domingo, 12 de julio de 2015

MENTIRA [63]

MENTIRA [63]

No solo fue mala, sino mentirosa, me usó para reír de mí, pero sus risas bendicen mi andar, ¿en quién he de confiar?... el palomo secó sus alas al sol y la gata esperaba que estuviera tibio, así es todo en la vida, nubarrones grises que vienen y se estacionan en tu camino, pero llega la noche, se alejaron, jamás existieron en mi vida...

Gata y palomo se han juntado y esperan la bendición de un día más, si acaso bajan el rostro y se ven a los ojos, contando una verdad que nadie sabe, espero no se devoren como me ha devorado a mí la congoja... o cuando la gata se haya persignado, el palomo será uno dentro de su carne.

Llega la noche y veré cuántas estrellas aparecen, cerraré los ojos para pensar en ti un día más, aunque sé que duermes ahora, me sentirás flotar, y luego, me juntaré contigo bajo sábanas de pensamientos, con el aroma bendito del amor acariciándonos.

Nada hay oculto bajo la luz del sol, disfrazamos verdades, nos volvemos payasos para reír de nosotros mismos, ¡pero que sea bendecido el amor cuando llegue!, que se unan las estrellas con el sol para que Él descubra del interior,  lo gris que hay en cada uno de nosotros, y que a pesar de todo, alguien sea feliz.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 12/15

LA VIEJA PACHA x

jajajajaja! esa vieja Pacha sí que jode, ya no quiero ese otro blog, estaba demasiado raro, me quedo con este y ahora no sé como eliminar, y cuento porque me gusta dejar todo por escrito, aquí y en facebook y luego en mi correo, y después en papel, también en Derecho de Autor de Colombia y por si las moscas, envío todo a mi hija, y en mi baúl, de pronto sirva de algo lo que escribo cuando ya los gusanos desnuden mi bonita sonrisa.

QEPD VIEJA MALPARIDA

LA VIEJA PACHA [64]

LA VIEJA PACHA [64]

Era una vieja muy mañosa y creída de la vida, unas  veces estaba feliz y otras  muy aturdida. Lo cierto es que a la cucha le gustaba hablar mucho, no deseaba que sus historias se quedaran perdidas por ahí sin que nadie conociera un poco de ella, y en éste y otro cuento, intentando una y otra vez, se emputaba con el pc hasta que lograba lo que deseaba.

¡Vamos a ver qué sale ahora!, -decía la vieja mientras sacaba su chapa que ya tenía varios dientes partidos- ¡pero lo que soy yo, no me dejo echar tierra de ningún mierda aparecido!, ¡jajajaja!, me dio mucha risa ver a ésta vieja intentando otro blog, no le bastaba con toda la cháchara que en el otro ya tenía.

¡Misía Pacha, venga a jartar café!, y la vieja miraba de reojo, y entre dientes decía: ¡café, café!, ¿es que ésta puta gente no sabe preparar chocolate?, y empezaba a lloriquear como una bebé, ¡quiero mi cacao!, ¡no quiero más café, eso se meten esas pepas negras entre los dientes y me hacen mucho toser!, y escuchaba a las nietas: ¡hijueputa vieja si jodeeeee!,/ya vooooyyyy! Gritaban al fin, y ella se hizo la sorda, no escuchó el insulto, -mmmm, ¡huevonas!,¡bastante que me jodí limpiándoles el culo para que ahora no me atiendan con gusto!, ¡jajajaja!, ahí vienen, debo disimular y no ver sus caras porque me contagian de rabia furiosa, ¡uich!, qué feas se ven, parecen sapos soplados.

Una vez se tomó el chocolate y con bigote nuevo de espuma, se acercó al computador con una sonrisa que no le cabía en el rostro, -ahora voy a decir a ese huevón que se hace gringo, que tengo 25 años y que mi esposo me dejó una gran herencia.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 01-07-15


DIEGO EL MOLESTÓN [65]


DIEGO EL MOLESTÓN [65]

Había una vez una niña que mucho lloraba,
pues tenía un tío que la molestaba
para que ella soplara los cachetes
como ranita enojada.

