viernes, 10 de octubre de 2014

APOSTÉ A UN CABALLO NEGRO

APOSTÉ A UN CABALLO NEGRO
Estaba ahí a la orilla de un lago cualquiera, esperando ver las hojas caer, doradas, rojas, ocres como la tierra, verdes como la esperanza de un día mejor, y en el instante del olor a hierba, en el momento del alcatraz, en el segundo del palpitar del corazón te vi llegar, con tus polainas, y un alazán tan negro como la más oscura de las noches, tú mi amor, ajeno a mis delirios locos, cruzaste mis fronteras sin ver, y hacia el cerro de otras montañassubiste arrogante y ausente a éste gran amor.
¿Mi barquita pequeña hacia dónde me llevará?, no lo sé, siempre espero un día mejor, cada segundo añoro flores doradas en mi ventana, un jarrón perfumado en la mesa, una tacita de café servido para los dos, y el ancla del destino me sostiene cerca de un manantial, viendo de lejos a mi caballo por quien aposté al amor, besando a su novia de siempre, ¿y yo?, ¿qué será de mí si te amo cada día más?
Un relinchido fuerte escucho, y te alejas, más y más... "¿esa loca tan intensa, la que habita la barquita de madera, cuándo dejará de molestar?", y ella escucha cuando tú silencias, ella sabe lo que piensas, suelta las amarras, el ancla se atora en un espinoso gajo y no puede surcar porque el alazán se acerca con una mirada brillante, y palideciendo, creí que eran estrellitas de mar pero sólo eran los ojos de tu alazán.
¿Hacia dónde vas mi amor?... en silencio te grité, pero el caballo relinchó muy fuerte y poco a poco de mí se alejó... ¿tú en donde estabas?... creo que me enamoré de la mirada del caballo la misma tuya, libre y audaz.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/14

MAMI 2

MAMI 2
Un 10 de nuevo
Guardaba para ti un ramo de gardenias,
corrí a buscar entre el lago oscuro una flor de loto
que al entregarla en mis sueños se desvanecía.
Hoy como ayer
como una perla azul en la mirada
trocitos de Dios en cofre de plata
bajando por la cuesta triste de mis pómulos.
Y se fue la poesía contigo
quedaron gemidos en la noche,
y el día, mi madre tierna
es un largo batallar vuelto derroche.
Pero estás...
Y encuentro en un rosal un motivo
el colibrí se volvió azul encendido
cuando el aura de mi madre
como una blanca gaviota
por ahí pasaba.
¿Tienes traje de nubes?
Ayer te vi sobre la más alta roca
como una cascada bajó, desleída con el sol
besando a su paso musgos frescos,
y en sus galas, detallé que eras mariposa.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/14

A MI MADRE

A MI MADRE
Ahí en medio del bullicio
como una más, paloma o gaviota
flor del campo escondida en un nicho secreto
apresada en el mundo del silencio,
a donde vamos todos perseguidos por el viento.
Como una ola gigante ayer
arropando el mundo, besando la playa
hoy, sólo recuerdo, añoranza...
¡No te vayas!, y regresas cuando muero un poco
huele a flor mi espacio, a pequeña flor
como si el viento del norte te avisara
y pasas junto a mí con esa sonrisa tímida
como niña recién vestida
mostrando sus divinas galas.
¿En dónde estás al fin?
Dulce amor, ángel lleno de candores
donde la bondad fue tu tejido preferido
que entre sueños y sueños meditaba un contento,
y al mirar al cielo con los brazos extendidos:
gaviota de mi corazón, parecías volar al infinito.
¡Oh Dios, gracias! ¿Cuándo te lo dije?
Fue mayor su amor que el mío
porque ella me regaló su piel,
donó su sangre como blanca espuma
para engordar a sus corderos queridos
que como rebaño balamos ahora,
detrás de las nubes viajeras
que tienen nuestra forma y tuya
empujadas por brisas veraniegas.
Y ahora... ¿por qué me afano?
Hay un llanto incontenible
un algo indescriptible, esa vieja tristeza
hay una palidez que retorna con olor añejo
y la veo ahí, abriendo frutos para todos
tajo a tajo entregados como nos regaló
con su inmenso amor, la vida.
Calzo zapatillas de oro
un traje azul como el mar
mis ojos se han vuelto pequeños
pero cuando me veo en ellos
algo de tí resucita en mí
y comienzo a cantar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/14

EL GIRASOL

EL GIRASOL
Vestido como rey despertó
viendo al cielo como un ave
virando sus pétalos agradeció
llenando de a poco de amor
su inmenso corazón.
Guarda tesoros para el colibrí
bajando el rostro languideció,
para en un nuevo amanecer
elevar su mirada al sol.
Se donó luego al palidecer
gotas de aceite para encender
y un jardín completo con rostro feliz.
Quien a buen puerto lo llevó
conoce de la inmensidad de su amor
ante nuevos brotes de una sola flor
¿quién sería de tal jardín su inventor?
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/14

ATENTOS

ATENTOS
¿Para qué dormir?
La eternidad espera
Como una copa llena.
Mira el paisaje,
Cambia al instante,
En tanto un parpadeo
Un águila en vuelo,
Y al segundo tú, gaviota
Amor mío en el cielo
Matizando versos al amor,
Tuyos y míos.
¡Te quiero, te amo!
¿Escuchas ahora?
No te alejes,
El ruido pasa
El amor sin riego se esfuma;
Tiemblan mis labios en tu espera
Anhelo ese encuentro,
¿Será que llega primavera?.
Se llenó un arpa de sonidos
El tambor inició su danza
Palidezco al verte
¿Mis manos te alcanzan?,
¿Tienes miedo?
Son mis alas de gaviota
Tocando las tuyas en vuelo.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/14

SI PUDIERA

SI PUDIERA
SI PUDIERA DESCUBRIR
COMO ES EL MÁS ALLÁ
PERO A VECES NO SABEMOS 
NI COMO ES EL MÁS ACÁ...
SI PUDIERA SER EL ÁMBAR EN TUS OJOS
LIBÉLULA AZUL CRUZANDO EL MAR
SERÍA TAN SOLO PARA TI
MIRADA DE VIAJERO
DESCUBRIENDO HOJAS SECAS
MOVIDAS POR LA BRISA OTOÑAL.
SI PUDIERA AL MENOS
SER EL AMOR QUE TÚ PERSIGUES
COMO UNA ESTRELLA VIAJERA
CRUZARÍA EL SENDERO DE TUS PASOS
O TAL VEZ LUCIÉRNAGA LOCA
QUE UNA NOCHE SOLITARIA TE PROVOCA.
PERO SOLO SOY NEGRA MARIPOSA
BUSCANDO UN CANDIL A PUNTO DE APAGARSE
CON UNA PALABRA ME ENCENDERÍAS
COMO AL BOSQUE SECO UNA BRIZNA
VOLANDO SIN SABER DEL ARDOR CAUSADO.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 10/14