jueves, 18 de diciembre de 2014

PLANETA, CARTA A MI MADRE TIERRA

Por Santander. Raquel Rueda B

PLANETA, CARTA A MI MADRE TIERRA

A MI MADRE TIERRA

Querida madre: ¿cuántos siglos hace que no hablo contigo?, para iniciar, te digo que eres de mis amores el más grande, de mis ilusiones la más verde, de mis ansias la más loca, pues tu piel tiene el color de un caballo de quien enamorada vivo, y tu alma es el cofre de cristal que guardará la mía.

Hace mucho tiempo madre mía, que cuento las hojas de mi árbol, desde el tronco que me has regalado en donde se fundó una casa, siendo parte tuya y mía, vivo entristecida por todo lo que te hacemos, en éste día a día de locuras.

Desde que me levanto adivino los robles caídos, el ruido ensordecedor llena tus otrora montañas, donde perfumaban las orquídeas y cantaban las calandrias,  los dragones de fuego llegan a tus vertientes, abren a puñaladas tu vientre, y poco a poco, roban tu amada sangre, que se llena de inmundicias, al paso de sus corrientes, que terminan siendo un hilo negro en el camino, con tus hijos caídos y vencidos.

¿Sabías que hasta tus suspiros desean vender?, envasan tus lágrimas, las que vierten tus manantiales, revientan las rocas para robar tus besos, y  hasta el ámbar donde se oculta Dios; si ellos pudieran, lo partirían en trocitos, y beberían su carne y su vino, para doblarse en locas orgías, en medio de un desierto, a dónde poco a poco, hasta tus lágrimas hurtan, y las convierten en sal.

Hay una llamarada que arde, ahí se van los pájaros jóvenes, no quieren a los muchachos, los caballos ya no son de la libertad, los leones ¿será que aprenden a comer alimento seco?, así estamos, las semillas tienen dueños, es pavoroso éste sueño demente de ambición.

Si atrapar pudieran tu corazón, madre mía, pero creo que ya lo tienen prisionero, entre sus garras lo hieren, y no palpita, tañe cansado,  como campanas viejas, en tu propio funeral.

Escucho el tambor de los que se fueron, ¿en dónde han quedado tus pechos?, eran inmensas montañas, ya no tienen miel blanca,  y las abejas están perdiendo sus flores, ¿qué panales esperarán a nuestros nietos?, ¿qué mundo heredarán nuestros gorriones?

Mi linda señora, estoy un poco pálida, quise escribirte unas letras esperando que la gente mire hacia tu bosque, que renazca el verde intenso en los corazones, y el deseo de ver limpias las acequias y quebradas, más siento un agudo dolor en el pecho, como una espada que cruza mi horizonte y el tuyo, cuando llegan de nuevo fortalecidos, los mismos, ¡y hasta más!, en bestias de acero, que ya no comen carne, se alimentan de ti, de tu alma y de tu sangre,  y me dejan volando cerca de una ladera, donde mi árbol no existe, y mis alas están cansadas de volar.
 ¿A dónde pernoctaré?, 
Dime madre, 
¿a dónde?, 
si poco a poco, 
¡¿tiendes a desaparecer?!

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, diciembre 18/14

Certamen Navidad Parnassus

SI EL MAR

11 de junio de 2014 a la(s) 17:12

Triste pensar que cuando una sombra
sea el recuerdo de un río, un camino de rocas
donde antes susurraban cálidas aguas,
un montón de escombros esperando lluvia,
y el dolor de un ave caída, cerca de una falda de montaña,
deba su silencio, a nuestra osadía.

Pienso si las cascadas tienen dueño
las aguas contaminamos y robamos,
limitamos el viaje de la anaconda
porque somos seres hambrientos de más,
insaciables bestias caminando por ahí
sin más fin que la maldad,
¿qué futuro puede tener el bosque?,
¿qué horizonte hay para la vida?

¿Lloras río grande?, ¿no tienes un mar para llegar?
te has quedado entre muertas primaveras,
cuando presto estaba un gorrión y un águila,
más en éste tiempo que es el sueño de  un  mañana,
ni el recuerdo de su paso vislumbro,
y ahora, cuando todo ha pasado ,
¿que nos queda?
lamentarnos sobre playas desiertas
y el mar donde la peste se presenta
para llevarse todo lo demás,
no será el culpable jamás.

