LOBOS
Tan solo soy una loba hambrienta, perdida en la oscuridad, mis palabras son: luna, estrellas, sol, luz, tú, yo, ¿para qué más?
Suenan tambores en medio de las tinieblas, me agazapo, un aullido leve, ¡vamos!, tenemos hambre, cazaremos entre todos y para todos será.
Escucha, parecen campanas de navidad, sus ojos brillan, sus bocas jadean, el miedo se presiente como del ladrón escondido su alma oscura, y de la nieve el frío que cala profundo en el corazón.
A la cuenta de 10 y nos lanzaremos, devoraremos cada trozo de comida, dejaremos que el alma resucite en el bosque y daremos gracias a la luna en las noches, porque gracias a ella pudimos ver el alimento pasar ante nuestros ojos, siendo testigo la cañada, que todo fue por necesidad, más no por maldad.
Vamos, sigamos corriendo por la montaña, no necesitamos más enredos, hay luna llena, se apresta la boca a lamer la tuya, tu lengua en la mía con sabor a vino tinto, y de nuevo un llamado, tan solo eso, necesito, escuchar el tuyo repetido, doblado como campana en un eco junto a mí al clarear el día.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 14/14