martes, 3 de enero de 2012

POR TI (77)

POR TI (77)

Por ti me enredé con la luna,
hice el amor con los atardeceres;

saboreé la dulzura del amanecer 
vestido de copos de nieve.


Adorné de rosas mis labios 
y me abracé a los lirios de la tarde.


Descubrí el placer de escribir un verso de amor
al mirar a un ave en cualquier rama
extasiada orando al  amor
al ver morir la nieve ante sus ojos,
y vislumbrar el verde esmeralda 
que prometía bosque cualquier tarde.

Por ti aprendí a navegar espacios donde no estabas,
a cerrar los ojos y entregarme sin reservas…
A viajar hacia ese cielo tuyo
y contemplar tus ojos negros.

Descubrí el cristal que envolvía a los cerezos
imaginé que sobre tu boca estaban, y bebí de ellos,
como un néctar que mojaba mi pequeño mundo
en un vértigo que me hacía perder la cabeza.

Por ti cariño mío aprendí a volar,
a divagar en el camino sobre una hoja muerta
 y a crear una historia sobre ella,
con todas mis querellas.

Aprendí que eres el jardinero,
que yo soy el huerto
donde florecen cada día nuevos azahares…

Comprendí que al mirarte 
encontraría todo lo que anhelaba,
mientras tú,
absorto te encontrabas
en otro paisaje donde mis plumas
no te enamoraban.

Se volvió blanca mi existencia
y todo en mí fueron hojas
para llenar de sueños 
llenos de poemas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 3/11

LA PARCELA (78)




LA PARCELA (78)


En una pequeña parcela
donde sólo existan verdes
y retocen los toches y los mirlos
las palomas, los alcaravanes...

En éste espacio quiero vivir,
morir contemplando esmeraldas
con gallinitas de agua saltando entre las ramas
al ver florecer  jardines con sus violetas
y escuchar en el atardecer las ranas.


Sólo un rinconcito amable

donde descanse mi corazón herido
sin pedir más...

Sólo una parcela donde cultivar pueda
para saltar cual gacela por el monte
y corretear con mis cachorros
a los lagartos de colores.

En este lago de amores
 lleno de vida y bulliciosos niños
con los peces invitando a nadar
y los gansos reventando amores…

El trino de la mañana entre los guaduales
y el sol, el maravilloso sol púrpura 
bendiciendo todo lo que toca
 entre orquestas de pájaros
y flores rojas. 


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 3/12


ESTABA EL CIELO AZUL (79)


ESTABA EL CIELO AZUL (79)

¿En qué momento se rompió el encanto?
El paisaje era ensoñador imaginándome en tus brazos
bajo un colorido cielo desde la enramada de colores
al ardor de caricias nuevas
 enajenando mis sentidos.

¿En qué segundo la herida marchitó la oda?
Estaba a medio camino y ya eras musa y poesía
pero no comprendía la causa de tus desaires.

La banca de madera esperaba ansiosa,
 nuestros cuerpos cada vez más juntos
las miradas más brillantes y los besos más ardientes...

Algo sucedió en el camino que no comprendo...
Cuando el atardecer pintaba rojo fuego
 un inmenso sol parecía anunciar tormenta
y nuestras manos se tocaban e invitaban...

Se confundió el día con la noche...
No hubo la ansiada entrega...

El índigo nos azoró temprano
sobre una rosa escarlata que teñía amores
y se marchitó con mis perlas claras
en ese inolvidable atardecer
pleno de azules.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 3/11

LA MECEDORA DE PAPÁ (80)

LA MECEDORA DE PAPÁ (80)


Ella conoce el olor de todos,
las sonrisas que se pelean cada tarde;
 entretejida una y más veces 
 por las manos de Kico con alegría 
pues era la silla de papá, su preferida.

Ella consiente nuestros placeres
si entre sus brazos agotados vamos
y al recordar a su dueño primero,
una mueca dibujan nuestros labios.

Es la humilde a quien todos aman…
Amante ligera que todos deseamos poseer,
y en atardecer de oraciones y cantos
espera en silencio con su habitual sencillez
anhelando la tomen, la acaricien,
la llenen de calidez.

Aún desvencijada alivia el cansancio de todos,
quienes aferrados a la ausencia de quien tanto le amó
en sus últimos instantes lo abrazaba
 al verlo cerrar sus ojos ante el dolor.

Quiero dejarte un verso
pues de escarlata alguien te vistió…
Otra sonrisa dibujó algún rostro
que aprisa corrió y el primer puesto se ganó.

El día que te vayas derramaré una lágrima
pues aunque parezca sin sentido,
tanto servicio y tanto honor
siempre recatada y silenciosa,

silla vieja, mecedor de ilusiones en medio de quimeras
recuerdos atrapados en tal mutismo
serán historia como todos nosotros
al pasar el aire de mar 
y oxidar tan dulce existencia
de servidora sin pago ni pensión. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 2/12


INICIANDO EL AÑO 2012 (81)

INICIANDO EL AÑO 2012 (81)


¿Cómo iniciaré el año?

