martes, 28 de julio de 2015

TUS BESOS [10]

Martes, 28 de julio de 2015

TUS BESOS [10]

No fue el instante de tu boca en la mía,
sino ese cerrar de ojos,
lo que me acercó a la gloria.

¡Jamás un beso así!
Fue como estar ebrios sin tomar un trago
y estacionarnos, después de muchas vueltas,
en un trompo que gira y gira,
para frenar en seco,
y tocar las estrellas en tus ojos.

Fueron ellos los que se quedaron en mí...
¿Cuándo otro beso así?

Si volvemos a juntarnos alguna vez
como hojas secas en la inmensidad del mundo,

¡tócame de nuevo con tu boca!
para saber amor mío,
que en verdad el cielo existe.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15

AL COLIBRÍ [11]

AL COLIBRÍ [11]

Lo vi tan frágil y pequeño
semejando un escarabajo
o una mariposa con alas de platino
verde y azul, brillando tanto,
que un diamante sentiría rubor
ante tan grácil figura.

Un batir de alas,
¡es mío, lo vi primero!
gritó la flor que más cerca le tenía,
pero él, así como llegó,
asomó sobre una orquídea
que lo enamoró enseguida.

Va y viene mi dulce joya
brillando entre las blancas flores,
y entre rubores de muchachas pasa
dejando un beso,
para robar sin temor
la miel que nutre su embeleco.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15

TU ROSTRO [12]

TU ROSTRO [12]

¿Qué hago si veo tu rostro?
Comulgaría contigo una versión de mí,
ya que conoces éste interior de oveja gris
tan parecida a un cuervo o a una paloma
con sus alas cortadas  tratando de volar.

¡Si pudiera verte!...
Hay una luz tenue en mis ojos
que enceguece la verdad que muestras.

Pero en mi ventana te veo
y un despertar  nuevo me asombra
con tu presencia de luz cual diamantina estrella
que se perfila  entre las tinieblas
siendo un rayito de cabello blanco
brillando junto a  las sombras.

Doblo el cuello ante ti
soy un toro que es llevado al matadero,
pero ante el hombre he de luchar
con las armas de una letra
que persiguen tus palabras.

¡Báñame de luz como a los pájaros!
Que sienta ese calor que alienta
a la flor que entre los espinos brota,
al manantial claro donde te copias
siendo espejo y paisaje
entre el espeso follaje,
que danza al paso de un suspiro tuyo
moviendo al mundo,
con los brazos elevados hasta el cielo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15

POR TU RIVERA [13]

POR TU RIVERA [13]

Respiro a tu cuello,
 fue demasiado,
 hasta que te cansé; 

ahora paso por aquí
 a mirarte sin que me veas, 
y en tus ojos hay una distancia tan enorme 
que no podemos salvar, 
ni porque el amor nos bendijera, 
¿para qué?, 
soy una viuda de amor que pasa ligera, 
cual rauda hoja por la rivera...

Atino a olvidar, 
pero se empeña el recuerdo de ti en mí,
 como si estuvieras pegado en mi carne, 
en cada peca que recuerda tus caricias.

Un río violento surca el espacio, 
golondrinas de paso,
 gaviotas blancas de tanto suspirar nieve de olas 
y juguetes caros de la vida.

Tu hálito se pega de mi boca, 
te recuerdo bajo un limonar en flor, 
en las acacias se bordan nidos de paloma pequeña, 
y se enredan hilos de cabelleras grises y doradas,
 del pastizal que tiñe el paisaje de colores.

Pienso en ti, ¿por qué será que no te olvido?
 Envejezco con tu boca y tu mirada,
 y despierto de nuevo, ¡soy una necia!, 
¿aprenderé que el amor no se mendiga?
 Más todo mi amor te entregué,
 nada queda para mí, 
¿desconocías acaso ésta parte de mi vida?

Un poema nace cada segundo, 
ojos negros como mis noches,
 caballo fuerte que corre y corre,
 hasta llegar a la cumbre, 
sin voltear a ver a esa potranca triste, 
que dejaste enamorada en tu camino.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15

DE CALORES [14]

DE CALORES [14]

Estaba la doncella, como la plebeya del  papero, piernas abiertas así  al descuido, y los calzones lanzados fuera de la carbonada, mostrando hasta la flor donde anidan los malos pensamientos,  y mirando  sin ver, esperando a su divo reparara en tal hermosura, pero divo venía cojeando, amaneció derrengado de tanto joderle a la vida un ruego de bufidos y agotamiento, para no llegar ni siquiera a Pereira, y reparando todo muy bien dice: ¡oiga mija!, ¿no ha visto por ahí mis espejuelos?

