miércoles, 24 de octubre de 2012

HABLANDO CON DIOS/Franciso de Asìs




HABLANDO CON DIOS/ Francisco de Asís

Buscaba en el desierto tu voz y la encontré en un oasis
Calmó mi sed y continué la marcha aún con mis pies heridos
En el ardiente sol un motivo a continuar
En una gaviota que pasó… tú guía.

Estaba perdido y seguí buscándote…
Parecía que en los ojos de un caminante que arrastraba sus pies
En un anciano sin asilo en cualquier esquina
En la golondrina que bajó desde el cielo
Tomando de mi mano migajas de tu dorado trigo.

Te buscaba cada segundo y tu voz tenía aliento a rosas
Una pequeña flor pisoteada y ultrajada
Un ciervo que corría veloz con una espada en su cuello
Y te encontré cuando caído me observaba
Volando en un segundo ante mis ojos.

Tanto desperdicié mis horas que es grande mi pena
Estabas en la hoja caída cuando la tomé
En mi propia piel y no lo imaginaba
En una pequeña hormiga con su pesada carga
Que corría tan veloz y feliz.

Aquí estás… al fin lo comprendí…
En la mirada de angustia de otros
Cuando un ave trina sobre mi sepulcro
Y la aurora muestra tu traje de gala
Con un amanecer nuevo teñido de azul mar
Y un ocaso que busca a su amante luna
Ataviada de luceros y diamantes.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 23/12

A TUS PIES/ Francisco de Asìs



A TUS PIES/ Francisco de Asís

Pobre de mí insulsa y atrevida
Al querer copiar de tu dulzura
Eres ejemplo de redención entre los pobres
Cobijo al desamor que como hiedra pura
Se aferra al amor como la corriente nueva
A la humildad como figura.

Dame un poco de ese sabor de tu pecho
Manantial de miel que endulza primaveras
Cántico de zorzales al radiante sol
De mis ojos… lluvia tempranera
Un corazón compungido clama
Por un mundo justo y verdadero.

Ejemplo a seguir en mundanos días
El hombre atormentado 
por cosas vanas
Huye veloz el amor entre huracanado fuego
Lágrimas de sangre riegan a mi madre
Destiñendo el verdor de las praderas
Y matando los sueños de los débiles.

Varón resignado a la pobreza
Tu riqueza está en los ángeles que vuelan
Huyes veloz del trivial  oficio
Y contemplas el fuego de las estrellas
El resplandor de la luna sobre tu ventana abierta
La luz del sol que da vida al desierto.

Heme aquí… tomo de un cántaro vacío
Levanto la mirada al cielo una vez más
Conmovida de las quebradas alas...
De los bueyes que no hacen su labor
De las dagas que se clavan con furor
Y nuestra indiferencia convertida en olvido.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 23/1



UN POCO DE TU DOLOR/Francisco de Asìs



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UN POCO DE TU DOLOR/ Francisco de Asís



Dame Jesús de tu dolor
Tus lágrimas tomé para sentirte
De tus ojos humillante agonía
Perlas de sal inútiles para redimirnos.

¿Hasta cuándo el hombre en su furor
Buscará tus brazos de luz?
Seguirte es el motivo de mi corazón
Morir amándote, mi única misión.

No bastará tu paraíso para complacer
Ni las flores radiantes de iris que vuelan
No será suficiente un planeta lleno de bondades
Ni el agua de los manantiales.

¡Hiere mi piel para sentirte…!
Que mi aflicción libere mis pecados
Me azota tu sol con los cánticos amanecidos
Me fustiga la melodía del mirlo sobre las ramas
Y aún así soberbio y altanero, bajo ante ti la mirada.

Descalzo anduve tantos días
Desnudé mi piel de vanidades
Tomé una mano herida
Besé sus llagas para contemplarte
Buscando en las úlceras mi propia libertad.

Nada cambiará si el hombre no quiere
Ganando la batalla el mal se ríe de todos
Pero una estrella se desprende desde el cielo
Abre una senda que se llena de blanca espuma
Para convertir una ladera en fantástica laguna.

Aquí estoy sobre la luz del sol
Me visto de tus ojos azules
Me baño del frío de la noche
Cuando una estrella fugitiva me advierte
Sueño una vez más con un alma desvestida
Y con un hombre diferente sobre tu fronda. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 23/12



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SEMBRADORES DE PAZ/Teresa de Calcuta



 SEMBRADORES DE PAZ/ Teresa de Calcuta


Siembro un poco de paz en la aridez de mi propio desierto
Tibio alimento que llegue a tu vacío estómago
Donde sólo habitan desconsolados gusanos que poco a poco te devoran.

