domingo, 6 de enero de 2019

ELLA

ELLA

La espiga de trigo en medio del campo
con sus ojos admirando el universo
y el perdigón que a lo lejos responde
a un silbido de amor inocente.

Ella, el motivo de mi existencia,
manantial nuevo en la montaña
a donde beben los sedientos
y se calman los afanes.

El árbol frondoso
en donde algún día me estacioné
para luego volar con premura
a buscar un no sé qué
en espacios hostiles y faltos de su amor.

Ella, la esencia de la vida,
la vid y el vino de mi existencia,
¿en dónde hallaré un amor más puro?

Recorro el camino, me parezco a ella,
tenemos los mismos ojos en otras cuencas
y la cabellera parece nieve estacionada
en el mismo tronco que me dio la vida.

Mi madre, mi tesoro de vieja
en el mismo rincón del tiempo
con el libro viejo entre sus manos
y sus ojos tristes recordando el ayer
recorriendo caminos polvorientos
con los pies cansados y el corazón contento
a pesar de todo.

Raquel Rueda Bohórquez
07 01 19 




REGIO


REGIO

Regio saber que pronto estaré viviendo en una hermosa y pequeña parcela con la nieve sobre el tejado y una algarabía de pájaros contando estrellas...

Maravilloso olvidar lo malo y santificar los días que nos quedan con sonrisas y abrazos y todas las carcajadas que nos hagan llorar por la pena que nos da, haber perdido el tiempo en rabias y afanes por querer ir más allá de nuestras fuerzas.

Regio sentarnos a recordar aquellos tiempos de manos entrelazadas, de cuentos verdes, de aves encaramadas en medio de una rama, con la lluvia torrencial agitando su mágico universo y luego vernos a los ojos y desear ser como ellas.

Después, en medio del bosque amarnos sin pena, alcanzando la gloria de un instante sin la culpabilidad de sentirnos en pecado.

Glorioso recordar a todos los seres queridos, los momentos más amables a su lado y saber que el tiempo se ha ido, que la cortina de nuestro acto final se correrá en un instante y no sabremos ni porqué pasó la vida tan pronto, agitada cual céfiro dulce entre las rosas.

Regio saber que estuve aquí por algunos años, en tanto muchas flores cayeron en sus primaveras, pero el tiempo no cuenta, el ayer es un hoy que marca el paso sin clemencia sobre las rocas más quebradizas, y pronto seremos arena, sólo eso, un puñado de tierra esparcido en un mundo de cemento.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 061019






CREER


CREER

Creo en el destino del viento
y en la invisible estela
que dejan las aves en el cielo.

Creo en la fuente y en la montaña,
en el árbol y en las hojas
que parecen cabelleras de mujer
pálidas y hermosas.

Creo en la luz del sol en mi ventana
y en las olas que inquietas
hallan calma en la rivera.

Creo en el silencio
en la muerte y en la vida
que nos hallará contentos algún día
siendo rocío entre las flores,

o miel en los panales más salvajes
más olorosos a perfumes,
de todos los pétalos que nos broten
cuando al fin seamos iguales.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 5/19