viernes, 12 de agosto de 2016

ME VOY (29)

ME VOY (29)

He zarpado en mi barca…
Llevo las ganas de vivir,
La luz en el camino,
La estrella que pasa;
El ave que surca el cielo,
La estampida de luces,
El sol, siempre el sol
Ideando para mi corazón
Un verso con sabor a ti,
Un aroma con tu olor,
Una imagen con tus ojos,
Un sendero al final de todo
Para brillar en él
Y ser luz en el camino de otros;
Ave perdida buscando un árbol,
Abeja ansiando una flor,
Construyendo un panal
Para nutrir al amor.
Vida al fin, en medio de todo.
Grano de arena dentro de un cofre
Para ser perla luego;
Casita de porcelana para mí
Desechada en la orilla del mar
Para éste ermitaño que te busca
Sin saberte hallar...

Me voy hacia otro día,
Hacia el mañana que espera
Con la gloria de un descanso
En la parcela inmensa de la noche,
Con esa oscuridad que tapa mis estrellas
Que retornan después al árbol,
Cantando, con sus alas abiertas y mojadas
Después de tanto llanto del cielo,
Después de todo ese ruido que viene
Y esas ganas de seguir soñando,
De seguir paseando en ésta barca rara
Sobre las olas fantásticas y azules
Como será tú dulce mirada...

Me voy... Me voy a dormir
Para soñar contigo,
Para imaginar que el amor
Somos tú y yo brillando
En las luces de la navidad
Que vives en el cielo.

Raquel Rueda Bohórquez
12 8 16



¿Y DEL AMOR?/A Migue y Rafa (30)

¿Y DEL AMOR?/A Migue y Rafa (30)

Mis vecinitos perdieron a sus padres la misma semana,
¡Pero ahí están!, el amor los juntó,
Y la vida es un cantar de lluvia
 Sobre el tejado de sus pequeñas existencias.

¿Qué sucedería si no existiera el amor?
Imagino que vivir sería muy triste,
No habría motivo,
Seríamos menos que una roca expuesta al sol,
Aunque ellas son la metáfora de la resistencia,
Del poder, del abandono a una voluntad mayor.

Sin amor la tristeza es un lago sin fondo,
Nos volvemos retirados y cansados.

Nos desmotiva un ave cantando,
El mundo tiene un color gris
Cual nube que pasa por sobre nosotros
Para soltar sus rayos y sonoras carcajadas
Ante esa carencia que nos hace infelices.

Pero buscamos amor, ¿para qué?
El amor está dentro de nosotros,
Grita por salir, es como la mariposa en su fuente
Feliz por existir y volar ante el radiante rayo de sol
Que hace espejear sus alas ante nuestro asombro.

Nadie debe buscar amor,
El amor es el manantial que nos habita,
Es la huella del ave que sin saber,
Con su trino nos habla de Dios,
El tipo aquél sin rostro
Que fabricó un mundo de pasión para nosotros.

Sin amor no existiría la fe,
La fe es amor y amor es Dios.

¿Para qué nos descalabramos tanto
Buscando el amor donde no existe?

No es amor un hombre o una mujer,
Es el sentimiento, la gracia que permanece,
La esencia de la oruga en medio de un arrastrarse
Buscando en una cárcel sus alas
Que la harán volar, nunca más allá
De lo que volaremos nosotros.

Amor es nacer, vivir, morir…
Pero estamos aquí para una tarea grande
La que se crece en nuestro interior
Y nos dejará con la mirada extendida cualquier día
Sin que nos importe qué manos cerraron nuestros ojos,
Porque para ese momento ya seremos águilas
Viajando en medio de gritos y lágrimas
Que no escucharemos.

Amor es todo lo que tus ojos alcanzan a ver
Y todo lo que tu espíritu logre adivinar.

Raquel Rueda Bohórquez
12 8 16



EN ÁMBAR/ A mis hijos (31) (A)

EN ÁMBAR/A mis hijos (31) (A)

Tus ojos parecen dos ramitos de olivo
Asomados en mi ventana.

 Eres la cabrita Diana
Que desea saltar lejos de mis brazos,
Más en este momento
Sólo espero tenerte en mi regazo.

Eres la poesía tierna de una semilla germinando;
Así me parecen ellos,
Así los veo cuando están despertando.

