MI OVEJA (16)
Ella estaba cansada,
por eso vine despacio
y ni siquiera sintió
que toqué su rostro.
Ahora corretea
y saborea dulces prados
entretenida en el amor
que vuelve redondos los gajos
y hace crecer la quebrada.
La llamé por su nombre:
¡Ruth, Ruth!, es tu hora,
y ella se dejó llevar mansamente
hacia las aguas del manantial.
Todos recordarán un día como hoy...
Ella había recorrido su camino,
los agites de la vida terminaron,
y en mis brazos va de monte en monte,
de llano en llano.
El dolor huyó aprisa,
su mirada cansina se quedó en mí;
la flor del campo ha regresado a casa
joven y hermosa, parece un rubí.
Mi oveja es feliz ahora,
y todos tendrán que llorar,
pero reirán luego de sus gracias:
Tan bella, tan linda la vieja,
y a sus hogares regresarán…
Raquel Rueda Bohórquez
01 06 17