domingo, 25 de diciembre de 2011

EN EL CAMINO (16)

EN EL CAMINO (16)


En mi memoria, caminito de colores
donde descalza te  esperaba
sobre un lecho humedecido con olor a flores.

Allí entre dos aguas te añoraba
bajo un frondoso sauce llorón,
que conocía bien todos mis sueños.

Aún te espero...
No se han mudado los cerros
que tantas  veces testigo fueron
de mi gran amor por ti.

Me descanso en mis tristezas
donde un lecho de violetas
y un hermoso girasol dorado te recuerdan,
con el divino sol virando hacia tu espacio,
y mi desnudez vestida de blanco
en acolchada cama.

Aún recorro el mismo sendero viejo...
En mi mente permanece cada rescoldo del camino
y cada rayo dorado sobre nuestros cuerpos,
cada canto de sinsonte, los obreros con sus vasijas de madera
robando oro a los arenales, que eran besados por suaves cascadas.

Aquí estoy, no en ese balcón pintado de flores
donde los azahares se llenaban de aromas,
estoy en la ventana corroída con los sueños del ayer
y un nudo en la garganta, 
al desviarse el sendero que pisábamos.

Hoy decidí que viajaría, que me descalzaría de nuevo
sin importar las piedras del camino si lo recorro contigo.
Si existe un espacio donde te encuentre,
quiero que sea en el mismo: aquí amor mío,
donde empieza mi casa pequeña y termina  el arroyo dulce.
Ahí desnudos nos besábamos, importando solo el amor
y el canto que brotaba de los guaduales,
con el compás de límpidas aguas.

Me recostaré en el mismo tronco envejecido,
¡aún está!, se salvó del depredador...
Nuestro amor lleno de abrojos está llano
él me reconoce y conserva tu olor a pino.

Me recostaré junto a las pequeñas flores 
entre sueños que huelen a ti...

Esperaré con un ramo de rosas en tus manos,
cerraré los ojos, fingiendo un eterno abrazo
con el pecho temblando 
y el alma abierta a la entrega,
en esa estrella, cual sueño cumplido,
indicando que el ayer no existe
si estás conmigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 25/11



JUVENTUD (17)

JUVENTUD (17)


Juventud: ¿en dónde has quedado?

En dónde está tu mirada, tus sonrisas locas,
esas danzas de alegría sin creer en nada, 
los pechos que te amaron, los labios que te besaron,
lenguas que tocaron la tuya con vértigo de placer
que nos hicieron cerrar los ojos?

El ayer se esfumó temprano,
la mariposa azul voló siendo muy tierna
sin abrir sus alas siquiera, 
para entender la vida y sus quimeras.

¡Cómo lastimas a veces!... 
Nadie me indicaba, sólo locos viejos
imbéciles que se creen sabios
pero que olvidaron a la flor en su capullo,
mientras bella y hermosa me soñaba
con la boca llena de carcajadas
pintada en carmines, para copiar en tus labios
sobre un pañuelo blanco que guardé.

Pálida amapola pareces,
amarillo, color cansado...
Piernas flojas y vencidas,
dolores que mataron primaveras
que entre  los otoños se descansan
esperando a un paciente en la vieja silla.

¡Seda encantadora, si pudiera atraparte
en un cofre de cristal junto a tus ojos!
Si pudiera calzar sandalias rojas
y cubrir pechos de pomelos dulces
entre esmeraldinas joyas, sólo para verte,
y el corazón entregado para amarte...

Se esfuma la vida ante nuestros ojos,
la piel de seda torna en quebradizas hojas
que al sonar del viento se esfumarán
en un abrir y cerrar de ojos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 25/11

TUS OJOS AZULES (18)

TUS OJOS AZULES (18)

Todo me parece azul...

El océano en tus ojos
se ve tranquilo,
no se agita un caballo rucio
ni un chúcaro sin domar...

Siento anhelo de paz.
La gaviota viajera busca la roca,
o espera a que la brisa altanera
le acerque a la estrella que pasa
para tomarla de alero.

Agitada te advierto, 
¡pero que preciosa aún eres!
Extiende tus blancas alas y vuela,
la música es bella,
el oído percibe su magia
en tanto la espuma besa el acantilado.

