lunes, 30 de diciembre de 2013

¿QUÉ LES DIGO? [1]


Anderson Q.E.P.D.

¿QUÉ LES DIGO? [1]

Que disfruten de la vida
Es pasajera, inestable…

Así como se toma el agua
Se debe hacer con el vino…

Y como se suspira,
Se debe besar a una mujer
O a nuestros hermanos.

Abracen las miradas dulces
No queda nada cuando ya no estés,
Ni siquiera puedes cargar con tus huesos,
Pues ya no son menester.

¿Me quedó algo de lo vivido?
Flores amarillas y rojos encendidos,
Y un corazón herido…

Cuando estén aquí
Un suspiro lo es todo,
Volar es bordar manantiales
Y soñar no existe… pues todo es sueño
Como la misma vida…

Comprenderán que a nada se deben atar
Pues nada nos pertenece.

¿Qué les digo ahora?
Gracias Dios, siempre por todo,
Gracias por los ojos de mis padres,
Por mi hermano y mi familia…

Y a ella, la que me amó de veras,
La que olvidé un momento
Por andar en los calores de la carne:
Desde aquí la veo pintar camisitas azules
y tejer escarpines en seda, con mi nombre.

Pero la vida es así…
Un mantel pintado de sorpresas
Donde se acomodan los platos a la mesa
Para un invitado de honor, que nunca llega.

Abre tus ojos en las noches, que ahí estoy,
Descubre cada rayo de luz en tu ventana,
Tal vez sea yo…

Pero no me olvides…
Siempre estaré por ahí colgado de algún gajo.
Seré flor en medio de tu mesa
Y en tu jardín,
Un pequeño colibrí.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 30/13



LA COSA [2]


Sonia

LA COSA [2]

¡La odiaba!, es verdad, /cada vez que lo veía con ella en la mano, la metía la sacaba, la brillaba, miraba de reojo a ver quién lo estaba viendo, y esa cosa endemoniada parecía reír de mí, y yo de ella, parecía la calavera de un poema.

Ese día estaba más sospechoso que de costumbre, la prima, la navidad, se acercaban las vacaciones de fin de año, y lo veía cada segundo con ella en la mano, una y otra vez, sólo enrojecía de la ira, me hubiera gustado arrancársela, echarla al fuego y desaparecerla entre las olas del mar de Sabanilla, y regresar a casa con una sonrisa de satisfacción, pero a él no le importaba, se cuidaba un poco de mí, me volteaba la espalda, iba y venía del baño con ella a tiro…

¿Qué tanto podrá hacer con esa cosa? /pensaba , ¡no es tan grande!, escasamente cabe muy poquito ahí, para que se afane tanto… para que su vida gire en torno de ella, y todo lo vuelva sospecha.

Ese día era el de su viaje, poca vianda quedó, en navidad siempre esperamos una copa de vino, un brindis, una salida, al menos una mirada… ¡pero no!… esa cosa era lo único que le importaba, y antes de salir, empezó a gritar, alguien le había sacado la cosa de su maletín y le había robado, según él, algo de dinero…

La primera sospechosa: yo… con esa sonrisa con que había amanecido, no era para menos, ¡pero nada!, mis manos no pasaron por ahí éste fin de año, ni pasarán, triste historia, porque el achaque estaba bien bueno, para no dejar un solo billete con que pudiéramos las fiestas pasar.

Metió la cosa de nuevo a su bolsillo, con un medio abrazo se despidió y el rostro enfurecido /para ejercer presión, y se alejó.

Pero a la cuadra siguiente estrujó la cosa, la acarició dentro de su pantalón, con una enorme sonrisa que no le cabía en el rostro y el pecho agitado de la emoción.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 30/13







COLGANDO LETRAS [3]

COLGANDO LETRAS [3]

Cuántas veces olvidamos que la vida pasa veloz, tan rápido, que otras tantas, abstraídos en nuestros propios afanes, olvidamos a nuestros padres, otras los sentimos un estorbo, muchos ancianos en los asilos así lo confirman, después de que  han entregado todo por nosotros, seguimos pensando que somos ese brillo que se agita en el universo, sin pensar en más,  creyéndonos el sol o las estrellas.

