miércoles, 23 de enero de 2013

TRAS TU HUELLA [22]

TRAS TU HUELLA [22]

Como un perro abandonado busco tu huella,
paso a paso, sin importar que la borre la nieve.

Alcatraz herido que ya no conmueve,
roca fuerte de mi corazón,
exhala un suspiro.

Parezco un pichón abandonado,
una honda hiere a mis padres.
Aterida estoy, el frío me roba la vida,
olvidada parezco una sombra
y busco en el cantar de una alondra
tu voz y mi alivio.

Dulce trinar, tan temprano de mañana…
Miel derretida en mis labios,
pétalo de flor que se deja al azar:
toma un poco mi talle e invítame a tu jardín
donde el hielo no me confunda,
ni me hiera el huracán de la tarde.

Un pino cubierto de nieve semeja un fantasma.
¡Ya todo me asusta!… sus ojos son arrogantes,
sus palabras son las que valen,
pero las mías tú escuchas.

Cristales de agua congelan mis huesos
como una flor en invierno aterida y yerta.
Una tibia luz parece quebrarla
y cuando vas a verla,
en vez de morir,
resucita.

Soy un zorrillo que sale de su cueva
cuando la blancura hería la piel,
de nuevo, dorado y limpio levanta los ojos,
y entre las hojas que parecían dormidas
encuentra el alivio a sus penas;
y al correr veloz,
una danza entrega.

Huele el dulzor de la vida y ahí se sumerge.
¡Qué raro!...
Cuando más feliz estaba,
le llega la muerte.

Y una pequeña hoja, o el ramaje completo,
cae presuroso para ir a ningún sitio.
Sobre la arena retoza,
brindando abono
para que brote la vida.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 23/12

CIERRO LOS OJOS [23]

CIERRO LOS OJOS [23]

Casi me pierdo de ti…
Cierro los ojos y te descubro,
eres un caminante sin rostro
que busca la cima de un cerro,
o un águila errante que levanta vuelo
y sobre una inmensa roca
muda sus alas.

¡Que distraída estaba!,
olvidada de ti vivía un día ciego y mudo,
vano andar ha sido, caminando hacia ningún puerto,
pero cierro los ojos y te encuentro,
reconozco la voz que viene de lejos;
una ola me dice que me amas,
una flor que abre su falda,
el perfume que baja desde la montaña…

Me alejo de a poco de éste cruel tormento
y en la oscuridad de mis ojos te hallo,
en el dolor de mi corazón te encuentro,
en tus manos, cobijo mío, amado mío,
en cada herida y punzada desconocida,
cuando a tus ojos me acerco y en ese brillo
una estrella pernocta conmigo.

No hay soledad al cerrar los ojos,
mueren las heridas y no quedan sombras,
un lucero veloz me conmueve
un azul celeste parece tu huella.

Navegante herido, ¡susúrrame un beso!
Levanta mis manos para ir contigo,
esa nave me llama como el mar azul,
el índigo de tus ojos y ese cantar lejano
que tiene de tu voz el sonido.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 23/13





BARROTES/A Josè Martì

1000 POEMAS A JOSÉ MARTÍ /Cuba
25 enero/13. Alfred Asís.


BARROTES/ A José Martí. [24]

Desde los barrotes de mi celda espero
aquél potro que me llevó en sus ancas;
un andar de novia con sus pequeños pasos
y ese dulzor divino, en sus brillantes ojos. 

Desde aquí observo el mundo…
Un poeta calló y sus versos iluminaron,
las rejas fueron abiertas y un jilguero cantó
cuando a su paso, la libertad fue anunciada.

Frágil sueño es la vida.
Quebrantos hoy, más que ayer…
Tristezas como arrumes de árboles
donde sus hojas no fueron sombra,
ni pudo terminar su nido la calandria.

De hombre libre queda tu huella
tu poesía es un reclamo al universo
donde la paz no se pinte de rojo,
y las montañas estén libres;
el colmenar entregue ricas mieles,
y la mujer, sus dulces labios a los amantes.

Toma el morral de tus miserias;
ancla tu velero cerca de mi ventana,
veremos  pasar una gaviota blanca,
y cuando extendidas tenga sus alas;
tendrá un nombre amado  por todos:
“Martí”… /el hombre que conoce de libertad
y que dejó su nombre
para que Cuba lo aclamara.

Raquel Rueda Bohórquez
Colombia, enero 23/13



2

JOSÉ MARTÍ

Se oye el rumor de las flores
que se desangran en ti;
son púrpura tus rosas,
las blancas quedaron ahí.

