sábado, 4 de enero de 2014

TU HOMBRÍA

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TU HOMBRÍA

Si quieres mostrar tu hombría, 
Déjame ver tu corazón
Arriba de la montaña, 
Cuando el sol esté de frente;
Abajo de ella, 
O si el río desciende
Entre rocas espinosas 
y que nada hiera...


Si quieres mostrar tu hombría,
¡Déjame conocerte!

Hablaremos de la mágica vida y del instante;
Tal vez el paso del día nos acerque a la noche
Y puedas un beso regalarme.

Si quieres mostrar tu hombría,
Mira la desnudez del bosque,
Que todo entrega y nada pide.

La blancura de la nieve
Cual ángel de bondad
Que nos hace bendecir el sol,
Cuando no está.

Si quieres mostrar tu hombría,
Déjame ver tu rostro,
Que no haya máscaras ni miedo,
Que hables con la misma voz de un gorrión;
Que la simpleza de su vuelo me encante
Y con la magia de su amor me ilumine...

¡Todo es tan simple, y a la vez tan lejano!...
Bastaría sólo una rosa en verano,
Sería suficiente una caricia de tus manos.

Nada más que una mirada tuya en la mía
Y un te amo, limpio, sin engaños...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 4/14

MIENTRAS UN TINTO



MIENTRAS UN TINTO

Sí, una palabra aprendida desde niña
Mientras escucho el rocío 
El ronquido que baja del cielo,

Y los diamantes antojados de besos
Sobre las olas…

¿Han detallado un diamante en una hoja?
Es como el prodigio de la vida
Se roba el cielo en un instante
Y nos arropa de dulce melancolía…

Escuchen… escuchen…
Es como pisar sobre las ramas secas
Un chasquido como cuando el fuego
Un palpitar como el corazón
De todos los que se fueron…

Mientras me tomo un tinto…
Recordando versos del ayer
Un pañolón de colores pálidos
Un rostro de flor blanca y triste…

Pero la vida continúa, sólo por un momento
Por un parpadeo bajo éste alar rico en matices
Una mano cansada que me aprisiona el cuello
Un caminar despacio con el mismo vestido…

¿A quién importa?... mientras me tomo un tinto
Es válida la montaña, el color, la fantasía…
El soñar entre besos como campanas que suenan
Donde no hay muertos, ni fríos, ni hielo…

Ya casi termino mi tinto,
El sonido palpita entre colores amarillos y rojos
Un rayo veloz anuncia tempestad para mañana
Y me quedo aquí, viendo a mi pared vestida de letras
Agradecida por ella, y por éste momento
En donde el negro y perfumado café, me inspiró un verso
Y la melodía, una oración…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 4/14 

MI RISITAS DE ORO

Foto: Mi risitas de oro...

Apagada estaba mi niña, como si la parca me persiguiera y la tomara a ella, pero en oración estaba, y su sonrisa linda me tenía un poco apagada.

Vamos doctor, ayúdame, no puedo perder ahora también a la niña linda que sonríe, no importa si me ve llorando, con sus patitas traviesas me araña, con su boca besa mis pies y gruñe, como si dijera: Te quiero...

Ya la vi, ella me olió porque todo se llenó con su voz, sus chillidos agudos a todos tenía enojados, pero cuando me vio a los ojos, ahí estaba,  con esa sonrisa tímida de quien se encontró cara a cara con la muerte, y de cara al sol, me regaló su primera sonrisa del 2014.

Raquel.
Mi Chanchy enfermita enero/14

Mi risitas de oro...

Apagada estaba mi niña, como si la parca me persiguiera y la tomara a ella, pero en oración estaba, y su sonrisa linda me tenía un poco apagada.

Vamos doctor, ayúdame, no puedo perder ahora también a la niña linda que sonríe, no importa si me ve llorando, con sus patitas traviesas me araña, con su boca besa mis pies y gruñe, como si dijera: Te quiero...

Ya la vi, ella me olió porque todo se llenó con su voz, sus chillidos agudos a todos tenía enojados, pero cuando me vio a los ojos, ahí estaba, con esa sonrisa tímida de quien se encontró cara a cara con la muerte, y de cara al sol, me regaló su primera sonrisa del 2014.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 4/14

MI AMIGA PARCA

MI AMIGA PARCA

¡Qué no se muera nadie!... ¡basta ya!
Que broten centellas como si fueran semillas vivas
Que los aguijones piquen y se inflame la piel
No importa cuánto duela la vida,
No importa cuántas quejas,
¡Pero que nadie muera!

Que se largue la parca con su pezuña negra
Con esa mirada oscura y esas alas brillantes
Que busque en otro lugar donde la carne no huela
Y donde los huesos no languidezcan bajo la tierra.

¡Qué se largue puta vieja... a buscar pesares a otro lado
¿No se le hinchan las piernas? ¿No se le han secado los ojos?
¿No ha mostrado acaso esa sonrisa sin piel, que tanto me asusta?
¿Para qué deseas la vida, si con saber que morimos basta?

Pero ahora... que un cierto olor a hierbabuena
Que un conocido perfume ahonda mi pena
¿A quién te vas a llevar?...

¡Que no sea yo!... ¡Al carajo!...
A los siete mares te vas a navegar
Porque lo que soy yo... me escondo...
Finjo morir cada vez que la recuerde
Y resucito cuando su perfume transite por mi casa
Entre arrullos de palomas y cantos de sinsonte
Viendo mis ojos morir cuando la pienso.

¿Mi carne para qué deseas?
Mira que ni a los buitres la dejarán...
¿De qué te servirá entonces una pequeña paloma?
Canta en vez de llorar, parca amiga...
Dame la mano y vamos a cantar un rato
Tómate un tinto conmigo y tal vez,
Hasta nos animemos a un beso...

¿Pero mi carne?... ¡ni de fundas te la llevas!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 4/14

¿Y MI BOCA?


Imagen: Raquel Rueda B.

¿Y MI BOCA?

Tan seca mi boca se encuentra
Deja que una gota de rocío de la tuya me calme
De a poco como una rosa vieja 
Caen vencidos los pétalos ante el alba.

De mi boca, por donde puede salir lo mejor
Pero un empeño me acosa y una lengua se agita
Esperando la tuya retoce un rato, como caballo pequeño
Para que me regales de tu agua bendita.

¿Y mi boca?... hace mucho que no te importa
Me canse de tanta sed y en éste balcón
En donde mi potrero es estrecho
Los veo surgir en la llanura con sus fuertes ancas.

Relincha amor sobre mi boca…
Mi caballo alazán fuerte y poderoso
Sube hasta la cumbre de mis pechos
Elévame hasta el surco que forman tus labios
Cuando a relinchar te antojas.

Agítate caballo brioso…
Mi bosque tupido está ansioso
La orquídea viva de tus amores pendientes
Suben y bajan la cuesta para hincarte los dientes.

Y al fin… cuando ya el reposo de un lago adviertas…
Cuando ya mis labios estén blancos y sellados
¿Para qué?... no besarás una nube pasajera
Ni dejarás tus bigotes mojados cuando no los sienta
Ni abrazarás un muerto tronco, cuando sus raíces sean expuestas
Ni dejarás una marchita flor en mi ventana.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 4/14