Arriba de todo ni siquiera un golero
¿su negro traje para qué sirvió?
no pudo hartarse con la muerte
porque la vida misma lo mató.

Vamos caminantes, a dejar huella
un sendero triste veo desde aquí,
montones y montones de jaulas de cemento,
y el río, ¿qué ha sido de él?

Mi amado azul de mar, me has hecho llorar
sólo han quedado limpias las gotas de mis ojos,
que humedecen las pequeñas laderas de mi rostro
cuando te veo agonizar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 11/14

¿Y SI FUERAS TÚ? [1]


¿Y SI FUERAS TÚ?

Dije que no mendigaría cariño,
pero hay una llama que enciende mi piel,
un deseo íntimo de estar contigo,
¿me podrías creer?

Huele a incienso y creo que soy yo
prendida de la hoguera de tu boca,
cenicienta corriendo tras de ti,
dueño del castillo de mis fantasías.

Si vieras que eres el único,
no hay otra musa en mis delirios,
y entre mi piel te pegas, como una condena,
flama donde el amor se queda
y hace brillar una letra para ti.
¿Qué haces?
No me castigues al silencio,
al menos que te enteres
que es para ti éste sentimiento
que llegó cuando mi árbol se desnuda,
y entre ceja y ceja,
cubres mis pensamientos.

¿Me ves?
Dulce amor que me encuentra pensándote,
ardor y pasión guardados por tanto tiempo:
Quiero que seas el dueño de mis locos anhelos
y ésta pasión que  para ti guardo.

Pero se ampolla la piel sin tenerte,
pasan los días y los años,
el tiempo, un enemigo cruel
que entre las hojas de mi existencia
tan solo letras y letras,
como curvas en mi frente
y laderas en mis manos se quedan,
para envejecer sin verte.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 18/14



LOUIS ARMSTRONG



LOUIS ARMSTRONG
¿Por qué me gustará?
Es que su boca está llena de perlas
Su luna se ve tan feliz

Que cuando canta algo se mueve en mí
¿Será el amor?
Ha de ser, él es una cascada fresca
Globitos de colores explotando en el alma.

Cuando Louis abre su bocaza
Sólo luz sale de ella
Su mirada son dos soles pequeños
Que llenan la nostalgia de mi lago.

¿Saben por qué me gusta Louis?
Porque todo lo dice sonriendo
Transmite esa alegría que necesito
Le robo un poco esa magia,
¡Bendito!, ha de ser un ángel de alas negras
No importa que se haya ido
Su esencia está aquí
Su carcajada es un sol que grita
Entre negros y blancos sones
Como la vida misma.

Sí, Louis es una gran sonrisa
¿Quién necesita algo más?
Música y sus perlas en la oscuridad
¡Qué brillo tan genial!

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, diciembre 18/14

AMOR MÍO

Laura y Leo 


AMOR MÍO
¿Existes?, he robado el título a un poema para ti
Converso con las plumas que caen en mi ventana
Imagino que son del águila madre que ha pasado

Las hojas secas las veo con amor, son de mi árbol
Día a día se donan para la tierra, 
Segundo a segundo se dejan abrazar del sol
Y luego, llega la magia de un rayo bendito
Que me hace contemplar tus ojos
Para divisar en mi camino otra razón.

¿Estás conmigo?...
El sueño de un poema eres tú
El instante de una perla de cristal que caída sobre un pétalo,
Tan solo resbala para desaparecer después.

¿Me escuchas?
Desde que estás, el mundo es un coqueto globo de colores
Enciende y apaga luces en mi portal
Un clic y retorna mi alegría
Un irse la luz, y te vas.

¿Es real?
Cada poema es la certeza de un te quiero
Cada melodía que llega con el viento es magia
¿Cómo hará el sonido para colarse en mi corazón?
Es como si un beso trajera la brisa
Y tu boca llegara a éste loco diapasón.

Eres el fondo musical de mi vida
Esa sonrisa que le faltaba a mi payasito triste
Eres amor mío, un poco de consuelo
Como lluvia tempranera, un madrigal fresco
Al asomo tan solo en la quietud de mis instantes
De ese parpadeo de tus ojos en la niebla.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, diciembre 18/14