Tenían dos amiguitas Salomé y Sofi,
quienes siempre estaban muy bonitas
parecían dos flores pequeñas,
¡no flores no!, mejor dos ardillitas juguetonas
¡síiiiiiii!, -decía Sofía
mientras Salomé tan solo reía
y lloraba la bebé Lili.

Es que tu tío cree que eres un payasito
¡jajajaja!, reían en coro las niñas bonitas
se abrazaban y daban cariños de hermanas,
que sonaban como gotitas de lluvia sobre la grama.

Tengo muchos primitos,
todos de cachetes gordos como los cerditos.
¿Eres tú carita de suricato?,
-¡le contaré a mi abue!, y abue le dice pasito:
dile que él tiene cara de gato gruñón
y tiene en los dedos mucho sabañón…

¡¡Abue!!, ¡le dije, y me sigue muequeando!!
¡No me digas así!
¡Tampoco me molestes a mí!

¿No me dirás de nuevo cara de suricato?

Bueno no,
¡pero tampoco me dirás, cara de gata!

¡No molestes más  bebéee!
¡Me voy a poné a lloráaaaaaaa!
¡Buaaaaaaaaaaa!/dice la niña llorona.

Mi tía luisa tiene bonita sonrisa
parece mariposa galante
bailando en la brisa.


¿Por qué lloras mi amor?

¡Es que el bebé de Sandra  mi pan se robó!

¿Vamos a jugar muñecas y dejas de llorar?
¡Sí hermanita!,
¡Con las de trapo que nos dio mamá!

¿Ves que la mía es más bonita?
Viste de amarillo como las mariposas
y se adorna el sombrero con flores,
pequeñas y graciosas…

Pero el mío es un varón,
¡y también tiene un bonito pantalón!
¡Buaaaaaaa!

¡Groseras!
Yo no tengo muñecas,
pero tengo un tío que se llama Diego,
me pinta muñecos de muchos colores
y con él soy feliz cuando juego.

Con él veo patitos que parecen de lana
y caminan gracioso,
¡se hacen chistes y ensucian la cama!

¡Cuac, cuac!, ¿si viste qué bonito hacen?
¡Pero caminan como capataces!

¡jajajajaja! ¡Qué bonitos son!
¿Caminamos como ellos
y repetimos su canción?

¡Cuac, cuac, cuac!...
¡Viene el tío German y los va a espantar!

¡Aquí mando yo!

Los patos al lago fueron a parar,
y todos los niños felices están

¡Hora del almuerzo!
¡Vamos!, ¡vamos!
¡Cuac, cuac, cuac!

¿Me harás otra vez llorar?

¡Eso lo olvidamos!
Con ésta hambre,
¿para qué lloramos?
/respondió  Diego el molestón,
en tanto caminaba, como pato cagón.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 3/15




INCOHERENCIAS DE DOÑA PACHA [66]

INCOHERENCIAS DE DOÑA PACHA [66]

Dormí un instante, ¿o estaba muerta?, de cansancio, ¡sí señores!,  me quejo un poquito ¡ay!, hasta el hígado está revuelto!, ese  tamoxifeno me volvió los huesos de harina y ahora cuando preparo la comida y tengo que picar cosas, se duermen los dedos, hasta los de los pies, y no tengo ganas entonces de preparar nada, aunque para la cocina sea una experta, en mi corta muerte estaba de nuevo en esa vieja casona, no sé de qué siglo es, pero es toda en roca, fundada sobre una planicie,  había muchas aves y árboles; recuerdo su traje de hoy, un azul pálido, estaba descalza y tenía esa misma sonrisa, que a través del tiempo, trasladó a mis genes y a los de todos los de sus hijos.
¿Seré mi propia madre?, ¡no soy tan buena para serlo!, pero me gustaría, porque confío plenamente en mí, jamás dañaría a otro, ni me burlaría de quien no conozco, además me gusta lo mismo que a ella, las aves, las cascadas, el silencio, la paz y bueno, también oler las flores y ver al cielo cada día y cada noche.

¡Doña Pachita!, ¿tiene huevos?, y ésta pregunta me hizo llevar mis manos a la nevera de mi era cuaternaria, dividida en dos, y sostenida por dos rocas: ¡huevos tiene su abuela!, ¡vaya y cómprele a ella!, y entonces salió mi madre y dijo: hija mía, tengo huevos de brontosaurio, dale uno para que alimente a esa jauría de chuecos hambrientos que tiene la comae, y así fue, cargamos el huevo en un carro solar y nos cagamos de la risa con mi comae...