Estaré mordiendo los segundos a la vida
tocando tu boca y relinchando de alegría.

Lo tomaré cual copa de vino añejo,
saborearé su dulzura y haré un pedido:
que mi brindis llegue hasta tu alero
 donde me dirás: "te quiero".

Veré la luna creciente
sobre un cielo despejado azul claro
empujado por las brisas de diciembre.

Aún queda del rezago su frescura
 plateados cabellos bailan sones marineros
y una sonrisa ebria de calor
agranda la boca y achica la mirada.

Tocaré puertas a mi paso y descubriré
que sin importar los años, todo continúa
todo se repite y envejecemos,

mientras los cerros se transforman en nuevos
y el mar llora ausencias, gime oscuridades
y cubre playas con los desechos
que vomita en su desespero...

Ayer se fueron los jóvenes,
 hoy las campanas suenan por los viejos,
mañana te irás o iré tras de ti
pero deseo escucharlo de tu boca
con las copas levantadas siempre
brindando por un mundo mejor,
versos que lleven los te quiero
que jamás pronuncié.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 1/12


KEVIN 19 AÑOS (82)


KEVIN 19 AÑOS (82)

A mi muchacho le diré en su día

que eres una eterna primavera

un encanto de joven
aunque a veces lo olvide.



Un sueño y muchos por cumplir
abrazos y cariños de mi parte,
los pechos de tu madre siempre
que ocultan un corazón que te quiere
 nunca dejará de latir
y siempre añorará lo mejor para tu vida.

A mi muchacho una flor
o todas las de mi jardín
las que reposan en mi alma
y un gran beso con todo todo éste amor
que siempre en él te cargará.

Estaremos de la mano juntos,
veremos pasar el tiempo,
envejeceremos soñando siempre
días maravillosos llenos de sol.

Un abrazo en tu día,
por un nuevo y maravilloso año,
un día iluminado de sonrisas
copas llenas de vino y cariño,
mujeres que te consientan y amen
cantando entre sus pechos
temas de ruiseñor.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, enero 2/12

ALAZÁN (83)

Con  la fuerza de un joven alazán
Agitando áridos desiertos
Con su altiva mirada y mocedad
Anuncias  que entre  tú y yo todo ha muerto.

Con los relinchos de tu boca joven que apetezco,
Como la flor a los colibríes
Y la miel al colmenar…

Bravía  esperanza  ensoñado espacio
Triste la mirada, muerta quedó en el ayer.
Hoy brillan los ojos, se humedecen los ijares
Los abrazos brotan cual manantiales.

Marchó mi potro veloz con las brisas de diciembre,
Con ese frío que cala huesos y entumece el alma…

Ya vi cómo levantan sus patas en la pradera,
Despiertan las garzas y se confunden en el vuelo,
Gritos nuevos aparecen en el desierto, 
Donde ayer sólo fue llanto y quimera.

Relincha fuerte mi alazán...
Allí te esperan juveniles potras
Que retozan de alegría al verte.

Ya no habrá cercas que saltar...
La libertad acecha como el león a su presa,
Y  la paloma vuela al atardecer,
Allí está el nido que la espera
Sobre un gran roble de flores doradas...

Corre. tu fuerza y coraje ganaron la batalla,
El amor es la certeza de tu mañana feliz,
Mientras mis ojos te divisan en otros lares
Sonriente, dibujando auras en humaredas grises
Y un rojo sol desde el naciente ocaso
Pinta estelas de colores que hacen extender los sueños
A todas las aves que anhelantes buscan  refugio
Sobre los inmensos bosques,
Donde hoy habita la esperanza verde de otros retoños.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 3/12.

EL ATARDECER (84)

Desde mi árbol observé el mundo
Talactitas de colores bajaban del cielo...
Nubes rosa envueltas en tules de oro
Y el índigo de siempre inspirando poetas.

Una gran llama bailaba en mi corazón 
Y sentí vértigo...

Gran emoción al ver salir el sol
A dibujar en el estero la divinidad de su ego
Que hacía brotar entre los escollos del camino
Las más hermosas flores.

Me robé tu paisaje, soy  ladrona de quimeras,
Quise inventar una oda, una elegía,
Más salió un sencillo poema 
Que mecido entre la brisa
Me impulsó a volar.

Es inmensa la pradera,
Se tiñen de arco iris los mares ...

Cual cristalinas serpientes,
Aterciopeladas aguas guardan el bosque
 Que llena de plenitud la montaña.

Percibo la fragancia de las orquídeas
Y el árbol que me cobijó, a lo lejos,
Entre una enramada oscura
Donde mueren de placer los amantes
Al aparecer la luna nueva.

Barranquilla, enero 1/12