sábado, 29 de junio de 2013

PALABRITAS 290613 (6)

PALABRITAS 290613 [6]

No te des por vencido; 
a pesar de los quebrantos,
siempre hay una esperanza,
una flor palpita,
un fruto espera,
 y una semilla promete.

De rojos encendidos aparece mi día
de brillantes colores,
hacia donde me dirijo.

Allá, donde la mano del hombre no llegue
esconderé mis perlas,
para que me acompañen un rato
mientras todo pasa,
todo se renueva,
en el incierto camino de la vida.


La flor de loto brota
en medio de la inmundicia,
y en la noche,
esconde su perfumado rostro
dentro de ella.

Pero allí sobrevive,
dejando a los pasajeros ansiosos,
belleza y néctar.

Después, callada y silenciosa
se desprende del tallo,
viaja a donde la corriente la lleve,
dejando tras de sí,
a muchos hijos que se le parecen.

El amor nos hace grandes,
y el perdón: gigantes.

Si tienes conciencia
de haber dañado a otros,
nunca podrás dormir
como lo hacen ellos.

Date la oportunidad de sonreír, como ayer,
pues cuando no tenemos el peso de la culpa,
podemos volar como las mariposas por el bosque,
sin miedo al depredador,
y podemos sonreír como un bebé cuando duerme,
con el pecho de su madre en sus labios.

Los pecados no se borran
ni se olvidan,
eso es falso,
la única manera de sobrellevar el pecado
es corrigiendo los errores,
mejorando cada día como seres humanos,
pero hay muchos que no podrán rehacer un cadáver,
y su culpa, será el castigo que merecen,
pues el espíritu del muerto
reclama y atormenta.

Las guerras se  han llevado a los inocentes,
así como la injusticia
es el lastre que debemos cargar,
hasta que aprendamos a vivir
sin un arma en las manos.

Lo que no arregla el amor,
se convierte en una eterna guerra.

No te confieses una y otra vez,
admite tus errores
y empieza a caminar de nuevo.

Mírame a los ojos
y nos perdonaremos.
El tiempo pasa veloz
y nos quedamos calvos de amor.

El dinero nunca será más importante que la amistad.

Hoy es una promesa cumplida,
estoy aquí un rato más, por algo.
No puedo dormir
y también ha de ser por lo mismo...

Limpio mis alas
diviso el paisaje de mi hoy...
A lo lejos,
un roedor espera por mis garras,
su tiempo terminó,
pues nació para que proclamara
con mis alas abiertas,
que un sol maravilloso,
el mismo de ayer,
ilumina la pradera,
y mis niños esperan ansiosos
por un abrazo y un beso.

Mi día promete a lluvia fresca,
que limpiará el sucio de mi árbol.

Las mujeres nacimos para combatir
lo que los hombres abandonan,
es nuestra misión en vez de un arma,
una oración;
en vez del odio,
permitir que el Sembrador
abone en nuestro vientre una semilla,
para que germine.

Nuestra misión en el planeta no son las armas, es la vida...

Felicidad, es cuando nos entregan un muñeco
nacido de nuestro vientre,
una semilla diminuta que germina,
crece y se mueve,
para finalmente sentirla pegada
de nuestro pecho.

Una corriente tibia
como un hormigueo,
la tibieza de la leche
que brota como un manantial
sobre sus labios,
y sus pequeñas manos,
masajeando y sonriendo,
ante nuestra mirada.

 Cuando una verdad
se convierte en multitud;
es porque el pobre
tenía la razón.

Cuando una injusticia
se vuelve silencio,
es porque hay complicidad.

Cuando llega una luz
a través de mi ventana cerrada;
es porque una pequeña llama permanece
encendida para mí.

¿Cuándo nos miraremos a los ojos
como aves de paso?
Tal vez nunca,
porque somos necios y ambiciosos,
olvidamos que la vida es un pasajero sueño
que se va con las brisas del camino.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio/13   

CON MARY SOCO (7)

CON MARY SOCO [7]


Mary Soco Rueda, nos han advertido que habrá días lluviosos... tristezas, si las hay, serán cuento de otro tiempo, y nos veremos a los ojos como ayer, abrazadas cantando en el pequeño jardín.  Al “gorrión” de Vicky lo dejaremos libre, para que anide sobre el ciruelo de las viejitas envidiosas.

¿Qué te podría decir?: padecer nos desnuda el alma, pero nada es para siempre, todo viene y pasa, se corrompe la piel bajo la lluvia, los azahares perfuman un rato, para convertirse en agridulces frutos.

No mires hacia atrás, ni creas que tus sufrimientos superan los de otros, siempre observa bajo tu hombro, ¡no más arriba!,  descubrirás que mientras tienes algo, muchos, sólo tienen la piel que los cubre, y están con la palidez de la muerte, y el susto que produce un comején, que de a poco se roba el aliento.

¿Has visto pasar al viejo que se arrastra sobre las nalgas, qué ni una silla posee, pues sus brazos tienen la fuerza de un gladiador, y de a poco, llega a su hogar, con unos boletos de la suerte, que nadie gana?

Descubre, tal vez debamos hacerlo las dos, que tenemos un poco de tiempo para vivir, disfrutar del paisaje presente, de éste segundo que nos regala la vida, para que nadie pisotee nuestro rostro, y la sonrisa sea más, que el dolor.

Quítate la máscara, aprende a ser, sin pensar lo que otros dirán de ti, nadie lleva a tu casa un mendrugo de pan,  tus manos lo consiguen por la voluntad de alguien más fuerte y poderoso, que no  deja ver el rostro, pero es el perfume de las flores que aparecen ante nuestros ojos cada instante.

Derriba esa hamaca que te atormenta, quita las rocas que te estorban el camino, y ofrece un sacrificio, el de ser feliz tal vez sea válido; es el único que tenemos que buscar, porque de lo contrario, el dolor será el ganador siempre, y nuestros labios temblarán, como una paloma asustada ante su depredador, o una madre abrumada, ante la ausencia de un hijo.

Hemos vivido mucho más que otros, ya es una ganancia tener los años que tenemos, tal vez no los supimos vivir, pues nos dedicamos a buscar cosas, en vez de felicidad, y ella en lo más simple del universo, ¡búscala dentro de ti!

Me doy un espacio a la meditación, cierro los ojos en mi soledad y busco un diamante perdido entre el cielo estrellado, me abrazo a la esperanza de mis alas abiertas, y en esa estrella que deja un hilo bajo la luna, a él me aferraré, para ser una cometa que se deja llevar de la voluntad de alguien grande y poderoso, y me da un espacio para vivir un segundo más, encontrando felicidad en el espejo de otros, que sufren mucho más, que tú y yo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 29/13