miércoles, 6 de abril de 2016

TEDIO (64)




TEDIO (64)

Se vuelve tedioso vernos,
Se cansa la carne;
Se vencen los ojos;
Se aturde la primavera.

Rosas muertas parecen
Las estaciones en el viento;
Sarape de pocas ganas
Donde el deseo ha muerto.

No se espina el pájaro espino
Ni las alfombras nos enredan;
No hay copas de vino
Ni invitación de miradas.

Una maleta de niño colgada;
Unas cuentas mal ajustadas...
¡Que le duelen las rodillas!
¡Que se llevará la cama!...

¿Qué importa?
Para dormir, suficiente el cansancio,
Y para despertar, el ruido de las aves,
O ese correr de potrillos
Que se despiden sin ganas.

Por mí, ¡aquí no ha pasado nada!
Ni siquiera electricidad en las miradas.
La carne está para un parque
Con la mochila de millo llena
Y la boca cerrada.

Buscando ese contento
El tiempo pasa y decidimos nada.

Un día callará el reloj de cada quien
Y ya no importará quejarnos.

¡Así somos de putos!
Así somos, porque es difícil el perdón
Si al amor traicionamos.

Para qué entonces mendigar amor,
¿Si la libertad hemos ganado?


Raquel Rueda Bohórquez
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A ESOS MOMENTOS/A Sofía (65)



A ESOS MOMENTOS/A Sofía (65)

A ese azul que nos halló despiertas
Con el sol bailando cumbias,
Con los rostros encendidos y los ojos abiertos
Descubriendo que más allá de todo,
La vida es un payaso de colores
Que ríe de nosotros.

A ese delfín que jamás vimos
Y que nos apresuró a correr como niñas
En medio de carcajadas irrepetibles,
Con esas bromas dulces de escasos vestidos
Y esas damas que parecían focas
En la orilla de la playa, besadas por su gracia.

A esos días y a esas noches
En que nada importaba más que las olas
Y esa inmensidad que nos devoraba,
Para luego regresar y ver en su pico a una gaviota
Que iba y venía en soledad.

A ese despertar, a ese amanecer,
Donde Él hizo juego con sus nubes
Para seguir bendiciendo nuestros pasos
En medio de colores fascinantes.

Al ruido del ponto, al canto de las aves,
Y a ese mucho en ti pensar;

A esos segundos
Que jamás volverán…


Raquel Rueda Bohórquez