Manso río, esplendorosa fuente, donde los anhelos de todos se hurtan
La ambición de pocos abarca un bien común
En tanto se programa buscar otro lecho para un río
Se abre el estómago de mi madre para dejarnos sólo las heridas.

El temblor de la tristeza llega a mi corazón
Dobladas mis rodillas desde el amanecer pido a Dios por ellos
Trato de regar semillas que brotan de mi interior
Sin encontrar un sitio donde pueda plantarlas
Ya que cercaron todas mis esperanzas.

Los veo llegar enmudecidos… no brotan sus palabras…
Las miradas parecen estrellas lloronas
Sus voces… cantos de cigarra…

Cuando amanece, la vida se escucha suspirar…
Pareces luz naciente desde una gran montaña
Una flor alada huye asustada, cuando una honda se dispara.

Entrega las herramientas a los niños para que puedan volar
Deja que suspire mi rosal y brote un lirio de mi vientre
Observa los ojos de la naturaleza brotar desde los cerros
Agradecida bulle la vida… pero una cerca se cierne…

Dame la semilla de tu amor que florecerá por siempre
Entrega al menos tus palabras a un sembrador ausente
La tierra negra será repartida a quienes fue hurtada
Y un papel se hondea por los cielos con tintes blancos
Más en la mentira está la razón del perverso.

Tengo un motivo cada día sin esperar más que tu sonrisa
La razón de mi vida es una palabra sin mentira
Tengo la voluntad del sembrador de palabras no negadas
Aunque marchitas mis ilusiones busco el riego de tus ojos
Y verás cómo florecerá la paz sobre la patria.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 23/12


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MADRE TERESA

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MADRE TERESA

Cuando las ratas se saciaban de mí
Ni un sitio donde la paz me arropara finalmente
Una sombra oscura cernida sin piedad
Robando de mi corazón mi poco aliento.

Tu dulce mano buscó mi rostro
Una caricia como si fueras mi madre
Un beso en mis heridas para aliviarme
Dejando un poco de tibieza en mi helada estampa.

Dejas mujer tu rostro en un mundo apartado de Dios
Tus oraciones como un milagro de vida
Tu obra que se expandirá como semillas de amor
Cuando caídas manos y enjutos rostros se ocultaban
Y morían en soledad junto a sus miserias.

Dulce aliento en palabras, certeza milagrosa tu existir
Una aurora se parece a tu cálida mirada
Donde sembraste besos en las heridas
Y cultivaste rosas en un desierto habitado por las penas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 24/13


Separadores0706-ElLloro


BUSCANDO/ Teresa de Calcuta



BUSCANDO/Teresa de Calcuta

Cuando sin saber nada sobre mi destino, empeñada en estudios, en luces de fantasía, en besos en mi boca y brazos que me abrigaran cada madrugada… caminaba por calles de la india, al paso altanero de la brisa no 
volteaba el rostro;  aunque sus gemidos por alguna razón partían mi alma; una luz al final de todo me sedujo y decidí caminar sus pasos, andar sus ensenadas... aunque los cardos hirieran de a poco, más una fuerza interior me mantuvo hasta la ancianidad y en sus ojos vi a Dios muchas veces, tantas que sus heridas fueron una cruz donde a diario se crucificaba un siervo y se apedreaba un águila con sus maravillosas alas abiertas a un mundo tan indiferente.

No supe de mí al llegar a mi hogar… no había motivo sino tus plantas vestidas de colores, en una inmensidad de mundo donde se negaba a los pobres que eran la mayoría, su mínimo derecho a existir, un cobijo digno a sus desvestidas y flacas pieles… entonces tomé la iniciativa de aferrarme a muchas manos que me seguirían, de buscar en las palabras dolidas la validez de mi existencia y sus cardos los adopté como míos, y sus dolores fueron la bandera legitima para luchar con más fuerza para aliviar sus penas.

