lunes, 7 de mayo de 2012

ANDERSON


ANDERSON:

Sólo diré que fuiste  un buen muchacho
Una piedra mal puesta en el camino fue la causa…
Tantas preguntas, pocas respuestas
Pero siempre la fe nos conducirá a una.

Tantos abrazos y besos de cariño
Bella juventud que voló en alas metálicas
Triste viaje, sin saber quién lo programó
No creemos que haya sido Dios…
Pero nuestra fe nos conducirá a un sí,
Fue su voluntad.

Tantos  trabajos a temprana edad
Las carreras en una nave asesina
El mundo, el caos de hoy detrás de mucho y nada
Y ahora… vivir sin tu hermosa presencia,
De ángel que sabe amar todo lo que existe.

Fuiste el enamorador de todas las flores del camino
La negra de las alegrías con sus lágrimas
Él me decía que me amaba me gritaba fuerte:
¡Negus te amooooo!... así lo repetía cada vez que yo pasaba
Aún no  lo puedo creer Dios mío…

Tus amigos en el negocio con sus ojos empañados incrédulos
Aún no asimilamos tu partida tan triste y dolorosa para todos
¿Pero es que acaso hay una partida que no sea triste?
Siempre mi corazón lindo, mi Matachito amado
Estarás aquí, tu alegría contagiosa, tu relajao fascinante
Como anunciando que la vida es mucho más que trabajar tanto
Tu fascinación por las mujeres para amarlas y entregar lo que eras
Sin discriminar ni mirar a nadie como menos…

Dijiste que no soportarías ver a tu abuela…
Y fue el jefe quien decidió por ti al llevarte entre sus brazos
De una manera que aún como seres humanos no aceptamos
Pero que debemos admitir como creyentes en Cristo.

Ahora que detallo tantas cosas de tu vida…
Estoy segura de que sin importar la forma de tu marcha
Dios estuvo ahí contigo para recibirte…
Sin sueños que pretendan anunciar otra cosa,
Estás ahí en el cielo con esa enorme sonrisa
Sobre una gran nube  blanca y los dorados y rojos
Acariciando tú limpia piel de joven virtuoso, calilloso y enamorado.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 7/12