¡Qué hermoso canto azul!
La playa te espera ansiosa,
sus olas gigantes arrebatadas vienen
y en su furor me besan
y se esfuman sobre la piel de la tierra
volviendo al interminable vaivén,

mientras anhelante sueño,
con ese gran relincho 
que revienta la pradera
entre tus ojos de cielo
y la tarde que llega.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla dic. 25/11

PARA RAQUEL RUEDA BOHÓRQUEZ


Para Raquel Rueda Bohórquez


Danza, 
pies 

y manos.


Garabatos de alambre
en el espacio

que se mueven
al compás
de gaitas
tambores
y silbatos.

¡Prendan las velas
señores
mientras el maracón
y el guache
cantan!

Cumbia
Trazo
corpóreo
del ayer,
del hoy,
del mañana.

Que agrada,
que impresiona,
que sublima;

que refleja
un rito,
un tiempo,
una historia.


Yabel René Guadarrama Rivera

Capulhuac de Mirafuentes, México 5 de noviembre de 2011.
PUBLICADO POR YABEL RENÉ EN 17:03
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DESDE MI VENTANA 4 (19)

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DESDE MI VENTANA 4/A Bea Martin

Aquí estoy de nuevo; Beatriz continúa soñando…
Creo que su mar azul está más intenso; a lo lejos, los alcatraces son menos, pero también estoy segura de que su sonrisa se parece a la mía, es una mueca disimulada donde tal vez se atragantan nuestras ilusiones, mientras ese delfín que añoramos aparece y nos muestra una gran ola, tan gigante que nos atrapará, y nos olvidaremos del óxido de nuestra existencia.

Mi ventana aún no se ha pintado;  creo que no es negligencia, sólo que no hay para tanto y sólo sirve de asidero a un colibrí, o a un sinsonte del camino; puede ser también que a un papayero de los que abundan por aquí, sienta algún deseo de posarse ahí y mirar como yo, desde mi ventana, el azul cielo que es lo que diviso, un gran árbol de mamón donde la ardillita ya no existe, pues la mataron a piedra, y  una iguana hermosa encontraba su refugio, pero que también fue tan malherida que dejó de sufrir, sus ojos perdieron ese brillo que aparece en el embellecido balcón  de mi amiga.

Escucho la estridencia de la música, el ajetreo de un nuevo día espera, todos esperan algo, pero decidí que me posaría sobre mi ventana; hoy está blanca, así puedo colocar mis quimeras como en un espejo que me retrata y me dice que debo sonreír,  que esa señora que está ahí de cabello blanco que no se le antoja teñir, y que esas arrugas y pate gallinas son mías, pero que valen oro;  nadie las tiene ahora ni  parecidas, porque el bisturí hace milagros, pero no quiero milagros que me retraten en un rostro ajeno, deseo recuperar un poco mi figura y autoestima que pareciera haber viajado temprano; un golero hambriento tomó mis anhelos en su pico y los dejó en un oscuro pantano.

Aquí estoy como una vieja flor de loto aun perfumando y mirando que mis ojos tienen ese brillo extraño, la boca todavía conserva la humedad anhelante de un beso, mi vientre aún tiembla y la piel rosa aún desea unas manos que no se dibujen en azules nubes, sino que se deslicen con amor sobre la carne que guarda el amor, así como lo hace la mañana cuando el sol en el ocaso le besa y acaricia,  así deseo  cada día sentir mi pecho y creer que esto no es un fantasía, que no estoy imaginando estar viva, que la brisa que alienta mis pulmones no es impulso para más tristezas,  es nueva esperanza para  sonreír ampliamente.

¡Ah!... ¡Si Beatriz supiera que mis ideales  son tan parecidos a los de ella!, pero cada día, cada segundo deseo que desde algún sitio, llegue ese aventurero amado para ella, pero que se quede en ese balcón perfumado a rosas y ella esté ahí con una gran sonrisa, como son las suyas, ¡amplias,  sin negación!, y una mano sobre la de ella, y yo esté aquí imaginando que esas copas que se levantan llenas de vino rojo y seco, es un brindis para reunirnos algún día a los cuatro, porque mi barcaza blanca que traía a mi estrella, acaba de llegar... y sonreír... ¡si, sonreír!... los sueños están atrapados en nuestra mente y sólo con llenar una hoja en blanco ya los habremos realizado.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 25/11