viernes, 17 de julio de 2015

ESPERA 3 [39]

ESPERA 3[39]


Esperar...
Es la paciencia el don de las rocas.
Si las pateamos
nos estaremos golpeando
a nosotros mismos,

pero si se quiebra en su tiempo,
veremos que dentro de ella
puede habitar una lágrima,
que tendrá valor para los humanos,
pero no para su Creador.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 17/15

DIOS DE LOS ANIMALES [40]

Lucía, madre de Sofía 


DIOS DE LOS ANIMALES [40]

Señor, Dios y Señor de todo lo que existe,
sabes de mi conexión de amor con los animales
y por alguna razón he perdido a muchos,
pero también por ese motivo, hoy como ayer,
acudo a ti rey de reyes que todo lo puedes
para que por un milagro como éste,
estar escribiendo una pequeña oración salida de mi angustia,
ruego, que tu mano pase por la persona que ha recuperado a mi perrita Sofía
y por obra y gracia tuya la devuelva a su dueña aquí en la tierra,
a quien encomendaste su cuidado y protección.

Un cariño grande me une a ella,
por tal razón, como caña en el pastizal me he doblado por otros,
hoy ese otro, próximo a mis ojos y afecto
necesita de mi cariño y yo el de ella.

Ruego escuches mi oración,
 y por la misma fe que me mueve,
comparto mis penas y alegrías con éste mundo
que a veces ve con malos ojos a tus criaturas,
pero también  hay miles de personas
que tienen una relación de amor con ellas
y necesitan de su compañía.


Amén


Tu oveja gris

A VECES [41]



Sofía, mi perrita, perdida Barrio Paraíso, Barranquilla

A VECES [41]

A veces, cuando nada nos queda,
hay una esperanza brillando en tu alameda,
oración que tiembla en una hoja,
si  del cielo cántaros asoman,
y del jardín,
el revoloteo de un pájaro que trina
a pesar de su prisión.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 17/15

EN MIS SUEÑOS [42]



EN MIS SUEÑOS [42]

Luego de esa noche,
 también seguí volando, 
me sentí amada como ninguna,
mi poeta amor.

 ¿Soy el ave azul en tu mirada?
 Si me lo dices ahora,
 te contaré también 
que sentí tus manos rozar mis cabellos, 
que tu boca fue una con la mía; 

te diré, que entre tanta soledad,
 eres un regalo hermoso, 
un verso en mí 
para convertir en poesía.

En tus ojos puedo navegar sin temor, 
jamás dirás nada que pueda herir, 
en cambio yo, quiero desnudarme ante ti, 
apagar la luz para que mis días sean noches, 
con tan solo el fulgor de tus estrellas en mis ojos.

Abrimos la cárcel de los sueños,
 un telón de oro despejó mis dudas, 
volé hasta tu alcoba...

¿Ves acaso a esa pequeña luciérnaga 
pegada de tu lámpara?,
 esa luz es mi amor por ti, 
tan pequeño, 
pero tan lleno de inmensidad, 
que sin verte
 estás aquí; 
y sin acariciarte
estás dentro de mí.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 17/15