jueves, 13 de marzo de 2014

LA MARIPOSA Y LOS SUEÑOS (CUENTO)

Imagen: Internet


LA MARIPOSA  Y LOS SUEÑOS (CUENTO)

Conocí a una mariposa que sólo sabía soñar… la recuerdo de pequeña, hablando con las aves y correteando por ahí, adornándose con flores del bosque, huyendo asustada de la coral y el depredador, llevando entre sus manos, muchas orquídeas pequeñas para mamá…

Morían todas, pero ella no… parecía un tiempo para resistir cada embate del destino, ni la lluvia, ni el huracán, ni el sol ni el frío… y volaba… volaba entretenida con las flores del camino, atorada entre las espinas de los cardos, en donde esperaba de a poco, que las hojas de un gran árbol cayeran, para verlo florecer de nuevo, con cada estación de su vida.

Inventaba cada sueño de amor, y pasaba sus días de larga soledad, en un bosque blanco que llenaba de perlas negras para otros, con letras mínimas, abría y cerraba sus alas, y se veía en su propia sombra, en un espejo de aguas oscuras, que con el sol se volvían doradas, y tenían la magia de regalar nuevos sueños, cuando los jóvenes se iban, se perdían entre charcos de sangre y ella esperaba… queriendo ser de colores, más solo eran negras sus alas.

¿Qué sueño es este donde sólo pareciera sufrir?... ¿Acaso qué misión tengo aquí?...se preguntaba una y otra vez mariposa…

No tengo color alguno… ni tengo brillo especial… ¿Será que hoy las aguas turbias, se volverán manantial?...

Una leve lluvia humedeció sus alas… ¡éste día tan  especial para morir!… pensó mariposa… hoy no quiero soñar… ¡me siento tan cansada!... una vida de melancolía, con tan pocas alegrías,  sin alcanzar mucho, ni siquiera la rama más baja…

Pero sueño apareció de nuevo, cuando más dolida estaba… tenía forma, tenía piel, tenía ojos… tenía manos que se curtían al sol, y mariposa empezó a imaginar una vez más…

¡Así lo quiero!... inició a pintar corazones con sus labios… empezó a danzar con el sol de la madrugada…se bañó en su inmundo lago, que con la nueva luz de su tiempo, se había vuelto una quebrada, y bajaba junto a las rocas, subía con las cascadas, volaba sobre los espinos sin que nada la hiriera, ni nada le atormentara… entre la neblina obligada de sus noches. 

¿Quieres morir?... le habló el silencio… ¡cierra los ojos y deja de soñar!… solo duerme despacio…sin afán…¡deja que el río  se vuelva púrpura!, que te eleves como si estuvieras borracha, que veas dos y tres, y mil veces… tu figura danzando entre la brisa, y los colores se desvanezcan en tus ojos, para que una estación nunca llegue…

Mariposa se asustó un poco… ya había tocado el umbral de la muerte y no le gustaba… tomó un poco de miel que le ofrecían en cúpula de oro, y la margarita la vio…cuando abrió sus alas, y los rayos de luna la vistieron de negro con lunares brillantes, y al amanecer, la vio también, oculta bajo las ramas secas, esperando un rato más, a  que llegara el invierno.

¡Promete la primavera!...  esperaré dormida un tanto… un poco solamente… y cuando abran las flores lo sabré…y seguiré soñando… para vivir eternamente feliz y nunca llorar, pues lo único que tengo en éste mundo, es soñar… y las luces encendidas de las casitas del campo, los rayos de luna con los que hablo y me contento…

Es verdad…
¡Promete a primavera!
Será un nuevo tiempo para crear versos de amor y seguir soñando… pues mientras ellos existan podré ser mariposa de candil, de lámpara encendida, donde las estrellas me regalarán cada promesa, para crear despierta  el amor, y conservarlo tan solo para mí.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 13/14