miércoles, 4 de noviembre de 2020

SIEMPRE

SIEMPRE


Aún sin conocerte ya te buscaba

veía el asombro del ave al despertar

su felicidad radiante 

saltando de aquí para allá...


Una roca fue el tesoro hallado

escondido entre mis recuerdos más amados

porque sabía que grano a grano

persistiendo en el mundo

así se había formado.  


La hoja seca con su nervadura

la mano abierta del árbol 

que al caer hacía crecer el huerto

y al volver a nacer 

engrandecía los sueños del gusano

que sin conocer su historia

se arrastró con alegría

para despertar con alas coloridas

y sueños de un día. 


Siempre has estado ahí

ajustando la cascada con frenesí

volviendo algodonosas las nubes

que lloraban de tanto en tanto

para el mundo  ingrato 

que lentamente te mataba

una y otra vez...


Ahora beso la tierra que espera

acaricio la pluma que se desprende

y doblo las rodillas ante una higuera

porque siempre, siempre te ví

aunque nadie lo creyera.


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 04 11 20 

A LA DISTANCIA

 A LA DISTANCIA


Veo el más hermoso paisaje

todo lleno de naranjas y dorados

en el silencio del mar 

que toma el sol como tocado.


Éstos días fieros de pandemia

me hicieron olvidar de ti

que cubres de lágrimas las hojas

copiando en su espejo al mundo

que cabe todo en una lágrima.


A la distancia breve de tu amor y el mío

una roca se ha fundado en mi garganta

con filos de acantilado y puntas de lanza.


Hay un silencio despiadado

como si un depredador nos esperara

entre los oficios viejos y la ventana

y el mar profundo de añoranzas

que se roba la vida entre carcajadas.


Más nada temo sino al dolor

a ese dolor de ver partir lo amado

y esperar con pasividad 

que caigan los propios pétalos

de las rosas viejas que se añejan

sin un amor al lado. 


Pero a la distancia te veo

eres el sol y la luz primera

eres la luna solitaria

que escribe conmigo versos

en la rivera. 


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 04 11 20




EL PORTAL

 EL PORTAL


Has tocado a mi ventana

con tus relámpagos blancos

ya camino a casa 

arropada de tu manto.


Siento el frío de la tarde

la  soledad acompañada

todos de blanco y azul

con los ojos asustados.


Y te  veo de nuevo

amor de mis amores

luz que en mis  cegueras

en rosa me convirtieras.


Todo son leves sonidos

lumbres y campanas

que tañen a lo lejos

permitiendo entre mis sueños

verte al fin tan luminoso

entre otras luces tan brillantes

que tu fulgor no apagaron.


Y regreso en un instante

a ver los ojos de mi amante

entre ríos de sal bañados

y aún así no quiero desprenderme

ni de aquí ni de allá...


¡Todo es raro!...

Nacer, vivir, luchar

agonizar tan solo

entre cables que adormecen 

y extensos suspiros

que suenan y suenan

en medio de la nada.


Y tú mi portal blanco

a donde quiero llegar

dobladas mis  rodillas

hasta poderte tocar.


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, 04 11 2020