Son negros tus ojos
trovador y poeta…
La tierra huele a tu nombre:
¡Libertad!... /donde hubo cadenas
¡Libertad!... /donde hubo una oruga
que hoy es mariposa.

Se oye el ruido atronador…
Las voces tienen hedor a sangre;
se pudre la vida y no existen los sueños
cuando el hierro se hizo para matar,
y la  tierra para destruir.

¡Qué oscura celda es soñar!
Donde el impío gobierna
un cerrojo son tus labios;
tus manos herirán con fiereza
y dejarán volar los Jacintos
sobre tierras ajenas.

¡Levántate!.../no has muerto.

El hombre aprendió la lección,
un árbol brota y tiene tu voz,
una mujer  se ama y besa tus labios,
un libro nace,
para que seas inmortal.

Raquel Rueda Bohórquez
Colombia, Enero 23/13



3

NO ESTOY MUERTO…/A José Martí

¡Qué cansado estaba!, agotado…
Muchos dependían de mí y  a ratos me hartaba…
Levantado días y noches, elevando castillos,
privándome de ver el campo y la salida del sol;
negándome tus labios y tu cuerpo dentro de mí…

Ahí los veo; algunos con una leve sonrisa se miran de soslayo
un libro de cuentas donde se quedó mi vida.
Todos esperaban siempre algo más…
Tomaba el yunque, y sobre mi cuello aré la tierra,
mientras ellos tomaban vino y se reían de mí
hartándose de mi trabajo hasta vomitar.

Ahí los veo… se reparten mis cosas y pelean por ellas,
toman de mi sudor y ni una lágrima advierto…
Se alimentan del ansia de sus propios días;
se toman el tiempo para renegar por lo poco que ha quedado,
y cada quien con más hambre, quiere lo mejor;
olvidando al más débil, de quien se aprovechan
y roban hasta su traje usado.

¡Qué vano ha sido todo!
Me duele ese alto en el camino que nunca hice…
Me duelen mis enemigos de gratis, que nunca busqué,
pero estaban ahí, en ese camino incierto de la vida.

Me arde el estómago, no puedo digerir bien mis alimentos
y de a poco, casi sin darme cuenta,
se apoderó de mí,  la sed por vivir.


Aquí estoy… /se escucha un murmullo cerca del mar…
La brisa, tan suave que no sé si existe;
tengo una mueca que todos ven y se acercan a verme;
tal vez se burlen de mi pálido rostro;
o muchos se alegrarán de que ya no estoy para dar molestias,
mis arcas parecen llenas, pero mi vida, ¿a quién le importa?

Poco a poco un libro se cierra… una página nueva se abre…
Ahí están los buitres que se alimentan con la muerte,
se hace un negociado con mi carroña;
¡es mucho dinero!… se tantea que ha de ser más económico el fuego,
y en un pequeño cofre de madera, alguien echa unas cenizas.

¿Serán las mías?...
Creo que ni el fuego sentí,
de tanto dolor que ya existía…

Un rosario a duras penas…
Se rifan mis cenizas, espero las lancen al mar
y las gaviotas vuelen a mí alrededor…
Ojalá que una gran ola tome la fuente de mi vida, mi alma…
Me pierda entre las rocas,
o me confunda con la caracola silenciosa…

Aquí estoy…
Creo que todo lo que fui no es
y todo lo que soy, no existe…

Dicen que estoy muerto y no lo sé…
¡Tal vez!… puede ser también,  
que hoy esté más vivo que antes
y mi muerte sea la causa de su alegría,
pero tal vez, pueda ser el motivo de mi felicidad.


Raquel Rueda Bohórquez
Colombia, enero 24/13












CEREZOS EN FLOR [25]

CEREZOS EN FLOR [25]

Una vez más buscando consuelo en tu mirada,
pero ya no estás /eso parece.
No habitas el mismo espacio donde solía verte
y ahora soy un navegante sin velero…

La brisa lejana mece a mis divinas flores
ausentes, lejanas,
donde el cambiante tiempo
de un ayer lleno de verdores se ha perdido,
hoy resecas caen las hojas con sus flores,
y sin ánimo se dejan llevar.

Blancos cerezos de la vida:
la palidez de un rostro trae tu recuerdo,
es un mármol tallado en lágrimas,
un roble desnudo que se roba el mar.

Linda doncella:
¿En dónde quedaron tus manos?
¿Ese escapulario aún se conserva en tus dedos?
¿Están frescas las blancas rosas?
¿Tu rostro níveo guarda leve sonrisa?