Cruel vida, pero cada roca en el camino nos enseñará a ser mejores, a eso llegamos a éste dulce planeta, a estrellarnos contra las rocas una y otra vez, hasta que aprendamos la lección, y será ese día, si nos estrellamos de frente con nuestra propia ancianidad, si tenemos esa fortuna.

¿Qué más tesoros buscamos?.. Tenemos tanto nuestro alrededor, pero estamos afanados en comprar tonterías en los almacenes, en llenar nuestras alcobas de trapos, adornos, estorbos, siempre queremos más de lo que realmente necesitamos, y en este ir y venir a nuestros viejos olvidamos.

¡Libérate!... ve a una isla solitaria, quítate las vestiduras de la hipocresía, deja todo que el mar es sabio, elimina nuestra torpeza y suciedad para hacernos libres y creadores de belleza, un resplandor nuevo a nuestros ojos  al compartir nuestra esencia con quienes siempre estuvieron a nuestro lado dándonos ánimo y amor.

Navidad feliz para todos, que seamos como el diamante, entre más nos  acarician, más brillo, entre más brillo, más valor, y entre más valor, mayor humildad...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 30/13






A MI VIEJO/Carmen Lora [4]


Padre de Carmen Lora.

A MI VIEJO/Carmen Lora [4]

¿Qué puedo decirte viejo?
Ayer volaba, era mariposa feliz;
Más te veo con tus ajadas manos,
Con un dolor parejo, tan igual a mí…

¡Disculpa si no había detallado tus arrugas…!
Profunda tristeza tiene tu mirar,
Enmudecida boca guarda tus heridas
Como mástil, que se vence ante la mar.

Quiero abrazarte ahora…
Es fuerte la brisa y el frío cala mis huesos,
Más los tuyos, parecen hechos de roble puro.
A punta de blanco arroz se bendice la vida,
Y el azadón dejó sendas llagas en tus manos,
Que jamás supieron renegar.

Vamos hacia la montaña… ¡un poco más allá!,
Despierta  un sol teñido de castañas.
Escuchamos a los mirlos y los toches,
Ahí se  bordan nidos y se entretejen palmeras
Para que el campesino pueda descansar.

El mochuelo, tan de pico amarillo, divisa un arrozal.
Admiro sus negras alas que ayer grises fueron,
Pero al envejecer es más bello
Y cuando canta: ¡padre mío!,
Nadie lo puede igualar.

Ahora que nos cobijamos con los mismos dolores
Sólo un beso te quiero dar…
Ven que deseo acariciar tu blanca cabellera,
Porque mañana… ¿será un mañana?
No lo sé… pero es ahora… sólo ahora,
Que anhelo  repetir te quiero,
 Y esperar…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 30/13




COMO LAS HORMIGAS [5]

COMO LAS HORMIGAS [5]


Si trabajáramos como las hormigas,
Seríamos invencibles...
Pocas veces volteamos el rostro hacia los ángeles
 Que nos dan ejemplo cada día.

Las hormigas son: “la hormiga”,
Ya que ellas no trabajan solas,
Sino como un ejército...

¿Qué tan hormiga soy?

Puedo ser una hormiga
Con mis pequeñas y pálidas letras,
O tal vez un ganso
Dejándose guiar por su líder.

A veces me pregunto: ¿pero en dónde está mi líder?...
Y la respuesta viene de lo alto...

Bajo el rostro,
Y todo está escrito,
En los mensajes que me traen las brisas de diciembre,
En cualquier rincón del camino,
O sobre mi reloj viejo que no se mueve,
Colgado en mi pared.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, diciembre 29/13

BÚSCAME L4R [6]

BÚSCAME L4R [6]

Búscame en el manso arroyuelo...
Entre las hojas movidas por la brisa,
En las horas, donde creas que estás solo...