¡Es que doña Pachita tiene vaina!, ¿ah?, ¿ahora también eso?, ¡vaina y más!, ¡quien se meta conmigo se jode porque para devolver azotes, tengo a su apá!

Entonces me dice mi comae Dora: en la casa de la esquina espantan, -¿en la de la mona?, -¡sí en esa!, -comae sí que es chismosa, si donde espantan es en la mía, ¿ahora también se quieren robar  mis propios espantos?

Y continuó la visita, me gusta que ella venga a mi casa, últimamente me he vuelto mala persona, pero cuando me gane una gran lotería que pienso ganarme un día de estos, imagino que vendrán hasta de Perendengue y reirán por todas mis huevonadas, ya no dirán entre dientes: la vieja Pacha sí habla cagá, ¿tenemos que aguantarla?, y así no más una buena patada en el trasero, me empujará hacia adelante, como dijo un gran pensador el viejo de las uñas llenas de hongos y las patas de atleta: “hay que patear el culo al burro pa que coja juicio”, y “la burra aunque cojee es buena pa la carga”, jajajaja! con éstos pensamientos me ganaré el venado de oro, y salió como una vaca de mi portal lanzando la puerta sin mirar atrás.

En esto y aquello pasó el día, hoy fabriqué varias materas con tarros plásticos porque no inundaré de basura el planeta, es una bonita idea, y ya tengo varias plantas ahí, se está poniendo bonito mi patio, mientras esté despierta, seguiré soñando, porque cuando esté dormida, mis sueños serán polvo de estrellas que no servirán a nadie de nada.

-¡Hasta luego comae!...

-Chao comadrita, ¡pórtese como una perra pa que la consientan!


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 6/15

DIENTE [67]

DIENTE  [CUENTO] [67]

Hola amigos, no contaré mi historia, sino la de un amigo que me acompaña en este cielo de perritos, ¿sabían que también para nosotros hay un cielo?, en verdad que es muy hermoso, tenemos libertad para ir y venir sin peligro a nada, cuidamos ovejas y pastoreamos cabritas, ellas aprendieron a obedecer, desde antes que el hombre nos adoptó y nos llevó a sus rebaños, aquí entre nos, les contaré que fuimos nosotros quienes poco apoco nos acercamos, siempre los aceptamos, pero ellos a veces se portan mal con nosotros.

Mi amigo que acaba de llegar se llama Diente, me contó que así le llamaban unos humanos en una cuadra en Barrio Paraíso en una ciudad muy lejana, y que todavía los extraña, pero mucho más a su amo, quien al fin, después de mucho ir y venir, entrar y salir y dejarlo en la calle, lo recibió de nuevo, imaginaba que lo amaba demasiado, pero tenía un motivo: había comprado un vehículo  y necesitaba un vigilante que no cobrara prestaciones, ¿ y quién mejor que Diente?, era fuerte, muy valiente y ningún personaje extraño y con malas intenciones, dañaría a sus amigos de ese rincón del paraíso, en donde permaneció por muchos años, recibiendo malos tratos de unos, y buenos, de otros. Al fin y al cabo, a él nunca le preocupó los que no lo amaran, sino amar sin medida, pues ese había sido su motivo desde que vio a su dueño y admitió que podía amar a todo aquel que se acercara con buenas intenciones, porque tenía el privilegio de saber qué casa protegería cada día, pero ahora tenía más trabajo y menos sueño, pues su dueño le había dado la oportunidad de un rincón en medio de su olvido.

En casa de mi ama estuvo por muchos años, entre ella y sus vecinos cuidaban de Diente, un día agua aquí, al otro día una mirada que conmovía,  para que alguien dejara  un plato con sobras de huesos y lo que fuera, que llenara su gran panza de perro grandote y fuerte.

Me cuenta mi amigo, que muchos lo maltrataban porque ladraba a gente extraña y con cara de malos, recibió golpes, estuvo a punto de morir muchas veces,  y su dueño lo espantaba en esa época, de su puerta, ya no necesitaba de él, pero siempre regresaba a escondidas y se apostaba en su portal, donde el sol pegaba fuerte y la lluvia hería su carne llagada  y maltratada.

