lunes, 25 de julio de 2016

CANTO DE PRIMAVERA (5) (R)

CANTO DE PRIMAVERA (5) (R)

¡Es verdad!, al dinero lo hacen indispensable,
Porque nos olvidamos del valor de la tierra.

Es una bella melodía,
Un paisaje de más valor,
Es algo así como el precio de tu mirada:
¿Quién le pondrá avaluar más que tú y yo?

¡Algo así!... ¡algo así!:
Sentirte entre la brisa que mueve mis alas
Para iniciar a volar,
A cortejar el amor entre las nubes.

Hay un continuar que nos obliga,
Pero jamás dejaré de pensar en ti.
Eres la parte más pura de mi historia,
Eres la poesía fresca de cada mañana
Y el verso más limpio de cada anochecer.

No te irás, ni me iré…
Estaremos aquí, será nuestro pecado,
Éste amarnos de verdad como nadie ha sabido,
Sin tocarnos siquiera,
Involucrados en el pensamiento,
Danzando las mejores piezas al cerrar los ojos,
Escuchando las más hermosas melodías.

Sé qué me comprendes,
Y también comprendo tu estado.
Algún día, si todo resulta, nos veremos.
Seremos luz en las montañas,
Nos llamaremos, somos dos pequeños focos
Pidiéndole al universo silencio para brillar.

Así nada más amor, ¿qué más puedo decir?
Me has enseñado a gritar con la boca cerrada,
A decir te quiero, pero sin saber si escuchas;
A enviar plumas y mensajes escondidos
Para que el mundo no señale.

Lo cierto es que después de todo lo vivido,
Eres el ave más bella que canta mis primaveras
En la suave penumbra de la montaña.

Raquel Rueda Bohórquez
25 7 16






UN PEDAZO DE TIERRA (6)



UN PEDAZO DE TIERRA (6)

La tierra donde nací, pudo haber sido en cualquier parte, pero fue en este planeta donde todavía hay guerras y divisiones, en un trozo de tierra, un poco de frío, nieve, montañas; le llaman "La tierra del clima de seda", es muy bello, también hay gente chismosa como en todas partes, el resto son muy buenas personas...

Caminé varias de sus montañas, trepé por muchos de sus grandes árboles, del brazo de mi viejo fui muchas veces a misa, a procesiones, a caminar por ahí, a ver pasar el Suárez, el Chicamocha, el mismo con otros nombres a medida que tocaba otras faldas de montaña. Los bocachico cola roja, los grandes y pintados bagres, los chirlovirlo, los gorriones, sinsontes, toches, aves de muchos colores y trinos, cascadas, luna y sol que parecían dividirse y correr detrás de nosotros y nuestra cabrita Diana en nuestros paseos a la Cacica o a la Urana...

Están las montañas más filosas, las cabras más brinconas y los quesos más sabrosos.
Después de todo, en mi pedazo de tierra se recreó Dios, reventó las montañas y dejó salir de su fondo las más translúcidas cascadas, ríos y quebradas.

Por aquí pasó Bolívar con su gente, y continúan pasando "seres humanos" muy, muy valiosos; casi nadie pelea, sólo se reza, se peca y se empata, pero pasito, muy pasito...

Aquí la gente se saluda, se ve a los ojos, jamás se miran los zapatos viejos de nadie, por aquí no se critica la vida del vecino, si alguien lo hace, no se nota, por aquí no se denigra de las personas ni se inventan chismes, si acaso, el otro lo niega...

Ésta es mi tierra bella, algún día regresaré sin joyas, sin adornos, me abrazaré de los pobres que como yo vivimos felices sin mirar a los pies cuando saludamos; abriré los brazos para mirar a los ojos a mi gente, toda ésta gente bella que habita mi terruño.

Quisiera ser como mi hermana Rosita, que me sembraran como a ella, en la tierra, en ese trozo de amor que dejé cierto día, por buscar lo que no se me había perdido.

Me sembrarán sin empaques, ¿acaso me enteraré de eso?, sin gastos ni ostentaciones, luego de la manera que siempre lo he dicho, en posición de bebé, plantaran sobre mí la semilla de un gran árbol que tenga cambios en cada estación, que lleve muchas flores en primavera, que luego sea demasiados frutos y nuevas semillas para esparcirme por todo éste pedazo de tierra divina a la que pertenezco, y que sea arropada por mis propias hojas secas.

¡Sería increíble!

Raquel Rueda Bohórquez
25 07 16



AL SOL (7)

AL SOL (7)

Le di el pecho al sol,
¿Qué importa que la vida nos mutile?

Otras se han ido con el poema de la mañana,
Y estoy aquí viendo correr las aguas del Magdalena,
Ante la mirada indolente,
De quienes en vez de amar sus afluentes,
 A la inmundicia las condenan.

¡Aquí estoy Rey de mi pequeña estampa!
Aquí voy sin esas prisas que ayer me desvelaban.

 Me juntaré con el azul del cielo y sus blancos enamorados…
Seré entre la bandada de pájaros,
La más pequeña de todas,
Pero también, la más amada.

¿Qué importan los hilos de plata?
Jamás teñiré de rubio mis cabellos
Porque sin gastar un peso,
Tu sol me llena de colores,
Y con esa inmensa gratitud de las pocas alegrías
Se contenta el alma,
Al sentir que el viento nos eleva y nos redime.

¡Vamos!, ¡ven a mí amor mío!
No sentiremos miedo,
Será un instante de cerrar los ojos
Para mantenerlos abiertos luego...

Ahí, en ese punto dorado que se abre,
Continuarán los paisajes,
Seguirán los pájaros volando
Y las luciérnagas iluminando.

¿Viste ahora?, todo es azul,
Pareciera que Él se entretuvo un tanto.
Coloreó el mar y el cielo,
Dejó llover nuestras lágrimas sobre las flores más invisibles;
Con ellas fabricó el mejor de los perfumes
Para soltar al viento el amor y su mayor motivo
Fue que se juntara contigo y conmigo.

Raquel Rueda Bohórquez 
25 7 16