sábado, 22 de diciembre de 2012

REGRESO A CASA (29)


Paisaje Colombiano- Liz Nayibe Àlvarez R/12


REGRESO A CASA L4R (29)

Cuando marché lejos de ti
Me olvidé de la pradera
De tus negros ojos 
De tu boca lamiendo mi piel
Del canto de las palmeras.

Un divino paraíso oculto
Donde la mano del hombre también llega
Se hizo óleo sin enmarcar 
Y en la pupila se guarda por una eternidad.

La danza de los colibríes me halló despierta
Y el olor a flores del campo
Me hizo levantar antes que el sol.

Allí descubrí que la paz lo es todo,
Esa libertad en medio del verdor
Era lo más grande que cualquier ave
Pudiera soñar.

Era incierto regresar al mismo bullicio
Las miradas hostiles y los labios mentirosos,
Pero en la lejanía me esperaban mis propios ojos,
Mi propia sangre que corría por otras fuentes
Y llegaba a un estanque que me pertenecía.

¡Qué alivio regresar a casa!
Sin importar las heridas,
El regocijo nos toma de nuevo,
Las miradas y los abrazos nos alivian
No se acabó el mundo, se renovó mi alma
Y como una gaviota sin heridas
Levanté vuelo para retornar al huerto
A contemplar el azul del mar una vez más

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 22/12.

TU DESAMOR (30)

TU DESAMOR L4R (30)

Tal vez hayas olvidado mis besos,
Puede ser que la guitarra que estuvo entre tus brazos,
Los azahares que entregaste con una oración al cielo
Donde un juramento seria una cadena de amor.

Alguna vez entre gemidos me dijiste que me amabas
Que era yo tu razón y tu fantasía…
Que mis pechos entre tus labios eran como un poema nuevo
Que mi cintura un bandoneón,
Mis piernas, el tronco donde dejarías la mies
Que en veloz carrera inundaría de vida mi vientre.

Pudiste olvidar las promesas…
Dejaste en el ayer nuestros planes…
Olvidaste que mi cuerpo tuvo un gran cambio
Que se inflamó el estómago, se llenó de pequeños huesos
Y alguna vez, el llanto de los niños te hizo sonreír.

Tu desamor ha olvidado los latidos de un pequeño corazón
Los primeros pasos de tus hijos pareciendo ancianos
Llevados de tu mano como un gigante que guiaba sus pasos
Pero que en un segundo volteó el rostro hacia otro lado
Quedando todos los sueños a la deriva
Y las promesas en saco roto.

A la primera mirada provocadora
Ya mi cuerpo era de una vieja obesa
Mis palabras ya no te importaban
Tus promesas se lanzaron al viento
Las oraciones dobladas las rodillas,
Se olvidaron en medio de orgías y chillidos de hienas
Que se robaron de a poco mi felicidad.

Ahora estoy aquí…
Inicio un nuevo día con la mirada pendiente del sol,
Busco la peña y paso a paso, una luz me guía.

Doy cuenta de mis agonías a un sembrador de sueños
Musito de nuevo una oración
Y encadenada a ese amor sin mentira
Susurro con la voz del viento
En tanto perlas de sal corren por las mejillas
Encontrando mi  oasis en su corazón.

Raquel  Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 22/12/12