Así son tus ojos, luz en mis mañanas;
El espacio que desean todas las ausencias
Para que estén ahí cual estrellas brillando
En el más oscuro de los días y las noches,
Ansiando lleguen y se estrellen en los míos
Y se comulguen brillos y esperanzas.

Son tus ojos la miel que le faltaba a mi panal,
La melodía que me hace cantar, reír y llorar
Si en sus desaires me dejaran de mirar.

Así son como esta mañana dulce
En que todo parece en silencio.
Las aves tienen frío y se cobijan entre sí,
Tocan sus tibiezas, entrelazan sus picos,
Y al fin, enamoradas de la vida
A los ojos se ven.

Se cosechan en ámbar
En savia de un árbol dichoso;
Se cultivan en tu rostro
Para agitar el poema de la mañana
Y vestir el día de gracia.

Feliz por ellos y su existencia,
Porque son el recital de la montaña
Que entre plumas de garza y gaviota,
Cada día con una plegaria en el pico
Inician su danza.

Raquel Rueda Bohórquez
12 8 16


PROTEGIENDO (32)

PROTEGIENDO (32)

Estoy eliminando imágenes, a mí no me aparecen y no entiendo la razón. Si las que publico son mías, pero aceptando cada reto intento de nuevo, son recuerdos, muchas fotografías de mi familia, de momentos que se pierden en medio de las redes y que luego voy a ver y ya no están, un poco de pesar me da, no he guardado muchas cosas, se han perdido;  entonces voy a la página de Facebook y recupero algo, pero sigo sin entender, ¿será que se convierten en propiedad de una página?, está bien las que son de otros, ¿pero las mías también?, ¿o será que hay un virus que no me permite ver?

Después del virus y de la inquietud, recordé a mis morrocoyas, son mías, me hice cargo de sus vidas y su mantenimiento, aunque sean otros los encargados de cuidarlas porque se hizo difícil mi estadía en la parcela, no soy propietaria de nada y la convivencia con Serbio y "otros" se hizo insoportable.

Todo iba hermoso; flores, aves, animales corriendo de aquí para allá, pero surgieron cambios en las miradas, tonos bruscos y ásperos que cambiaron la felicidad por una sombra, una inquietud que oscurece los corazones y cambia los abrazos y sentimientos, por malsana desconfianza.

Desde mi rincón, ahora que recuerdo, el macho de los morrocoyes ha fallecido, así como muchos de los ángeles que tuvieron ahí una oportunidad de ser felices, sin pensar que fueran nuestro plato sobre la mesa. No puedo cambiar el chip mental de la gente, pero cambio el mío, veo a los pollos por ahí tan felices y luego sobre la mesa, devoro como una bestia su rica carne antes de orar y me siento perversa. A veces ruego por sus vidas, pero somos seres acostumbrados a comer carne, sin importar si lo que pasea por ahí tiene vida y alma, luego dirán que soy una demente por pensar tanta burrada, y la burrada se crece con una burrita a la que temo abusen, porque es costumbre por estos lares y se hace una broma macabra sobre ello, además.

¿Qué puedo decir?, los días corren aprisa, del criadero de cabras no queda nada, todas fueron muriendo una a una, de un momento a otro sin conocer jamás la causa, una visita de mucha gente, el enojo de verlas por ahí tan bellas con sus crías y luego como una maldición, toda la energía cayó sobre mis ángeles inocentes.

Las flores se fueron, los sueños continúan brillando en cada hoja. Amo la naturaleza, sufro si ellos sufren, muchas veces tenemos que pasar por encima de seres heridos y hambrientos, porque no da para tanto el cuento, ni las cuentas cuadran, entonces nos quedamos con la nostalgia y los brazos caídos, con las ganas que resucitan cada vez que voy de visita y veo de qué manera se han crecido, que al menos adoptamos a éstos seres maravillosos que andan con su pesada casa a cuestas y que ninguno los ha visto como la comida del día, a excepción de alguna gente del lugar que sacan a las hicoteas del lago y dañan toda la labor que hemos realizado durante años, tratando de proteger alguna especie. Parece infructuoso, pero cada día decidimos sembrar una semilla en el corazón de alguien y ese alguien soy yo, iniciar por mí a cambiar lo que por muchos años llevamos diciendo que es normal, ese cuento de que Dios dejó a los animales para que los devoremos, sin importar su derecho a vivir y a morir el día que toque, ¿pero quién soy para tratar de cambiar el mundo?, muchos ríen pero nada hacen ante el maltrato hacia los animales, nadie escucha sus voces, imaginan que no sienten dolor, pasan sus vehículos sobre ellos y los dejan moribundos en un rincón del mundo, después correré a esconderme ahora que hay camuros, en un momento de pálido terror cuando asoma un filoso cuchillo y adivino sus ojos asustados, sin que nada pueda hacer por ellos.

