martes, 16 de abril de 2013

AL CERRAR LOS OJOS [92]


AL CERRAR LOS OJOS [92]

He descubierto que puedo volar,
levantar vuelo una vez caída,
sentir tus labios en los míos;
darte un beso si hay lluvia,
abrazar mis sueños bajo tus alas.

Puedo navegar en tu barca, lo he descubierto,
mis remos livianos me llevan hasta tu alero.

Tu sol divino siempre está en mis labios,
tu corazón es una golondrina viajera
que deja sus trinos en mi ventana.

Puedo volar hasta encontrarte,
sólo cierro los ojos amado mío,
y bajo un frondoso roble 
hay un encuentro...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 15/13

PERFUME CARO [93]

PERFUME CARO [93]

¿Hay un perfume más rico, 
una fragancia más hermosa,
un aliento más delicioso
que el perfume del amor?

No existe...
Su precio no se mide por quilates
ni por marca, ni color...

Tiene el valor de todas las joyas
pero no la tomas para adornar,
la tomas para ser feliz.

Esto es lo que lo hace tan valioso.
Tu-yo es su nombre
y tiene brillo en los ojos,
una sed que no se calma
sino cuando subas por mis cerros
y me hagas ver estrellas
y brillantes luceros.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 15/13

TE ESPERO [94]

Karen-Cartagena/13

TE ESPERO [94]

Viendo el mar, sólo eso...
Dejando que el sol haga travesuras,
que me vuelva castaña, dorada,
hasta que llegues, 
hasta que aparezcas
detrás de ese infinito azul
en una barca, en una canoa...

Tal vez seré un náufrago y te espere
anhelante de un ramo de rosas frescas.
El perfume de la vida me conmueve
pero más, tu piel canela. 

Te aguardo en el mismo sitio.
No se mudarán los cerros...
Aquí estaré liviana y reposada,
¿repararás en mis ojos negros?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 15/13

ELLOS [95]


ELLOS [95]

Para ellos somos todo;
su vida, su amor, su ternura...

Ojos divinos que nos adoran
y no piden nada, 
de lo mucho que dan.

Se contentan con una caricia, 
a cambio carcajadas 
que nos provocan siempre,
que nos mueven el corazón.

¿Quién verá con sus ojos
a ese enemigo silencioso?

¿Quién nos amará con ésta clase de amor
tan puro y desinteresado?

No al maltrato...
No al abandono cuando viejos,
tal vez mañana seamos nosotros 
quienes vaguemos por ahí, 
en cualquier sendero con hambre y frío,
y nos preguntemos: 
¿Qué hice con el amor?


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 15/13




MIS NIÑOS [96]


MIS NIÑOS [96]

No es bella una cascada,
ni escuchar el canto de un mirlo,
ni son preciosas las flores
ni los ojos de mis niños...

Bello es todo lo que existe;
divino el sol y las estrellas,
tus perlas encendidas en las mías
y éste corazón que palpita para ti
aunque no quieras amarme.

Lindo  acariciar sus pieles,
sentir esas magníficas presencias
como ángeles de colores
que se pasean por mi estancia.

Y mágico saber que existo,
que puedo contemplarlos,
que vivo feliz si ellos lo son
y no admito su maltrato.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 16/13

MIS NIÑOS POR AHÍ [97]


MIS NIÑOS POR AHÍ [97]

¿De quién son las flores del campo?
¿De quién es su fragancia y belleza?

¿De mis niños cantores del valle?
¿De mis gigantes amados y solitarios
tan heridos, tan devastados por el hombre?

¿De quién es la vida?
¿El derecho de existir, volar, corretear y soñar?
¿Será de mi corazón que no palpita?
¿Será de mi alma 
que rebota ante tus ojos indolentes?

¿De quién éste ramo de violetas?
¿Éstas perlas salobres de mis ojos?
¿De quién soy, cielo mío?... 
Si no del bosque,
si no del mar,

¿soy del silencio?...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 16/14


LA PAZ [98]

Ramírez Rafael-Boston.

LA PAZ [98]

¿Cuándo llegará esa paz soñada?
Sólo de tus manos llenas,
de tu limpio espíritu, 
de la fuente clara que viene del norte.

La paz parece un sueño lejano.
La ambición de unos pocos,
es sueño perdido de muchos.
¿Esperarla será vano?

Llevo tantos inviernos y veranos
y en espera de ella envejezco.
Tengo la piel curtida y el cabello blanco,
una mueca de impotencia,
mis labios cerrados.

¡Qué lejano parece el horizonte!
Pero si extiendo mis manos lo alcanzo,
si puedo cerrar los ojos al miedo
levantaré una bandera blanca.

Está aquí dentro de mí…
No blandiré mi espada lengua
tan mortífera como el hambre,
tan venenosa como la injusticia.

Ven a mi rincón amado…
Aquí respiramos miedos,
esos miedos que trae la ambición
que nos roba la tranquilidad de soñar
y vemos hacia los lados,
parece que viniera la parca desnuda
a hundir su zarpa afilada,
para dejar al fin en paz el cuerpo
y el  alma descansada.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 15/13