LECHUZA [78]
No hay afán ni apuro si voy de la mano de mi
jefe, desde aquí puedo divisar su grandeza, caminar con mis pequeñas crías y
alabarle.
No tengo miedo ni temo al depredador, pues a
veces también lo soy...
Me regaló fuerte pico y unas garras, para que
advirtiera vida y con ella me sostuviera...
Quiero volar en el día, pero prefiero las
sombras de la noche,
ahí también abren hermosas flores y encuentro
felicidad,
si al voltear al cielo, un tapiz bordado en
estrellas,
es mágica la presencia de la luna, llenando de
dorados al mar
que entona versos de amor sin pedido.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 14/13