Esta semana envenenaron a mi amada gata Gian, fue un golpe muy fuerte, es como si mi mejor amigo hubiese muerto, ¿quién me puede comprender?, sólo quienes aman a los animales.

Los perros desaparecen y pienso que no volveré a tener uno más en mi hogar, pero los que están se quedan aquí, no daré en adopción a ninguno porque al intentarlo he causado mucho sufrimiento; me han devuelto alguno porque no soportó el cambio y entonces regresan cansados flacos y abatidos a buscar el hogar que aman.

¿En dónde quedan las tortugas?, es cuento largo, casi 30 años cuidándolas y protegiéndolas, pero sus crías se van de la mano del primero que llega, es una tarea muy difícil, creen que son juguetes, y luego escuchamos el cuento de que murieron, que se cansaron, que huelen a feo, ¡así somos los seres humanos!, ¡bestias de dos patas!, y no le pido perdón a nadie.

Raquel Rueda Bohórquez
12 08 16




¡¡TIENE HUEVO!! (33)

¡TIENE HUEVO! (33)

¿Sabían que hay un doctor que va a sus rondas en la clínica, en silla de ruedas, sin ser minusválido?

Al conocer esto que además de jocoso, me parece también un acto de arrogancia, me dio mucha risa al principio, luego enojo, después, ¿¡eche qué!?, ¿y es que los estudiantes de medicina de esa universidad de Barranquilla son como los boludos de la historia del poeta argentino?, ¡tiene pero huevo y es de avión éste huevón!, pero más huevo tienen los estudiantes que aceptan esto, ¿o será parte de la terapia para que obedezcan desde ahora y comprendan que su misión no es para la que están estudiando, si no que los preparan para el negocio con los seres humanos donde tienen que aprender a obedecer lo que sea?, o ha de ser lección de humildad, es difícil juzgar desde este punto sin escuchar al médico de sus razones. 

Siendo así la vaina, que lleven al Doctor a ese paseo corto, imagino que dentro de sí reirá de todos, pero siempre queda la pregunta en el aire: ¿por qué razón hace esto?

Esta vaina me atacó de risa anoche cuando me enteré de la historia, entonces le advertí a la persona que me contó que lo filmara, o le tomara fotografías, para que todos se enteren que en Barranquilla hay un Doctor que imagina que el mundo gira a su alrededor, y que su alrededor está lleno de huevones, que al fin, cansados porque la ronda no se inicia, pues lo que hace es llegar y sentarse en la silla de ruedas a esperar que alguien mueva su carreta. Todos se miran y al fin el tiempo corre y alguien dice: ¡Hijueputa! y arranca… 

¿Será una broma?, ¡no lo sé!, es muy joven, creo que  ríe de los estudiantes o les está dando una lección, pero ellos necesitan hacer la tal “ronda”, en palabras más decentes, si fuera uno de sus estudiantes le diría: ¡¡Váyase a cagar!!, oye, en serio, ¿qué nos pasa?, pero me gustaría saber los motivos por los que somete a sus estudiantes a esto, ellos no serán camilleros, ¿o ha de ser para que aprendan a ser más humanos, sensibles hacia los demás,  mientras pasean al rey? porque muchos desde ya, sólo llevan esa arrogancia de creerse más, no la humildad de quien gracias al destino pudo aprender algo para ayudar a quien lo necesita, a veces no es suficiente, esto debe ir dentro de nosotros, sin importar si somos doctores o no,  y lo digo por un amigo que bajó la mirada para no saludarme, a punto de estrellarnos me hizo el quite y me dejó con los brazos extendidos, después de que era gran amiga de su familia y compartimos muchos instantes.


Raquel Rueda Bohórquez

12 08 16