Hoy fue un día extraño después de todo, no sentía dolor, pero sí mucha sed, la vi pasar y emití un gruñido, estaba dentro de la reja de mi dueño, pero no habían dejado agua, siempre olvidaban ese detalle, no podía ensuciar su casa ni su patio, y debía guardar mi orín para cuando llegaran, y correr a dejar en cualquier rincón mi suciedad, con temor a que me espantaran con agua caliente, o una que otra pedrada, ya no aguantaba el dolor, estaba viejo y cansado.

Pero hoy, ella me miró a los ojos, por algo cuidé por años su portal, sintió pena por mí y me acarició, ¡pobre perrito!, ¿de nuevo te dejaron encerrado sin poder salir y sin agua ni alimento?, pediré a Dios por ti, no pudo abrir la reja y se fue, me di cuenta que llevaba lágrimas en sus ojos, los míos ya no tenían lágrimas, mi corazón estaba a punto de estallar, hacía un calor terrible, todo lo veía de color rojo, mi boca se había secado, pero luego, hubo un instante en que mi jadeo no se escuchó más,  y sentí que volaba muy lejos, daba vueltas y vueltas entre la brisa, todo estaba frío, pero no sentía nada, el dolor se había alejado de mi carne, no volví a ver a ese ser a quien tanto amé, pero que mucho me lastimó, no importa cuántas heridas haya recibido de su parte, es a mi dueño a quien siempre recuerdo, y ese olor a gente de la cuadra de paraíso, a esas personas que cuidaron de mí, les diré, que a veces me escapo del cielo y me quedo en sus portales muy tranquilo, los veo ir y venir, pero ellos no me pueden ver, soy un ángel, siempre lo fui, pero nunca se enteraron.

¡Ya amigo!, ahora estás aquí, ¿ves que todo es hermoso?, un día de estos te cuento mi historia, tenía una dueña y tal vez la conozcas, porque hay cosas que suceden para que aprendamos, el hombre tiene maldad,  y nosotros somos enviados a dar una lección de perdón y amor, ¿vamos a correr y a juntar ovejas?, ¡ya no más tristezas!, eso fue un ayer, hoy es nuestro día maravilloso, y éste día es una eternidad.

¡¡Guau, guau!!

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 6/15

EL MONO Y LA GATA [68]

EL MONO Y LA GATA [68]


Un monito y una gata abrazados,
tienen dulce mirada,
pero del mono, ¿sabemos sus andadas?


Inquieto el mono, abrazaba a una pequeña gata que encontró abandonada en el bosque, con su mirar inocente le decía: ¡no estés triste gata!, conmigo estarás a buen resguardo, ¿si ves que mi vestido de plata, cobija tu piel con donaire?

Tanto apretaba el mono a la gata, que ella se estaba fastidiando, ¡miauuuu!, ¡suéltame!, pero el mono seguía sobe que sobe, coge que coge, y al fin, la gata sacó sus uñas y las enredó en la panza del mono,¡miauuuuuuuuuu!, y el mono gritaba, y saltaba de rama en rama asustado por la reacción de la gata.

¿Qué te hice para que me hagas daño?, ¿acaso no quería protegerte?, ¡estabas tan solita!, ¡mis caricias eran para consolarte nada más!, -decía el mono con cara de mañoso asustado, pero la gata decidió correr y correr, pues escuchó un conocido llamado.

¿En dónde estabas?, ¿por qué razón te perdiste en el bosque, y no te quedaste con tus hermanitos?, -decía la madre gata muy enojada.

-¡Miauuuu!, -estaba jugando con una mariposa y empecé a perseguirla en el bosque, hasta que salió ese mono y me dijo que me fuera con él a jugar bien escondidos, donde nadie nos viera, entonces me fui con él, pero el mono me abrazaba y me tocaba, decía que era para cuidarme, fue cuando me asusté y lo arañé.

