martes, 1 de agosto de 2017

EN OTRO ESTADO (52)

EN OTRO ESTADO (52)

Me vi en otro estado,
era la mariposa galana en la flor más fresca;
fui espejo en un lago y ahí nos juntamos...

Todo era extenso, ¡mienten que todo en silencio!
Algarabía de pájaros y corrientes alternas,
festejo de colibríes y aves del paraíso.

Las montañas no las podía concebir de otra manera.
Entre la bruma de las montañas, una higuera;
y junto al lago de tus pestañas todo mi anhelo.

Corrían a recibirme, era un cortejo que me traspasaba
no había carne para tocar,
ni más afán que la gloria de un despertar
en medio de un lago verde.

Hubo un juego por la muerte que la vida no cumplió,
pero aquí en este lugar, todo era en flor,
nadie tenía boca para censurar
ni lengua para mentir.

Más las aves revoloteaban por frutos;
los grillos buscaban los gajos más verdes
y las cigarras ya no lloraban,
porque bajo tierra solo existían las raíces
que sostenían los más graciosos árboles.

En otro estado te vi, nos vimos;
nos colamos y fuimos el alma de una nube
que corría veloz a regar los desiertos
y las montañas que alguna vez disfrutamos.

Fue ahí, en lo salvaje de un mundo raro,
donde descubrí que no hacían falta las formas ni las figuras
porque reconocí el aroma a madre a la distancia,
y tú, reconociste el mío en la infinitud del silencio
que se llenaba con los cantos de los pájaros.

Raquel Rueda Bohórquez
01 08 17


JULIO 2917 (53)

JULIO 2917 (53)

El gorrión se moja con la lluvia de julio
y el corazón se llena de júbilo
al recordar tus manos arrugadas
y los senderos dulces que tu frente cruzaban.

¡Qué hermosa mañana!
Pero me duele sin ti,
más ahora, dulce ave de mi amor prendada,
flor pequeña y perfumada;

ahora que se moja el mundo,
pienso que una gota de rocío ha de ser tuya
y sonrío porque nada me inquieta más
que no tenerte,

pero me contento con imaginar
que me abrazas en este momento
y me tocas con tu llanto.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 29 07 17




CONTIGO (54)

CONTIGO (54)

Me gustaría soñar de nuevo contigo,
pero algo pasó después de los 50.

Sucede que las rodillas duelen
y la palidez retorna a mi pared
en donde escribo de vez en vez:
"Te quiero".

Contigo los días se dulcifican,
mi hoja en blanco se crece
porque estás en mis dedos
y en mi pensamiento.

Acaricio el día de hoy
estás en él y esto es grandioso.

No sé cuál de los dos dará el primer paso,
pero lo que sea que haya, después de esto,
imagino que es como llegar a la montaña más alta
y divisar frente a nosotros que nada acaba,
que continúan las vertientes brotando
y los pájaros cantando.

Raquel Rueda Bohórquez
01 08 17




LA GUERRA (55)

LA GUERRA (55)

Pienso que la guerra se alimenta con los comentarios negativos y las imágenes que no son las reales. No veo televisión hace rato; pues los medios son bombas muy peligrosas que alimentan, sugieren y guardan un veneno muy fuerte, que lo inyectan directo al cerebro de la gente que cree en todo, menos en Dios.

Deseo la paz y ante todo que haya justicia, en un sistema cada vez más caótico donde la gente solo aspira al poder y a poseer cosas, menos valores.

Todos somos parte de una guerra sucia, porque desde los hogares nos criticamos, las familias van creando barreras para disparar palabras hirientes, es un asunto grave que luego explota y aparta a las personas.

Entre más familia, más amor, pero esto queda solo escrito, porque en la realidad es otra cosa, los unos hablan de otros y se lucen en medio de un jolgorio de payasos, para que el mundo se burle de las miserias ajenas, en tanto se cae el cabello, se pinta de rojo y se quiere robar al tiempo una juventud que no existe.

La guerra nace con nosotros desde que nos concibieron en el vientre; guerra para nacer, para llorar, para sobrevivir; pero todos, aunque nos creamos santos, amamos el poder y el dinero, y es por ello que las peores guerras se fundan desde nuestros hogares y sociedades, donde el "vivo" pasa a ser el general que ordena disparar, pero se resguarda detrás del escritorio, con seguidores que ayudan con ideas funestas para los demás.

No me hice entender...

Raquel Rueda Bohórquez
01 08 17



POR AQUÍ (56)

POR AQUÍ (56)

Por aquí sí pasan los años,
pasan los días y las horas;
pasan los segundos sin sentirlos siquiera;
pasan los amores que no fueron
y los que siempre estarán en mi corazón.

Por aquí pasa el tiempo inexorable,
no le tiene miedo a nadie y besa mi frente;
acaricia mis manos y me hace doblar las rodillas.

