domingo, 20 de septiembre de 2020

NUESTRO AMOR

 NUESTRO AMOR


¿Y nuestros versos de amor?

 

¿En dónde ha quedado el castillo prometido 

y los cercados en piedra?


¿Qué ha sido de la poesía que nos calentaba 

en nuestras soledades?


No te alejes amor mío 

que aún mi rostro es de amapola 

y al pensarte 

hay un fuego dentro de mí que me sofoca.


Ven, acerca tu verso al mío 

y convirtamos el amor en un poema.

 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla 20 09 19

 

ME ACONSEJO

 ME ACONSEJO


No regresar al lugar del escarnio

ni volver a pisar las puertas del odio

ni creer en las personas que ven a tus pies

primero que a tus ojos.


Me aconsejo repasar las fotografías viejas

porque tal vez mañana me haya olvidado

de cada voz, cada lágrima y afán

que entre su magia hayan quedado. 


No volver a creer en las mismas personas

pero desconfiar un poco de las nuevas

porque el hombre es un ente raro 

incapaz de ser bueno del todo. 


Me aconsejo llorar hasta mojar mis senos

y sacar esas rocas viejas que se agolpan

pareciendo un río violento 

que tras su paso las persiguiera. 


Siempre me aconsejo tener cuidado

la maldad jamás termina

es un comején que se extiende

hasta desear tu ruina. 


Me aconsejo volver al mar

y guardar silencio 

cuando bajen las gaviotas

y el alcatraz se eleve tanto

que acaricie las estrellas

que no pueda yo tocar. 


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 20 09/20





A TUS OJOS

 A TUS OJOS


A esos ojos de cristal

que sólo ven el alma

y vuelven grande

todo lo que contemplan.


A esa raya oscura 

algo así parecido a una roca

que cruza el estero pálido

de tu hermosura. 


A ese ronroneo dulce

que en momentos como ahora

atrapan en tu ser mi afán

y con tus caricias 

me acercan a Dios. 


A tí Nilo, mi amado gato

que has pasado más tiempo conmigo

que tantos que se dijeron mis amigos

pero a mitad del camino

me zafaron...


Sí, a tus ojos de cristal

puros y transparentes

cálidos y amables 

como los ojos de mamá. 


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 20 09 20

ESE DÍA

 ESE DÍA


He tenido tiempo para meditar, siempre he pensado en ese día en que ya no importe mi presencia en algún lugar y sólo  se convierta en conveniente para ciertas ocasiones. 


Ese día ha llegado, estoy aquí con mi gato casi que posesionado del pc con sus ojos claros como un cielo desteñido y tocando de tanto en tanto mis dedos, que escriben con la premura de la tarde. 


Escucho aves lejanas, en mi propio lugar ya no están los gorriones que llenaban de alegría mi estancia y convivo con las sombras del pasado y éste presente raro donde la soledad reserva las mejores cosas de la vida para el silencio. 


Siento una tristeza vagabunda, esa que temía llegar de nuevo  y pienso: ¿por qué estar triste?, tengo el amor de un gato castrado y con seguridad me ama mucho más que tantas personas que han pasado por mi vida, y vuelvo la mirada a la cantera corroída, a la flor silvestre, al canto presente en cada sueño y abro mis alas, cierro los ojos y me siento un águila, con la sospecha de que volaré por sobre todas las cosas que me son amadas pero que jamás pudieron amarme. 


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 20/20