Dejo que la lluvia empape mi rostro…
Que pase el soberano tiempo, amiga mía,
mi rosa en invierno, mi tibio regazo,
primavera donde nunca hubo queja
y siempre en tus brazos solía llorar…

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 23/13




BROTE DE AMAPOLA [26]

BROTE DE AMAPOLA L4R [26]

Abrieron las amapolas a ese incierto mundo,
un cántaro de lluvia es la vida,
en un instante un vendaval de penas
parecen ahondar el mar.

Tan cambiantes momentos a ratos vivimos
si el dolor nos une y nos separa un puente.
La verdad no tiene sentido
y el odio germina a nuestro pesar.

La calidez de manos opaca la brisa
y en el corazón,
un quebrado consuelo parece habitar.
Dulce camino la vida,  ¡más prefiero dormir!,
en un segundo se llenará de zarzas y espinos.

A pesar de la oscura noche,
la luz en un leve suspiro
que nos retorna a la dura realidad.

Pero no importa,
se levanta el tallo de nuevo,
airoso busca el mágico brillo del sol
y un lucero titila en el cielo.
¿Serán tus ojos, mi amor?

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 23/13



DIME [27]

DIME [27]

Dime que es a mí a quien amas,
que soy la rosa ardiente que busca tus labios.
Dime que has soñado conmigo,
y que has sido inclemente.

Puedo ser tu amante de mentiras,
la novia que se pasea contigo,
que duerme a tu lado
aunque no esté presente,
y que llevas a tu lado
aunque parezca ausente.

Dime que puedo ser la mariposa de tu jardín,
que en un jazmín me convertiré si deseas,
que navegaré en la barca de la vida a tu lado,
transformada en la galana de tus sueños.

Verás que soy una soñadora...
Tan frágil y pequeña
que me hiere una sombra,
la traición me aniquilaría
y el ardor de tus labios me mataría.

Dime que sí... ¡que es posible!...
Seré tu rosa en primavera,
un lirio blanco en verano,
lluvia tempranera sobre tu cuello
una elegía... un poema.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 23/13  

ROSA PÚRPURA [28]

ROSA PÚRPURA [28]

¿Rosa púrpura, estás ahí?
Gota de rocío, no me confundas.
Palabra de Dios, ¡riega nuestro reseco huerto!
Dibuja un estero de esperanza,
donde el verdor sea un motivo bajo el sol
y la lluvia de flores besadas,

un libro abierto.

Deja tu beso en mis labios…
El aroma de tu paso por mi alar.
Paloma triste, ¿a dónde has viajado?

¿Puedes ver y escuchar lo que yo?
Envía un rayo de luz a nuestras mentes
y de una reseca fronda,

tu altar.

Que la necedad no anide en nuestro corazón
si no la verdad venida de Dios.
Un camino estrecho,

hoy es una puerta abierta
en donde todas sus ovejas pueden pastar.

Envía ese rayo luminoso,

que nos asustemos un poco,
más luego,

cuando la calma nos permita pensar,
extenderemos la mano al caído,

y esa pesada roca hemos de quitar.

¿Quién es Santo como tú?
¿Quién es el dueño del huerto?
¿Quién, en un instante

cambia un riachuelo por río violento?
¿Quién deja el aroma de una rosa al pasar?

Envía esa lluvia de besos a mi piel,
que no me sonroje la vanidad

ni me descalce la  primavera.
Que su piel nutra un poco mi vida
olvidando ese ayer un poco turbio,
al buscar en la roca fuerte la felicidad.

Y de nuevo tu voz escucho,
es un enorme trueno que avisa de tu poder.
Cielo mío, mi amante verdadero,
sólo ante ti, doblaré mis rodillas

para orar y sólo ante ti mi dolor ha de ceder.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 23/13 





CARDOS Y FLORES L1R [29]

CARDOS Y FLORES L1R [29]

Alguna vez fue sombra la mentira,
el amor fue vano

aunque de ardor muriera.
Fue primavera una rosa,
hoy sólo hiel que mata y envenena.

Fue dulce tu regazo en algún tiempo,
tus manos ligeras y pequeñas,
dulces tus labios y ambrosia tu corazón,
la amargura del tiempo en oda se convierte
cuando se olvida el sino y la razón.

También el dolor fue poesía
también la pasión un verso,
también el dolor nos hizo compañía
y marchó en su tiempo.

Puede ser que ahora o más tarde
cuando mis labios una oda no construyan,
sólo pasto que mastican los rumiantes
será nuestra vida,

un poco de eso
o de nada.

¡Es mentira!, todo en la vida lo es…
Aprender a levar cometas no he podido
sólo mis ojos con tristeza ven
el corazón con dolor soporta,
y un falso camino advierto;
viendo los cactus florecer

a pesar de todo…


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 23/13