HOJAS DORADAS [81]
Caen
del cielo los otoños
antojados
de sol y brisa,
de
tus besos temblorosos
que
por amor se entregan.
Es
dorado su traje…
Tus
labios se antojan de los míos
y
entre la dulzura que baja silenciosa,
ocultas
tus manos en la tibieza de mi piel
me
desnudas, me abrigas en tu corazón,
para
morir de amor entre tus brazos.
Vamos
aprisa, es mi otoño, el último…
Descansa
sobre mí como ellas,
no
hables mucho que me agoto.
Deja
que tus manos tomen las mías
y
bendigamos éste momento,
cuando
el trino del turpial escuches
y
cierres mis ojos para siempre.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
marzo 7/13