martes, 31 de octubre de 2017

EL CAMPO

EL CAMPO

¡Qué hermoso, si el silencio lo quiebra los soles de los árboles
y entre las hojas verdes se cuela un verso de colores,
después, brotando de la finca, miles de niñas violetas
arman un jolgorio de insectos y aves entre sus aromas..

¡Qué olor a campo mojado!, ¡a sueños que no alcanzamos!
¡Qué dulces mariposas blancas entre flores amarillas!
¿¡Oh Dios cómo no las había contemplado!?

El ave pequeña se volvió respondona,
¿será que está enamorada de un colibrí,
y él le hace trampa?
Sacude sus alas y se acerca para hacer magia
y someterla a su amor.

El grillo montó a la grilla y la rana se dejó de un sapo,
una flor manoseó a otra para convertirse en hada
y en esto te recuerdo amor de mis amores,
vestido de blanco bajando la cuesta,
con tal magnificencia, que las garzas se doblaron.

Y hallé una flor toda mojada, la de palitos blancos;
envíe un suspiro para desnudarla,
ella se dejó y voló en miles de partes
que bailaban encantadas al beso del aire.

Continué caminando, todo era magia,
y tú el brujo que más amaba,
que disolvía una flor para donarme otra,
más cuando un árbol caía, todo era fantasía
pues de su tronco muerto la vida brotaba
y en su vaho se escribía poesía.

¡Cuánta belleza entre las flores de durazno!
! Qué aromas!, ¡qué riqueza tan desperdigada!
¡Qué naranjales en flor!, ¡qué tonadas!

Camino sobre las hojas secas, ¿qué podré escribir en ellas?
Tú nervadura que guardas la esencia de la vida,
tierra para mañana, abono para después,
¿qué puedo escribir en tus líneas coquetas
que parecen manos abiertas?

Me volví columpio en tus brazos,
cierro los ojos y voy a tu lado
pero me empuja el calor de la vida,
no aguanto el fervor del sol por entre las rocosas montañas
y sacudo el cabello, tan blanco y tan fino,
que parezco ser parte de ellas.

Soy la nieve que las cubre y me desvanezco en tus brazos
corriendo senderos jamás soñados,
donde las aves cambian de color y parecen espejos
y las cumbres se crecen cada segundo,
entre efluvios y poemas que duermen en paz
entre la luz de tu alma y la mía.

Raquel Rueda Bohórquez
31 10 17



MI YO BRUJA/A Jessica Santos R

MI YO BRUJA/A Jessica Santos R

¡Soltad a los pájaros negros!...
¡Huid poetas del mundo de los hombres!
Ellos imaginan que el poder es el dinero,
ellos cortarán tus alas y os encerrarán en jaulas de oro.

¡Partid lejos de sus miradas!...
No saben de hechizos ni de sueños,
porque los matan en los ríos,
atrapan a la anaconda y asesinan abejas
porque odian la miel de las flores.

Con espadas desangran a las amapolas
guardan toda su pureza para dañar jóvenes
y embrutecerlos, para que no amen la vida.

Los mares son rojos, quieren a las mariposas,
persiguen al pobre y al desdichado  humillan,
en tanto nosotras inventamos historias de amor
y consolamos sus almas con fervor.

Ayer mi cuerpo ardía en medio de llamas,
pero ninguno sabía que bailaba entre ellos,
era una gitanilla en el viento,
una hoja entre la nevisca buscando calor
que hallaba  en sus ojos negros
que me volvieron poeta un día cualquiera.

Resistimos a las sombras,
continuamos inventando la magia
para volar sobre sus pechos
y amarlos, siempre amarlos
sin contar el tiempo
porque el tiempo es un beso alargado
mojado de alas y ensueños.

Raquel Rueda Bohórquez
31 10 17






POETAS

POETAS

El poeta se aferra del gajo más tímido,
mueve sus alas con prisa,
y el afán que se halla en su pico
acaricia  las hojas y llena el universo
con toda la poesía que aún no se ha escrito.

¿Quién plasmará en sus manos abiertas
el poema a la ausencia?
Tal vez sean pisoteadas y poco admiradas,
pero en silencio besarán a la madre
y la brisa de noviembre pasando por las rocas,
las elevarán un tanto, para ajustarlas luego
en el rincón del olvido.

¡Vivan poetas!, ¡vivan y canten!...
Está la mañana soberbia, de lujo;
las escobas tienen motor nuevo,
las manos se ajustan a tu corazón,
para juntos llegar al nicho de los sueños
y formar un círculo de oro
para protegerlos.

Han despertado, se ha quebrado el mundo,
los picos asoman, ¿son flores? ¡Qué ramillete!
Y así, otra vez la mañana se crece
en medio de cánticos y sonatas
de poetas que se enredan entre los árboles
y fabrican  vida entre joyas blancas.

Raquel Rueda Bohórquez
31 10 17