sábado, 31 de agosto de 2013

MARIPOSAS [1]

MARIPOSAS [1]

Regreso a la música preferida,
parece un poema
danzando sobre las olas...

Regresa la mariposa 
busca el néctar
que endulce la vida,
un instante, un segundo,
mientras llegas.

Aquí estoy amor,
esperando el toque de tus alas,
en tanto reposo un instante
sobre las hojas.

Adivino tu parpadeo
en un leve suspiro
ahogado en tus antenas.

Me doblo, ¡todo es frenesí!

Me entrego;
y bailando
hallo un motivo feliz
en mi único día.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, agosto 30/13

ENTRE TODAS [2]

ENTRE TODAS [2]

Te reconozco
entre esa multitud de estrellas.
¿Eres la de aura más azul?
¡Sí, eres ella!...

Te descubro entre todas las flores,
sé que eres la más pequeña
pero también la más perfumada.

Mi dulce violeta,
mi paloma triste:
¿En dónde tus poemas?
¿Entre todas las aves del cielo
y todas las gotas de rocío?

¡Te reconocería en el infinito
si estuviese perdida,
por el aroma de tu inmenso amor
madre querida!


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 30/13

SI QUIERES [3]

SI QUIERES [3]

Si quieres ver a Dios,
cierra los ojos
y escucha una melodía sin palabras,
detalla una flor del campo

y descubre su vaivén ante la brisa...

Si deseas ver a mi Jefe,

silencia ante las ofensas,
vuélvete mudo, eres una roca,
no devuelvas de sus rabias y trágate todo,
pero cierra los ojos a la envidia,
que nada te toque,
que nada te dañe......

Si deseas vivir feliz,

no tengo la fórmula,
pero al menos la busco
entre el dorado  de las amapolas
y en el rico aroma de su corazón
pleno en mensajes.

Danzar es privilegio de la mayoría,

detén tus ojos ante un ave
que se baña bajo la lluvia, y sonríe,
porque Dios acaba de llegar a tu vida.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, agosto 30/|13

SI PREGUNTAN [4]

SI PREGUNTAN [4]

Si alguien pregunta por mí, no digan nada, estoy durmiendo, viajo en unos círculos azules y descanso un rato.

Si por casualidad me extrañan, ¡no se preocupen!, por eso nadie morirá, pero están aquí conmigo, en cada sueño diario, en cada locura que me hace despertar creyendo que estoy viva, y resucito ante la luz clara, en otro sitio más lleno de bondades...

Si deseas navegar a mi lado, cierra los ojos, estoy en la más empinada ola y me dejo caer suavemente, para confundirme entre las rocas y ocultarme un momento bajo ellas.

Si alguien desea hablar conmigo, le dices que no estoy, mucho tiempo esperé una llamada, o un abrazo, pero tampoco importa, me gustan los corales y ese frío bajo las olas.


¡Oh amor!... amor... ¡si vieras!... tan dulce y bello parece morir, que descanso viéndote lejos... ¡Muy lejos del sol!

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, agosto 30/13

TE DIRÉ [5]

TE DIRÉ [5]

Al sentir que era el último otoño
las hojas secas fueron de oro.


Silentes bajaban de mi roble amado
¡Dulces se perdían en un lago!....

Lindo amor, mi único consuelo es pensarte,
eres compañía en mis eternas soledades.


Con tu imagen descubro cada hoja,
cada palpitar de rocío entre las ramas.


Transformas en diamantes
que para mí desgranas
sobre la sensación más dulce que te llueve,
y me hace bendecir el segundo donde mora el sol
para caer luego, desperdiciado entre la nieve.

Cabe el mundo en una de ellas,

el paisaje es maravilloso.


Siguen cayendo las hojas de mi otoño,
me venzo, soy una de ellas a voluntad divina.


Dejo que mis manos guíen mis sueños 
y les permito morir en una lápida en blanco

que se tiñe de letras para ti.

Las perlas salobres

que sobre mis párpados corren,
anuncian que no hay desperdicio,

en tanto haya renuevos.

Ni hay dolor mientras te recuerde.

No hay muerte,
es sólo un aguacero que tempestad


en nuestras almas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 30/13 


MI LÁMPARA [6]

MI LÁMPARA [6]

Amor mío, luz de cada día: Eres mi lámpara, la ilusión de cada segundo si entre tristezas, aspiro a sobrevivir buscando un poco de felicidad en medio de letras, con el sonido de la música de Cortázar.

Días de soledad llenan mi estancia, permanecen mis cachorros a mis pies, dejando un poco de abrigo.

Doblo el cuello para no renegar. Levanto la mirada a un sol lejano, en días de lluvia. Te presiento entre el humo de un cigarro, besas cada  montaña, me antojo en ser el vino que toca tus labios, quiero ser esa pluma que pasa por tu lado,  sueño en ser la mariposa que roba de tu jardín una esperanza....

