Martes,
12 de mayo de 2015
ASÍ/3
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De
aquél día, arenas blancas y un ocaso
un
regreso a casa y él a mi lado,
bastó
su energía, un roce tan solo
su
mano y la mía se juntaron
y
lo amé, desde ese día.
De
otra tarde una promesa
¿ves?,
siempre juntos, a morir,
está
el cielo bordado con estrellas
y
una luna cortesana viéndonos
por
entre las hojas recortadas
de
una palmera.
De
ese día un encargo, un dinero,
y
se fue lejos con un invento en la boca.
¡Quién
lo creyera!, pero él creyó en la mentira
se
fabricó una espada en mi corazón
y
ahí se encuentra todavía.
El
jamás es una palabra que no toco
siempre
es mi amor por ti
a
pesar de lo pequeña que soy,
mi
amor es más grande que los dos,
y
más enorme que la envidia y falsedad
que
nos separó.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 12/15