viernes, 22 de julio de 2011

CAUTIVA (292)

CAUTIVA (292)

Cautivo está mi corazón,
ya no hay espacios para recorrer;
mi tiempo es tuyo aunque no lo creas.

Suspiros envío desde el amanecer,
los sueños tristes se acabaron...

No importa, si la alondra o el jilguero,
si la lluvia o el sol, 
si las miradas hoscas,
si los turbios días...
Me importa tu hoy 
con el mío.

Tu perfume a veces tan lejano...
Siento mariposas volar en mi pecho
cuando llego a tu jardín y te marchas,
si deseo hablarte, te escondes...

¡Qué triste acuerdo en las penumbras!
Más aún así, nada importa...

Es  tiempo para compartir instantes,
segundos que ansío retener.
Vida mía, amor mío  ingrato,
no dudes de la verdad de mi amor por ti.

Déjame seguir soñando de mañana,
creer que la luz nueva eres tú,
que la vida lleva tintes violeta...,
que el tiempo se detuvo para mí.

Permíteme creer que no estoy muerta,
que la vida se adorna de flores nuevas,
que mi jardín se llena con tu aroma,
que tus ojos en los míos son luciérnagas...

Que encendidos como flamas vivas
nos veremos sin mirarnos,
nos besaremos sin tocarnos...

Nos fundiremos en uno solo con el pensamiento
y nuestro amanecer será una sonrisa fresca
una motivación para seguir adelante
sin importar los cardos, ni sus venenos;
sino creer que el amor es compartido.

No seremos dos,seremos uno,
con un brindis de cuerpos añejos
en la exquisitez de sus tiempos,
en  el instante preciso
para libar sus  esencias.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, julio 13/11

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