MI
REFLEJO/ A Liz Nayibe [79]
En el cristal de tus aguas me reflejo,
absorta en la belleza de tu magia
eres la oración temprana
donde cabe el universo deseado.
El cielo se copió en tu hermosura,
engalanado
de turquesas,
y el verdor de las esmeraldas
se
perdía conmigo,
pensando que eran vanas las riquezas.
Todo cambiará mañana…
Sus manos hambrientas arrancarán mi negro traje.
En mis labios rojos no podré tener los
tuyos,
y en silencio vagaré,
solitaria
por la enramada.
Quise navegar despacio,
orando
por mi tiempo extra
por el de alguien que necesita una mano y elevarla.
Su
ánimo se vistió de blancas azucenas.
Ahora espera el rojo fuego de las rosas
que
florecen en tu lago.
No importa si navego un tanto, un poco más.
Siempre me pintaré en tus aguas claras,
sabré que era mi tiempo y que allí permanezco
contemplando del cielo azul, los tules extendidos,
flotando cual si volaran…
Abro mis alas y levanto vuelo.
Estaré oculta entre los cañaduzales adornados de violetas.
El perfume de su aliento me ha conmovido una vez más…
La divinidad con que vistes mi estancia
me
hace agachar el rostro.
Pero allí, en la oscuridad que creí buscar,
marcha en silencio mi amor, sin voltear atrás,
cuando me oculto una vez más
a
entibiar pequeños corazones
que están escondidos, silenciosos,
en
medio del cañaduzal.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 6/13