Recuerdo de la negra noche, tus ojos brillantes, aspiro de tu olor a joven, entre encendidos abrazos y mágicos sonidos de flautas y cantores entre las ramas.

Detallo entre las nubes un día soleado a pesar de la lluvia, y aparece el mágico arco iris tantas veces admirado, plasmado por tus manos invisibles, que mañana me regalarán una carcajada al verte sonreír entre mis brazos.

¡Quédate aquí un poco más!, el tiempo no ha pasado, ni los años fueron nada, no contaron en mi existencia. El almanaque se quedó estacionado donde el tren corría y cada día esperaba tu regreso...

Te diré un secreto: Envejecen todos, sus pieles se tornan arrugadas, más la mía permanece intacta, esperando por tus manos, tus dulces caricias, que tornaron en violentas tempestades y tornan cada segundo al pensarte.

Dejé tu nombre tallado entre las rocas, sobre cada tronco del camino, y nunca te has borrado de mi corazón, permaneces, eres la joya más amada, la huella imborrable de tu amor en mí.


De nuevo esbozo una media sonrisa y continúo, a pesar de todo, esperándote...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 30/13

LAMENTOS [7]

LAMENTOS [7]

Y a éste lamento,
que de calambre
se empeña en mi corazón:
¿Cómo se le llama?...

A esa sombra que me persigue
con tu nombre,
con andar de gitano
sobre mi gris vereda:
¿Cómo se le nombra?

¿Cómo le digo a ésta pasión
que me enciende al pensarte,
y al segundo se apaga  
por tratar de olvidarte?

Y a éste regazo que espera
cada noche por tus manos,
a estos pechos que tiemblan
tan solo al imaginarte
entrar por mi ventana abierta:
¿Cómo le nombro?

Quiero vencerme en tus brazos,
en tu tronco añejo,
sin importar las heridas del camino.

¿Cómo le llamo
a ésta encendida llama,
que ni el huracán más violento apaga,
pero sí enciende el más fugaz recuerdo?

Entre preguntas sin respuesta vago…
Un camino estrecho es la vida,
un sendero pétreo con espinas.

¿Cómo le digo al cardo,
que a pesar de la lluvia
y al implacable sol de verano,
siempre tiene encendidas flores?

Así, amor mío:
¿De qué color pinto el cielo?
¿De qué hechiceras sombras
que alardean en las nubes
tras corretear por las montañas,
puedo adornar mi melancolía
de saberte ajeno?

¿De qué sabor estarán hoy
los duraznos de tus labios?

Tiempo sin saborearlos,
tantos años perdidos en la distancia.

Pero están presentes
en cada recuerdo,
en cada segundo,
si se empeña en florecer una orquídea,
y se humedece ante el ayer,
al evocar tus fieras manos.

¿Cómo le llamo a éste día,
tan parecido a otros,
tan repetido en mi estancia,
que hasta parezco una sombra
dentro de mi cárcel casa?

No sé ni cómo repetir un verso
en donde no te nombre.
Que tus letras sean olvidadas,
y tu amor imposible
sea guiado por las mareas
extrañas de tu destino,
tan ajeno al mío,
pero cercano en mi pensamiento.

¡Pero no importa!...
Te nombro cada segundo,
te retengo ante tu voluntad
y persigo ese camino tuyo,
aún después del más allá.

Después del infinito
te guardo conmigo,
si tus perlas negras
brillan en la distancia
al llegar la noche,
recuerdan el primer beso,
la primera caricia
que temblaba en mi boca.

Estoy aquí de nuevo
emitiendo un suspiro con tu huella,
y evocando el sabor a hojitas de limón fresco,
en tu boca.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 31/13

TE LO DIJE [8]

TE LO DIJE [8]

Esos amores

de signos y gritos,
¡gran mentira!

¿Acaso no te diste cuenta,

que madre solo hay una?

¿Puede acaso alguien a la distancia,

amar a tus retoños como ninguna?

¡Te lo dije!

Ese amor duraría
lo que “un merengue
en la esquina de una escuela”,
y éste verso no es mío,

es de un viejo sabio
que me lo repitió hace años.


Tanta zalamería
era un engaño,
y vos...¡caíste!
ante gran falsía.

¿Recuerdas las burlas ante mi amor?
¿Qué te ufanabas de tu gran valía

y en público destrozaste una flor?

Vana cosa la soberbia,

la vanidad.
Pero te juntaste con ella
para que fuera yo,

el hazmerreír de todos.

¿Ahora qué harás?...

Te invito a que enamores a otra,
 -aunque ya te la vi,
y una leve sonrisa

se estampa en mi rostro...

No creas en el amor así,


y menos, humilles a otra mujer por ello,
porque antes de que te eleves cual palmera, 
tendrás que doblar el cuello. 

¿Viste?, todo fue por falta de sol
me hubieras hecho caso.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 31/13