Esto pensaba la vieja Pacha en alto, tomaba un café tras otro, alimentaba a unas ratas que tenían bonita cola, y escuchaba a su hijo interpretar Intermezzo 4 de Luis A Calvo, y sentía que la vida le estaba devolviendo lo que le habían hurtado, es verdad eso era, un poco de alegría no era tan mala.

El día termina, ¿o inicia?, -preguntó la vieja, -ya no sé ni en donde comienza un segundo y termina el otro, ¿tiene alguna importancia?, para quien está en lecho de muerte puede ser que sí, para quien no desee sufrir más, imagino que cada segundo importa, y con un recuerdo me doy cuenta que son las 10:35 pm de un 6 de julio de 2015, me gustan las fechas y los números, porque finalmente eso seremos, un número en una fría lápida, si acaso, pero tampoco me importaría.

Hay un desmayo que parece muerte, imagino que es así, no tenemos aliento ni para recordar, y necesitamos la fuerza de una gota de rocío en la boca, siempre hay sed, una inquietud que alarma  como un pájaro herido en medio de calientes rocas, pero al abrir de los ojos, sus pequeños diamantes estáticos, no ven que arribaba en auxilio, una cascada en forma de rocío que de la montaña bajaba, parecía una novia con su larga cola, venía cantando por entre las rocas versitos alegres en medio de aromas, siempre aromas a café tostado, que brotaban de muy adentro de la montaña, ¡flores blancas!, sí, muchas flores blancas tienen su perfume, luego verdes y rojos, y en estampida se va la vida, en medio de la risa del viento y el sonar de las hojas.

Doña Pachita camina lentamente ahora, recuerda cada cirio encendido, manos temblorosas que se quedan en las suyas, dulce de brevas, colada de piña, besos ardientes arropados de manos y caricias, y los ve todavía sonreír, se alejan, abren la puerta de entrada, ¿no debería ser esa una sala de recibo?, pero recordó que estaba frente a ese altar donde cantaban las palomas, y en sus arrullos dormían cortas noches, para largos despertares, prisas y muchos afanes.

Es verdad, la cuesta dibujó pálidos hilos de plata en su cumbre, mis amados se fueron, y me quedé aquí, siendo otra vieja en un mundo lisiado de gente perversa y cínica, ¿no hay personas francas?,¡qué hipócritas son!, ¿quién puede regalarle al sol un poco de lluvia?, se desvanecerá con solo pensarlo, Él no necesita de una gota de rocío, somos nosotros su mar y su playa, y nosotros esperamos mejor destino, sin saber que no hay destino, hay caminos que vamos dejando y huellas que seguimos pisando…

¿Escuchas cómo canta el mirlo en elevada rama?, ¡es tan hermoso!, siempre creo que es ella y abro la puerta, ¡sigue cantando mi amor!, ¡qué tonadas!, parecen sonajero de madre que va y viene, y en su divino cantar me consuela.

¿Y el mono?, creo que se perdió de la gata, pero que siga haciendo morisquetas, en tanto la vida se encarga de arrugarle un poco la jeta, es que por mico quería comerse a la gata, y ella, muy ladina, pilló sus malas mañas, y se refugió entre la tibia piel de una madre.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 6/15

VÓMITO DE GATO[1] [69]

VÓMITO DE GATO [1] [69]

Alguien se burlaba de un poeta, la razón era porque a él no le salía ni una sola letra que no fuera para ofender, y ahora mismo se declaró una guerra, ¿quién ganará?, en busca de aguas negras defecarán sobre los mismos de siempre, y el poderoso se cree grande, jajajaja!, ¡vómito de gato!, decía El diablo, más el diablo murió como un pollo, atravesado por mil lanzas, y el fuego de sus entrañas lidió con la tierra al fin, en donde blanqueó los ojos y descansó de su mísera existencia...

“El diablo es puerco” ,¿será que tengo algo diabólico?, a veces me asusto de mí...

Me aterro de la mirada sucia que tengo, cuando deseo devorar la carne, comerme la piel a trocitos, de a besos, a mordiscos, y enrollar la serpiente del deseo en mi cuello, que atraviese los senderos de mi boca, pero es una mentira, ¡me asquea!, sólo bebería de tu boca miel dulzona, limpios los dientes, con un poco de bebida agria, de guarapo, borrachos, asquerosos amándonos, sudándonos, jadeando como perros, pegados y abrazados de la inconsciencia.