Había sido una noche redonda,  durmió como lirón después de una extensa faena, pero quiso impresionar con sus disparos, y ni a las rodillas ajustó la fusta, pensé: ¡cabrón, se le para es con las putas!, y por más pose que intentó, la arepa se volteó y hasta el mentado astro, espero.

¡Tan bonito que se ve cuando se agacha a recoger el jabón!, ¡jajajajajaja!, en medio de todo, imagino a don Estanislao haciéndolo con la de turno, que espero le dure ésta vez, y me doy cuenta que tanto ruido no era menester, y que después de versen al desnudo, ¡nada que ver!

¡Recoged el jabón que lo he perdido, amada doncella!, y la doncella con las greñas revueltas  y el nido adolorido, le replica: ¡cójalo usted!, ¿me cree marica?, y ahí empezaron las mentiras a convertirse en verdades, cuando el viejo se agacha y por ahí mismo,  en el sol donde se metieron todas sus historias, mostró que un nido de oropéndula no se fabrica en cualquier árbol de la esquina.

¡Bonito así!, ¡dice la vieja Idiosincrasia!, y el viejo con cara de perversidad mostrando lo que tanto lo engrandece, le asevera: ¡cómo!, ¿así?, una carcajada escucho en oscuro aposento y las carnes se sudan de contento, mientras sigo con ahínco, tan mentado cuento.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15


¿Y DEL CACTUS? [15]

¿Y DEL CACTUS? [15]

¿Qué sería del cardón sin sus espinas?
¿Recordamos un río que se vendió?
¿Tiene memoria el hombre de sus iniquidades?

Sobre un lecho de rocas pasaba un río
con tan mala suerte que un hombre lo vio,
un colchón de negras espinas
a un bosque de negro pintó.

De hambre murieron, ¿o siguen muriendo?
¡Es de sed!, desde que el río se desvió,
pero se hacen tontos para callarlo
sin importar que al cardo ni le importó.

En un desierto de espinos y arenas
la sal de la vida es un pobre sudario,
como para el cardón guajiro sus flores,
y para mi madre, su escapulario.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15

GRACIAS [16]


GRACIAS [16]

Gracias por ser en mi vida, 
algo más que un espino,
pues eres perfume 
que ronda mi cabellera
tan raída y pálida, 
como el viento que se ajusta a mi boca
para suspirar un verso de amor.

Gracias por tocarme ser en ti,
al beso moreno que cantó sus ansias en tus pechos
y comulgó desde el amanecer,
trinos de toche y sinfonías de mirlo.

Porque fuiste tú y no otra
quien llenó de versos mi existencia,
poema mío al despertar
aromada princesa que pasas por mi hogar
siendo una rosa entre los aires gitanos
de éste nuevo día.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15

PIES DESCALZOS [17]

PIES DESCALZOS [17]

Pálidos como niñas en el bosque
 tornan los lirios en la mañana,
un frío calando árboles
arropa de cantos el mío
y bendice la lluvia
un campo gris de arenas secas
por donde navegamos esperanzas.

Tocó sus aguas,
rara sensación torna en lágrimas
la sonrisa de la niña.

Y se fue, un camino cercado de tristezas,
gritos que escuchó el mar
para juntarle donde se crecen flores amarillas,
y toda la suciedad anega en verde espeso
su divino madrigal de vida.

¿Diste el beso pendiente?
¿Le dijiste ayer lo tanto que la amabas?
¡No hubo tiempo ni para tocar su rostro!...

En traje blanco navegó asustada
la niña de los pies descalzos y rostro de lis
entre sus enfurecidas aguas,
ya que a jugar no fue invitada.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15

¿Y DEL VAGABUNDO QUÉ? [18]

¿Y DEL VAGABUNDO QUÉ? [18]

Una vez a pie,
otra frenando,
iba el viejo vagabundo
otro amor buscando.

Todo bulto era de agrado
escoba con patas,
un estorbo atrás y otro de lado,
y una que otra uña garabata.

Por fuera mucho alazán
pero su fuerza no alcanza
ni para disparar su fusil
a las rodillas,
del tan mentado pelafustán.

Una y otra caen de rodillas:
¡Mío, mío!, a más de una escuché gritar,
pero mío es una canción vieja
de traiciones y abandonos
que nadie podrá negar.

¿Qué sería del valiente?
Aquí rechinan mis dientes:
¿en dónde estará el matador?

Se fue muy lejos
con su mal ambiente
a regar con su mies ardiente
otra mueca simulada de alegría,
en otro estero de mentiras
para reír de mí,
los dos...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/15