Atrápame en el viento que llena tus pulmones;
En ese llanto inconsolable de a veces...

¿Quieres verme?...
La música tiene un poco de mí...
El canto de las aves al despertar
Y el bullicio que dejan al dormir.

Pero no dejes de buscar...
Que nada quite el brillo de tus ojos
Ni vuelva pálida tu sonrisa...

Mírate al espejo...
¿Ves a ese parecido a ti?
¿Adivinas una sombra como tú?

Mientras llorabas, yo estaba ahí,
Enjugaba tu rostro y te abrazaba...

¿Adivinas ahora el perfume de una flor?
¿Crees que es la colonia que usas ahora?
¡Es extraña esta sensación de paz...!

Aquí estoy, contigo...
Piensa en mí, abarcaré todo lo tuyo
Y tu alma transmitirá lo que deseo.

¿Crees que tus manos escriben?
Tan arrogantes a veces,
Tan perezosos para amar...

Búscame, aún debajo de las rocas estoy.
Levanta una hoja, ese ánimo es mío.
Y ahora... calla...

Alguien más, espera por mí...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 29/13



NI UNA HOJA [7]

NI UNA HOJA [7]

Recordaba unas palabras de mi madre, 
claro que están en las sagradas escrituras, 
transmito lo que ella me dejó:

"Ni una hoja se moverá, sin la voluntad de Dios"... 

Una honda tristeza me cobija, 
Al observar cómo destruimos su obra...

¿Somos más poderosos que Él?
Cuando acabemos con todo, ¿qué venderemos?
Tal vez las nubes tengan valor, o las estrellas,
Ya que  por dinero, somos capaces de vender

Hasta nuestra alma.

¿En dónde estaba Dios?... /Nos atrevemos a decir...
Y pareciera que él respondiera:

"Sólo observo y espero.
En el instante que ya no quede nada,

Todos estarán encorvados orando..."

¿Será demasiado tarde?...
Dios no es un verdugo, Él es una Deidad de amor,
Y es seguro, que tendremos otra oportunidad.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre/13










JUSTICIA [8]

JUSTICIA [8]

Me queda de ti,
La esperanza de que todo cambiaría para mí;
Esa gran sonrisa y tus azules ojos...

¿Qué más podía pedir?

Un sueño de un rato,
Que se esfumó,
Como todos los que a veces tenemos...

¿Una broma de alguien tal vez?

Pero valió la pena la ilusión...
Y que hayas sido por unos momentos
El responsable de mis sonrisas,
Y nuevos latidos en mi corazón.

Se entera mi sombra de tu presencia
Ahí estabas, ahora eres un recuerdo
Perdido entre el humo de mi vida
Y el brillo mágico del sol.

Pude amarte… ya te amaba…
Pero mi ceguera despertó
Cuando entre los más dulces pensamientos,
Tu boca se calló…

La balanza se ladeó para un lado
Ahí te vi desaparecer como llegaste,
Entre los hilos mágicos de mi computador.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 29/13


BAILANDO CONTIGO [9]

BAILANDO CONTIGO [9]

¿Quieres bailar?
Me gustaría un bolero
Olvidando qué eres, y quién soy,
Sólo dejarnos llevar por ésta brisa
Tan fría y rica de diciembre.

Escojo la canción para iniciar:
Si alguna vez… ¿existe esa melodía?
Dice: Si alguna vez mi estrella apareciera
Sería parecida a ti, con voz de cantor,
Y una sonrisa enorme mi vida abarcaría.

Creo que te gustó… Shhhh, no digas nada…
Dame la mano, ¡qué fría la siento!
Más tengo un poco de tibieza,
Ha quedado un calor del ayer
Que me atrevo a entregarlo
En medio del humo de éste día,
Y la sombra de un amor que nunca fue.

Déjame tan solo aferrarme de tu talle.
¿Te gustaría que fuera mariposa por un día?
Danzo con ésta música, el perfume de tu pecho invita.