Tomar de la fiereza que dices tener en medio de las piernas, tú hombría, ¡ey!, ¿en dónde está tu hombría?, si me das una flor, tal vez lo comprenda, pero si me azotas con tu lengua, que sea en mis tetas caídas, en mi culo cansado de pelear la guerra de la vida, en medio de letras mínimas que nadie lee.

¡Jajajaja! ¡qué zurronado de mierda la vida!, ¿por qué insulto la existencia?, ¡es porque no he vivido!, pero también es una mentira, vivo ahora que se mueven mis dedos, que hago llorar un poco la lluvia en mis ojos, y me contento con un beso, y una orgía declamada en letras, en medio de guturales sonidos de pedos asquerosos, que inundan mi bonita alcoba de flores extrañas, de ruidos que no tienen clemencia de mi dulzura y delicadeza, por eso escribo ahora poesía transgresora, ¡qué me importa un culo lo que digan!, ¿será que me vuelvo pendeja también?, ¡jajajaja! qué sacudan sus bolas asquerosas ante mí, ni ganas me dan, ¿será que me estoy volviendo hombre?, o será qué al fin comprendí que la vida es una lágrima descolgada de una hoja, que se va cantando, que humedece la tierra y se evapora, en tanto la brisa construye una historia de amor, cuando los álamos están en flor, y mi vida, ya no sea la silla vieja que aguarda  mis esencias con olor a poesía.

¡Válgame Dios, qué porquería!, pero me dicen poeta, y me cansé de contar historias dulces, por eso me vomito en la inmundicia de los grandes, ¡para que respeten a las hembras!, ¿de qué guerra hablan las águilas?,¡leones!, eso son, de dos patas, con sus colmillos de acero queriendo devorar al mundo, pero el mundo se los llevará mucho antes de que su puta estatua de la tan llamada libertad haya caído con una leve brisa que se anuncia desde el norte.

¡Vómito de gato!, no era yo, claro, porque el viejo que me lo gritaba está riendo a carcajadas bajo tierra, ¡bien muerto está!, pero como tengo algo de diablo:

¡Qué Dios lo bendiga!


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 10/15

CLEMENCIA [70]

CLEMENCIA [70]

Nadie tuvo clemencia con Clemencia,
meneó el trasero en cada esquina
y en cada puerto se apostó por ella.

¡Linda era!, recuerdo sus tetas,
parecían balones recién inflados
con nalgas gorditas, sin postizos,
pestañas alargadas y labios bien pintados.

¡Mamita!, ¡está rica para chuparle todo!
/y ella se lo creyó…

¡Ayyy qué malparidos de pagar bien caro!
Hasta que la pobre Clemencia se putió.

Ahora que la veo por ahí,
pienso que tal vez tuvo mala madre,
que la parió una gata y la abandonó a su suerte,
y en medio de la escasa cabellera de ahora
puede sonreír a pesar de todo,
pues lo único que no le jodió la vida,
¡fueron sus bonitos dientes!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 10/15


EL COPLERO 3 [71]

EL COPLERO [3] [71]

Recuerdo al viejo,
algo maricón se veía,
caminaba afrijolado
camisa almidonada
flor en la solapa,
y una picardía untada
para que la boca se viera
como una nena malcriada.

Sabía declamarle a la vida,
pero huevonadas a nadie le importaban;
igual hay mucha mariposa en ésta vida
que por hombre muy dispuesto
decía y pregonaba.

Cada quien con su andar de gitanilla
mujer hombre, hombre mujer,
vagina o pene sin saber
que bajo el manto de la hipocresía
todos pecamos y nadie lo ve, ni lo adivina.

Falsa sociedad, burgueses todos,
come mierda, groseros, sedentarios
pajuelos detrás de los escritorios,
vulgares con sus revistas de tetas y culos
y para la casa sólo pedos y embarradas.

El coplero no dijo ni un verso,
estaba cansado de la vida,
decía que malo si parecía
y perverso, si mostraba lo que era.

Entonces para acabar con tanta habladuría
le demostró al pueblo que maricas era lo que había
y putas arropadas bajo la ruana,
por soberanas y vírgenes pasaban.