No quiero aparentar lo que no soy ante nadie,
no quiero decir sino lo que siento,
pero además, ahora procuro
que mis palabras no sean fuertes ni ofensivas,
sólo a veces cuando lo humano
sobresale ante mi pálida figura.

¿Qué somos más que un trozo de carne forrando un esqueleto?

Por aquí pasa el tiempo y le agradezco a Dios
por dejarlo escrito en mis dedos.

Por este cuerpo pasó el amor dejando su caricia
y ante Él me doblo y me vuelvo grande de nuevo.

Sean dulces caramelos, miel de caña,
seamos angelitas buscando la mejor flor
y entreguemos lo mejor
aunque parezcamos seres perversos,
algo bueno debe haber por ahí.

Raquel Rueda Bohórquez
01 08 17

COSAS DE UN DÍA (57)

COSAS DE UN DÍA (57)

Anoche estaba con la depresión tope, agotada de tanto trabajo y poca ayuda, recordando los años y los meses donde el amor parecía estar ausente, y más me cansaba en bregar a sostener en el viento mi cometa.

¿Es posible que no me pueda sentir así a veces?, no puedo colocar una sonrisa donde hay pena, pero al despertar rogué porque ella regresara y corrí al vaso de noche, la tomé y sonreí de nuevo no para todos, sino para mi espejo, que me acepta tal como soy, y no me juzga ni me lanza ofensas con severidad.

El día está húmedo y lluvioso…, creo que anoche hubo tragedias porque los vientos huracanados corrieron hacia Casa Vieja. Me han contado que ese sector fue tocado con fuerza y esto es para que vivamos el día a día, el segundo a segundo con pasión de la buena.

El joven se inquieta por trabajo que cada vez parece más lejano, volvimos a la época de la esclavitud consentida y disimulada, a creer que los seres humanos son máquinas, y entonces terminamos reemplazándolos por ellas. Hay demasiada inquietud porque se estudia mucho, pero las oportunidades escasean, en esto me inquieto y viene otra queja, y otra, y ya no puedo soportar más; algo me invita al rincón del llanto, pero no puedo llorar, no puedo gritar; entonces es como si un candado cerrara mi boca, escucho los gritos, los insultos, y una rara sensación me golpea el rostro.

Pienso a veces, que la muerte ha de ser muy dulce, pero me sacudo un tanto, no puedo pensar en lo que todavía no me toca y regresa la lluvia, vuelven los rayos a inquietar, se impone el miedo, hace temblar la carne; busco la biblia como siempre y encuentro sin buscar una oración maravillosa.  

Las brisas cesan y la lluvia se aleja; un sentimiento de paz vuelve a tocarme y desaparezco del mundo, hasta que el sol besa la ventana ausente y el chirrío, que reemplazó el canto del mirlo, toma el gajo prestado y canta con fervor, enseñándome a vivir el momento.

Raquel Rueda Bohórquez
01 08 17


AGOSTO 0117 (58)

AGOSTO 0117 (58)

Si despertamos pensando que todo es fácil, 
¡te jodiste bollo e yuca!, 
toca agarrar la vida con ganas, 
conversar con el viento, 
escuchar al chirrío que repite su canción aguda.

Hay que percibir el murmullo de las hojas 
que avisan del huracán bravío; 
toca ver a las hormigas organizar su casa empapada 
y sacar y sacar tierra; 

toca respetar a las hojas del camino 
porque no son basura, 
ellas son la capa que la madre tierra usa 
para posar de reina.

Tenemos que sorber el agua con ganas 
para no envenenar nuestro cuerpo 
con tantos líquidos dulzones. 

Nos toca comer frutas y verduras y menos carne, 
porque el dinero no es para tragar como cerdos, 
también toca ahorrar 
porque vendrán tiempos difíciles para todos. 

Nos toca salir a la calle a sembrar árboles, 
pues cada vendaval los viejos se van,
 y los árboles jóvenes quedan muy heridos.

Si despertamos pensando que todo es dinero, júbilo, gloria, 
¡jamás aprenderás que la vida también son espinos!

Los cactus sobreviven al ardiente sol, 
y a pesar de ello dan flores y frutos maravillosos.

¿Qué tal que todo fueran globos y globos?
Sería peor no haber nacido, 
porque la vida es un sacrificio diario,
las alegrías son contadas 
y las penas nos hacen fuertes y nobles.

Si despertamos pensando 
que vamos a estar en la cúspide,
 ¡aquí sí que la acabas de cagar compadre!

Para estar ahí se necesita que el destino haya confabulado antes, 
porque la suerte es como un cofre en el desierto, 
sólo pocos lo hallarán, 
así que pensemos menos en lo inalcanzable
 y vivamos con rectitud y aplomo 
el tiempo que nos toque.

¿Quién conoce su día y su hora? 
Puedo resbalar al terminar este cuento 
y no saber nada de nadie, 

pero el chirrío se empeña y el café está caliente, 
la vida me suspira al oído y el amor está a mi lado 
con sus ojos dorados viéndome sonreír.


Raquel Rueda Bohórquez
01 08 17