¿Me dices que está desnudo?...
Casi que me atrevo a tocar tus flores
Y una sonrisa tímida esbozo…
Continúa otra melodía…
Algo dice que le dio luz a mi vida
Y tu brillo ha llegado a mi hogar…
Un sitio donde el amor no existe
Y se fue a navegar, más allá del mar…

Olvido un escabroso ayer para estar contigo.
¡Danza!... una vuelta enredada en tus ojos,
Una curva, antes de que mi barca se aleje.
Tal vez una rosa guardada en mis cabellos,
Y un amor sincero…

Pero el son ha terminado…
Una realidad, antes de mi cruce de esquina
Me afronta a un maquillaje desleído
Y a esta boca que se arruga.

Te veo partir entre hilos invisibles
Pero un aroma a ti se ha quedado,
Parece luciérnaga llena de brillo
Que se estaciona por siempre,
Entre las pareces grises de mi alma.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 29/13


BAJO LA LLUVIA [10]

BAJO LA LLUVIA [10]

¿Qué hace un gorrión bajo la lluvia?
¡Pero lo veo tan feliz!
Basta el rocío de la mañana
O el instante de la brisa fresca,
Para él abrir sus alas
Y danzar complacido.

Muchas veces pregunto:
¿No hago lo mismo?
No tengo alas, pero sí pensamiento,
Y con él voy y vengo sobre los mares.
Me extasío con el aroma de los bosques
Imaginando al Pintor con su paleta mágica
Delineando todo para mí.

Y de nuevo avisto tan pequeño ángel
Con sus ocres alas,

Entre marrones y amarillos.
Danzarín, con un instrumento musical de pocas notas
Que regala brisas de primavera
Con tanto amor…

¿Lo sabe acaso?
Mi gorrión de copete tímido
Que llegas aprisa y así te vas,
Dejando un hado de sombras a tu paso,
Y entre los frescos aromas de un diciembre
Tu trino mágico, pleno de candor.


Junto a  las cristalinas aguas
Casi  adorando el instante del rocío,
Doblando el cuello bendice todo,
Plasmando una imagen
Cual si fuera un redentor de lodo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 29/13






¡¡SALUD!! [11]

¡¡SALUD!! [11]

Hermoso puerto,
aquí las arenas del mar se juntaron,
pero más bello verte algún día,
besando las flores de mayo
que se desgajarán de las tejas rojas,
en donde anidan los colibríes
y se juntan los turpiales.

¡Divino ver la barca arribar!…
Ahí están todas las promesas,
en tus ojos… en las estrellas colgadas de los míos.
Pero hay una sensación de vacío
que parece ahogar éste gran momento.

¡Qué lindo!... /diría un niño...
Si al asomar luciérnagas en el cielo
se pintaran de todos los colores,
pero al caer, entregan su veneno,
o su brillo mágico junto a las flores.

¿Qué me ha quedado de todo esto?
Solo han sido rosarios de perlas en mis manos.
De mis ojos se desgranan cada día;
son copos de algodón empapados,
que se transforman en sábanas de sal
sobre las playas.

Ahora sabe a uvas tu boca,
¿O es la mía?...
Junto mis manos creyendo son las tuyas
y me quedo viendo de nuevo al espejo.
¿Será que está dañado?
No tiene el brillo de otros tiempos
ni hay ramitos de flores en mi cabello,
ni aquéllas locas carcajadas
donde la felicidad flotaba
con olor a nardos y pensamientos frescos.

He descubierto que estoy viva, a pesar de todo…
Que vale más un segundo brindando
que un siglo renegando…

Entonces levanto la botella… ¡es un exquisito vino…!
¡Gracias Pedro, por el regalo!, por la sorpresa,
por la vid, que aunque muere de a poco,
siempre tiene brotes nuevos.

Gajos de flores blancas se convierten en tesoros.
Se brinda por un día más,
Aunque otros se hayan quedado pálidos
Sin ver otra primavera
Con el sol coqueteando naranjales.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 29/13