¿Pero qué importaba la vida ajena?
Vivir, y dejar vivir sin tanta falsía,
amar lo amado y desamarlo,
armando telarañas en la garganta
y componiendo versos plebes
para él, tenían más valía,
que hablar de cosas tan vanas
como si te gustan las tetas
o adoras las cerbatanas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 10/15


Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 17:18

DOÑA FILIGRANA [72]

DOÑA FILIGRANA [72]

Ésta vieja es muy sensible,
por eso se aparta del mundo.
Son pequeñas cosas,
pero entre copa y copa,
siempre te recuerdo, cariño.

Corría y corría detrás de cosas vanas,
y en éste correr conocí a Filigrana.

Nos unió el cariño, ¡no es mentira!,
hasta puedo decir que es mi hermana.

Pero olvidó del potrero la grama
y del ayer las sonrisas con ganas.

Cierto día quise ver en papel mi poesía,
¿Será que ésta niña bonita me las imprimiría?

De chécheres muchos, también yo los tenía,
a veces invertimos en cosas que encarecen la vida
y al fin y al cabo, muchas fotocopias mil pesos valdrían.

¡Compré una que saca miles de copias a centavo!
¡Qué bueno!, /ahora sí podré ver mis poemas
será como pequeñas flores bordadas en filigrana,
y en esto me atreví a preguntar:

¿Será que si le pago, puedo mis poemas copiar?

Una espada salió de su boca:
¡¿Eche y por qué?! ¡Cómprese una!
¡Ésta es para mis hijos que son de mejor cuna!

¿Qué diré?, ¡que ésta espina me saqué!
Pero todavía me duele tanta ingratitud,
escribo de gratis a un mundo cruel
que recibe flores y devuelve espadas
sin volver atrás la mirada.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 7/15

DIENTE 2 [73]




DIENTE 2 [73]

Era un perro muy bravucón
de dientes  largos y fuertes,
que alejaba ladrones y perversos
de la cuadra de Doña Pacha
y el viejo Pantaleón.

¡Ven acá perrito!, ¿por qué estás triste hoy?
El bravucón respondía con su cola al viento:
¡guauuuu!, es que mi amo me dejó en la calle
y en mi barriga habita un dragón.

¡Vamos mi niño!, ¿quieres ir a casa?
Diente seguía a doña Pacha,
apacible como un ovejo,
dulce, como el sonar de una gaita.

No cambió jamás de calle,
de arriba hacia abajo,
siendo el mejor vigilante sin paga,
Diente se dio a querer de todos;
pero el dueño, ¡le pagó con espadas!

Cada noche al pasar,
sin importar que hubiese lluvia,
bajo una palmera lo vi temblar,
es que ahí era la casa del amo
que después de viejo le cerró la puerta,
asqueado de su olor a perro,
sin mirar a sus ojos que parecían de oro,
con pequeños hilos negros.

Compró un carro, ¡qué feliz estoy!
Abrió la puerta al fin,
¡nadie lo cuidará mejor que yo!

Más luego, cuando no era necesario,
sin agua ni alimento,
una llaga tras otra,
fueron su escapulario.

¡Pobre perrito!, ¿sabes que te quiero?
¡Yo también te amo!, respondía con su rabo
y esa mirada de niño triste,
reposando en mi puerta.

Un día cualquiera, de viaje se fueron;
quedó el perrito bajo el carro de sombra
sin agua ni alimento.

Se lo llevó el viento, pero me miré en sus ojos,
se quedó en los míos en ésta imagen de perro fiel,
que a pesar de la ingratitud y crueldad,
en la puerta de su dueño,
por siempre durmió.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 7/15

TE BUSCO [74]

TE BUSCO [74]

¿Sabes amor mío?,
eres mi madrigal preferido.

Te busco en lo azul  infinito,
en la verde hoja que danza ante mis ojos,
anunciando un ya pasó, y un viene,
en un brote bendecido por la lluvia.

¿Qué veo?
Estás ahí, mueves mi vida
impulsas mi río interior
con un púrpura que parece campana,
sonando por mi propia muerte,
vencido tal vez en tu ventana.