Allí desnuda la existencia, con la pobreza que a tantos cobija cada día, esperando ese vuelo que transita sobre una oscuridad terminada en brillo mágico, estaban todos mis amados ricos de Dios, su abandono era su propia tumba a la que soñaban;  a la que cada día se aferraban pronunciando con voz entrecortada:  “Señor… no hagas más tortuosa mi herida, que mi llaga no me desangre, tómame así desvestido, invítame a ese jardín donde el dolor no existe ni tendré tanta sed ni hambre de amor”, ésta razón colmó de placidez mi existencia, sentí en mis adentros una pluma de garza que volaba al infinito y tomando sus manos llagadas, las consumía con mi corazón en una alabanza final al creador, quien aprisa y sin vacilar, llegaba en cualquier instante viéndolos abrir los ojos y quedar con su mirada abierta al cielo, ante el consuelo de un descanso final, en un jardín donde los girasoles siempre estarían de cara al sol.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 23/12

SE HABLA DE PAZ



SE HABLA DE PAZ


Desde aquí escuchando melodías que trae la brisa me atrevo a decir que la paz es posible, sólo si cada uno descubre en su interior a qué vino al mundo, si busca ese motivo dentro de su corazón, y si realmente ha hecho algo 
para lograrla. 



Vislumbro un poco lejana la paz en mi país, mientras los herederos de la tierra no sean respetados, y no se devuelva lo que les pertenece, en tanto el legítimo derecho a la defensa de nuestras especies naturales, el respeto por los animales, los bosques, los ríos, las montañas no sean una realidad.

Tenemos que iniciar por sembrar un árbol en cada frío corazón, abonarlo cada día, cada segundo para que sus ramas sean fuertes y frondosas y buscar ese pedazo de tierra, el cobijo de un amanecer conviviendo con la naturaleza, con todo el respeto que merecemos cada uno, a ese derecho inalienable de existir.

Quiero hablar de paz y ella brota muy bonito en palabras, son la voluntad, la justicia y la equidad las únicas armas que pueden lograrla, mientras nuestras riquezas se entregan a otros, se abren vientres a las montañas y se llevan nuestras riquezas, dejando sólo vacío y abandono, que finalmente serán ríos caudalosos de nuestras propias lágrimas, no habrá paz ni poder para que ella sea una verdad. 

La impunidad y la corrupción se pasea libremente, y nuestro país es un potrero donde todos hacen sus necesidades ahí, pasando por encima de los más débiles y con los poderes que otorgan los votos que se regalan, debido al hambre y a la falta de responsabilidad de unos tantos, seguimos siendo pisoteados, y una lucha de tejas rotas continuará, si continuamos  en éste plan de conformismo, con los brazos caídos, esperando que otros hagan con lo que es de todos, lo que quieren.

Una paz que huela a leche fresca, a pan tibio sobre nuestra mesa, un azadón que se utilice para sembrar, respetando las especies, dejando los venenos de lado, pues ellos finalmente terminarán extinguiendo muchas aves y plantas que son vitales para la supervivencia de otros, y el equilibrio ecológico. 

Un ama de casa puede hablar de paz, un niño, un caminante, un poeta… mientras su derecho no se calle con una bala sobre su rostro, y sus hijos tengan oportunidad de estudiar, de prepararse para combatir y dar una lucha justa, donde su trabajo sea valorado y sus derechos respetados. 

No puede haber paz en un mundo tan desigual y tan injusto, pero la voluntad de los gobiernos de acabar con la corrupción y castigar a quienes abusan del poder para enriquecerse, será un arma válida y una oportunidad para el pueblo, que mira desde la barrera y tiene que agachar la cabeza  ante los soberbios y opresores, que se roban de a poco sus esperanzas.

Me gustaría una paz que tenga olor a parcela distribuida  en manos de aquéllos que han sido despojados de todo, y que arrumaron sus sueños junto a sus herramientas, que se oxidan, y sus esperanzas que habitan la humedad de sus silencios, y la impotencia de levantarse, ante quienes llevan años en el poder oprimiendo a los débiles y despojando la tierra de sus minerales, para dejarle al pueblo sólo lodazales donde no germinará ni la hiedra. 

Dame la paz y juntos construiremos un mundo mejor, cuidaremos las cañadas, sembraremos árboles, permitiremos que los ríos continúen su cauce sin importar las riquezas que habiten en su lecho, dejaremos volar los jacintos en el cielo azul y construiremos patria de la mano, sin arrebatar a nadie sus derechos a disfrutar y compartir la tierra por igual sin hacerle daño. .

Mucho se habla de paz pero los comprometidos con ella no tienen voluntad para hacerla pues hay mucho en juego… debajo de la tierra, bajo el mar… sobre él… y quienes se creen dueños del sol y de las estrellas, mañana morirán y sólo habrán dejado un legado de miseria que se construirá con una mentalidad nueva, donde todos seamos sembradores de esperanzas y la tan anhelada  paz sea la flor más bella del planeta.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 23/12