sábado, 31 de octubre de 2015

PARA UN POETA [1]


PARA UN POETA  [1]

Busco para hoy
palabras simples,
herradura en ángel
quien a punta de tropiezos
en lo más alto de la cumbre,
sin herir, relincha versos de amor
por el canto del zorzal en la montaña
y el pentagrama del viento sobre las hojas.

Sin expandir fuego ni herir le vemos,
sólo blandiendo un duelo
para regalar a la boca una sonrisa
y al corazón que lo espere,
algún mísero consuelo.

Busco al poeta que se moja conmigo,
que se vuelve sal y espiga,
cierra los ojos
para encontrarnos en un verso
y luego,
volvernos semilla de café
dos en uno,
en el mismo pergamino.

Encuentro tus ojos a la distancia,
hallo tus manos en el cálido aire de octubre
y nos embrujamos con delirio.

Somos de un tronco su enredadera
y de un verso mudo
un encendido cirio.

Raquel Rueda  Bohórquez
Barranquilla, octubre 31/15


DEL AMOR [2]

Kevin viendo a su padre y primitos 

DEL AMOR [2]

Otra vez quise hablar del amor,
el mismo vicio que suena el ruiseñor
en su garganta de oro y plata,
pues entre un bosque de ocres alas
se esconde lo sublime y perverso,
lo mágico y sereno
del rocío sobre la grama.

Tiemblan otra vez mis labios,
¡es que de pensarte me volví poeta!,
engarzada cual pájaro herido entre zarzas,
pensando otra vez
en el colibrí de pico rojo
y verdes alas.

Una esmeralda fueron sus destellos
sombreando mis paisajes pálidos
o encendiendo la mirada,
al arrimo cansado bajo  un ciruelo,
de un viejo descalzo y desnudo
ahuyentado de su manada.

¡Oh amor!, tan dulce y lejano,
casi que de sal se hicieron mis versos,
pero en tu boca de artesano
un toche armó nido, bordado con donaire,
y  florecieron rosas en verano,
perfumando la tumba de un mochuelo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 31/15