¿Quién nos envenena?
Aquí en ésta cuadra, /y te lo digo en secreto,
hay personas ausentes de tu amor,
granos de muerte sirven en platos de oro
y corren día a día a una iglesia de roca,
olvidando del  ayer su mala acción.

Confían en tu perdón,
¿pero has de perdonar a quien mata la vida?,
ellos no lo saben, pero tendrán castigo
porque tú mi Rey eres justo padre que perdona,
pero reprende con enojo
a tus hijos que no agradecen tus favores,
con ángeles que estamos
arropados por tu mismo vestido.

Te busco y llegas prontamente,
maúllo mis ansias y pasas
iluminando con tu luz, mi presente.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 8/15

LA VID [75]

LA VID [75]

Soñé que una inmensa vid arropaba mi hogar
a veces tan falto de amor, ausente lago,
su profundidad no hace escuchar mis rocas,
y un vacío queda, tan pronto suenan pisadas
sin un  hasta luego siquiera.

Exprimí de la vid muchas uvas
pero no dieron jugo ni semilla,
insolencia y arrogancia no más,
rogando al cielo una tinaja
para llenar con mis quejas.

Ahora, la vid  fue arrancada de raíz.
Cierto día en oración con mi madre, / hubo una promesa
si no produce ésta vid en 1 año más, ¡arráncala!
no esperarás un buen vino jamás.

Y pasó el tiempo, me añejé como el ausente vino,
se envejeció mi estatua de mármol
26 largos años,
y ahora soy de sal, ansiando un beso
de ardiente sol sobre mi espejo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 8/15



EL QUETZAL [76]

EL QUETZAL [76]

Una joya
donada por mi pintor de obras,
tornasoladas plumas
bailando al viento,
cola de novia de mil colores
que mueve su grácil figura
con gran contento.

Una esmeralda de aceite
otra de fuego,
un ónix en sus ojos,
y sus patitas
que saben besar la tierra
como sus divinas perlas,
mirar al cielo.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 08-07-15

LA PLANCHA VIEJA [77]


LA PLANCHA VIEJA [77]

De aquéllas manos
que una vez desarrugaron la vida,
¿quién recuerda hoy a la viejita de la esquina?,
¿a mi vieja mama con los arrumes de trabajo?

El rostro se torcía como fierro entre las llamas,
/y decían las abuelas:
¡Qué no te de la brisa!,
y en verdad sucedía.

¡Cuánto calor y lidia para nada!,
apariencia no más, entradas y salidas,
pero por aquí no pasaron manos de hombres,
en ese ayer, el trabajo de la mujer era servil:
preparar, comer, abrir las piernas al anochecer.

¡Pero de la plancha vieja toca dejar memoria!
Hay un respeto, un olor a vino añejo purificado en el fuego:
el alma de mi abuela, quien usó de carbones encendidos,
pero cuando el genio inventó la luz, vino ésta,
que prendía y apagaba, quemaba y encendía la mirada
al terminar duras labores, cuando rayaba el sol.

Y en una despedida, dejaba un camino de ancianas
que caminaban de lado, con su rostro cansado
de tanto desarrugar trapos ajenos.

Quedó el polvo del ayer sobre el de hoy,
un recuerdo escrito en un rincón,
combinando el ocre de mentiras
con  el color de las hojas secas
que caen de mi árbol,
¡agotadas y  vencidas!

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 8/15

AZULES AÑORANZAS [78]

AZULES AÑORANZAS [78]

Aquí estuve, entre azules aguas,
ladeando la barca mis sueños
entre mi pequeñez y tu magia.

Una gaviota en medio del mundo
perseguía afanosa mi ventana,
que se abrió de par en par,
como sus alas.

Esperé a la libélula de ojos claros,
busqué en la profundidad del océano tu luz,
silencio fue todo, tu voz me perseguía
como un suspiro fuerte sobre mi rostro.

Caminos y caminos de la vida,
añoranza de ojos tuyos,
agua marinos pensamientos
me alejaron de tu amor,
como la luz a los cocuyos.

Y estuviste ahí, apresado en mí
como una cadena que nos oxidaba,
prisión eterna donde eres lo más amado,
y sin verte te hallé,
sin tocarte te vi dando hálito a unas alas
que descansaban sobre las olas
sin pensar en nada.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 9/15