayudar porque dice que para eso estudió, por ahora no se puede regresar y toca hacer la cara bonita a este mal tiempo.

Hoy estoy aquí, deseaba regresar al blog pero hace un año me había perdido del mapa, no recuperaba mi clave y empecé a escribir en libretas, tal vez en algún momento, "si tengo tiempo", dejo esos recuerdos por aquí. 

Por ahora, sólo desear que ese virus desaparezca, que los viejos podamos vivir nuestra pensión/que no tengo, pero tengo vida y ganas de vivir, que podamos abrazar y ver crecer a nuestros nietos y al menos, vislumbrar un cambio de mentalidad en la humanidad que fué absorvida por los celulares y la tecnología.  Casi que perdemos a nuestros hijos y amigos porque el diálogo se había perdido y el virus llegó a unir familias, a enseñarnos que con respeto y amor podemos existir valorando nuestro entorno y respetando a los seres hermosos que nos acompañan en este corto camino, y a saber que lo más valioso que tenemos es la familia y la vida, los árboles, las acequias, las montañas, y todo ser que habita el planeta con nosotros. 

Pido a Dios que cese la pandemia y hasta agradezco este cese a tanto odio y vulgaridad, a tanta perdición que estaba llevando al hombre al infierno. Si existe, una parte la estamos viviendo y que la lección nos recoja luego en un abrazo y en un doblar de rodillas sobre la madre tierra tan irrespetada desde su cimiente. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 21/20