lunes, 14 de abril de 2014

AMOR Y MAR

AMOR Y MAR

13 de abril de 2014 a la(s) 13:26



¿Oh beso!, qué rico sabes 
cuando eres correspondido, 
te has quedado en mis labios 
y un poco de ti, 
se ha quedado conmigo.
En francés, en inglés

en el idioma que desees

amor mío, cielo mío

azul claro, rojos encendidos...



En blanco o negro

en verde o amarillo

amor... amor...



Oh beso de lluvia

tan claro como éste sentimiento.

Y es que cuando te veo

de pasión estoy muriendo.



En alemán, en ruso...

te quiero, amor, amor, amor...



Se volvió cómplice el mar

cuando besa las rocas.


Un alargado beso

y te quiero... te quiero...

te quiero más amar.



Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 13/14




NO SE META EN MI VIDA

NO SE META EN MI VIDA

14 de abril de 2014 a la(s) 11:15
Es tan fuerte cuando un hijo te dice esto. Pero realmente quien vino a meterse en nuestra  vida fueron ellos. Ese día hasta lo recuerdo, tenía blanca la mirada, entre sábanas húmedas gemía, casi que lloraba de emoción, y al poco tiempo, ¿y  ésta vaina?, ¿de dónde salió éste barrigón?, me di cuenta que alguien se había metido dentro de mi propia vida, y no fui precisamente yo,  sino un hijo, y un sentimiento único transformó mi pequeña cintura en un tambor, y mis senos como naranjas duras en enormes tetas, con una aureola casi que de oscura rosa.

Un hilo nos unió, y la sangre de mis venas fue tuya, se convirtió por aquélla magia de mi Jefe en tibias aguas blancas que llegaron a tu boca con sabor a miel.

Tus pequeños labios prendidos de mi vida, tus manos aferradas de esos globos gigantes como una pequeña sanguijuela hermosa, de manos rosa  y ojos tan azules y tan negros, que mi corazón de águila se transformó en paloma, y mi cuerpo de gacela en el de una señora.

Te has metido en mi vida realmente, ¿cómo podría yo meterme en la tuya?, éste milagro de vida sólo viene de Dios, y no hay queja, no hay dolor cuando las pronuncias, porque el dolor partió en un instante al verte por primera vez asomar por mi vientre, porque otras fuerzas me dejaron,  y no me pudiste besar donde todos los hijos hemos besado a nuestras madres al nacer.

No me vuelvas a decir eso, porque eres tú quien se metió en mi vida, y a pesar de que cortaron ese hilo que nos unió como uno solo en mi vientre, mi cascada está en tu mirada,  y en tu negro cabello de potranca  salvaje, de caballo chúcaro, que veo ir y venir entre éste bosque  de cemento ansiando una libertad que siempre fue tuya y mía.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 14/14


Los hijos  se metieron en nuestra vida... ¿quién los enviaría?, no lo sé, 
pero se  colaron como las mariposas entre la luz de un bello día 
y se quedaron pegados de mi lámpara por siempre.
Los hijos se metieron en nuestra vida... ¿quién los enviaría?, no lo sé, pero se colaron como las mariposas entre la luz de un bello día, y se quedaron pegados de mi lámpara por siempre.

LUCHANDO



LUCHANDO

Mi padre sabía lo que era quedarse sin nada... nunca lo había visto llorar, hasta ese día... viendo al horizonte sin saber qué camino tomar, pero ella estaba ahí, y sólo le dijo: ¡Levántese mijo, los niños tienen hambre, y usted ha sido un buen hombre, muchos amigos dejó en el camino, vaya a donde uno de ellos y pídale ayuda, un préstamo, algo, para continuar... !, así fue... una amiga  extendió su mano y confió en él, y así, muchas manos a la vez se extendieron, y ahora recuerdo, que mi viejo llegó ese día con un brillo nuevo, y mi madre sirvió a todos, un batallón de hijos, con una canción en sus labios, como la primera oración del día.

Es bonito recordar que en algún momento los cocos caerán, pero no precisamente como un mal, sino como una bendición, pues un coco cuando cae, demora mucho tiempo en ser palmera, pero lo será, y podrá ver a ese sol divino que la alentó a continuar una vez más... y canturrear hermosas melodías junto al mar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 14/14 


UN DÍA 8


DIA 8

No es fácil decir qué puede suceder hoy
un día 7 se fue un amigo,
pero un día 8 tuve que aceptar
que nada nos pertenece
y que somos pasto seco
que se enciende ante un rayo de luz
para convertirse en polvo
que parece volar entre la neblina.

Éste día ya son varios
y te veo caminar en medio de un sendero  extraño
no sé si sea el mismo que cruzaré algún día
la brisa esparce  cenizas
pero continúas el viaje,
tus alas son inmensas,
y esas son las únicas que valen.

Un día 8 acepto que no soy nada
que mi cuerpo no es mío
que la belleza no existe,
que la fealdad sólo está en la mirada
y que todos somos como  una lágrima
un poco de todos y de nadie,
que se queda entre las olas viajeras
para ir y retornar como el pensamiento.

¿En dónde estás?
Y pareciera que respondes
¡soy libre ahora!, nada me duele…,
soy parte del universo
hay muchas flores, más de las que imaginas
los árboles son uno en todos,
y todos,  somos uno dentro de la nada.

Colado en mi pensamiento te  quedas
y con la más gigante de las olas
te alejas, pero no lloras /¡qué extraño!
ahora, vas cantando.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 14/14