jueves, 19 de septiembre de 2013

CANTANDO [59]


CANTANDO [59]

Canta un pajarito en cualquier rama,
¿será que un verso a Dios declama?
Son  días felices me parece,
¿pueden acaso renegar y reclamar?

Un gran árbol  muere
y entre sus hojas muchas perlas,
niños entre vientres de mujeres
que no se permiten ni una sombra.

Los veo volar  sin destino,
alguien no quiere sus trinos,
un dolor aqueja, una pena quiebra,
pero el mundo indolente, baja la cuesta.

¿A dónde vamos con tanta crueldad?
¿Podemos cambiar acaso un grano de arena?
Si al menos una semilla  nos doliera,
¡si acaso un nido vacío!...

Cuesta abajo hacia un precipicio
tan dueños de todo y nada,
indolentes y atrevidos parecemos,
una sierra se convierte en verdugo
y los oídos permanecen sellados.

¡Canta pajarito!, no te calles...
¿Será que tu trino se apagará?
Hoy derribaron tus árboles por cantar,
mañana llorarán,
cuando no  te vean regresar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 20/13


En San Gil, Santander, derriban árboles porque les fastidiaba el canto de los canarios, ¡qué triste!, pero quiero dejar un recuerdo a mis ángeles que se quedaron sin techo, como muchos seres humanos en cada invierno.


MI CASCADA [60]

MI CASCADA [60]

¿En dónde estás, mi cascada azul?
Gran dolor tu ausencia me parece,
y al esperar de tu amor, ¡qué triste!
pues en mis noches largas
en vez de llegar, feneces.

Aquí estoy sin más...
Creo que desnudé mi alma.
¿Tan malo puede ser amarte?
¿Tan perverso fue todo
hasta que me aniquilaste?

Espero una letra tuya,
y con la ansiedad de un mañana,
tomo una carta envejecida
y lleno de luz mi ventana.

Espero verte más pronto que ya,
pues  aqueja  grave dolor
en mi pobre corazón.

Vuelve entre la luz de una luciérnaga.
¿Pensarás en mí, como te pienso?
Anhelos sobre una rama deshojada,
viene otro invierno  y el frío cala,
más te esperaré como una roca,
anhelante de tu lluvia.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 19/13

LA VOZ DEL COLIBRÍ 2 [61]

LA VOZ DEL COLIBRÍ 2 [61]

Mi amor, pequeña esmeralda:
¡Qué brillo tan divino tienes!
¡Qué ojos tan puros y brillantes!

¿Alguien te ha dicho
que pareces una flor voladora?
¿Qué entre todas,
luces como la  más radiante?

Coqueta doncella de los jardines,
te amo, como a éste día lleno de perlas,
las gotas de rocío parecen diamantes sobre las hojas,
todas las entrego a ti, para adornar tu cuello,
y llenar tu vida de fantasías locas.

Un son nuevo me hace despertar…
¡Escucha linda mía los cantares del bosque!
Todo es hermoso, hasta el amor de una cigarra,
hasta su desnuda piel sobre una rosa…

Pero tú, lo eres todo para mí…
Eres  la miel de mi corazón y el aliento de mi alma,
mi suspiro primero al despertar ,
y el último hálito, al volar para siempre.

Tallo mis pies sobre tu espalda,
te arrodillas ante mi gran amor,
gran placer  formar un nido juntos,
entretejer  sedas del bosque regaladas
y estar ahí, los dos
viendo el mundo a nuestros pies,
hasta descubrir pequeños lirios florecer.

¡Vuela!... busca entre el panal una orquídea
dale un beso de mi parte y dile que la quiero,
busca una dorada flor pequeña y joven
y dile que su mensaje
quedó grabado en mi corazón.

Tráeme amor mío, un suspiro del viento,
ahí estará una madre y un niño sonriendo,
diles que su regalo está por abrir
y una promesa se cumple día a día,
en tanto, se repite el mismo sol
entre las montañas.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 19/13

DICE EL COLIBRÍ [62]

DICE EL COLIBRÍ  [62]

Quiero mi casa lejos del mundanal ruido,
que nada me dañe, que nada atormente,
para eso pinto mis alas de verde,
y dejo que el sol les de brillo...

Acabo de ver unas rosas blancas,
¡son para mi madre!, 
me dijo que la vida es una sombra difusa
y la muerte, es una estrella que palpita…

Unas palabras enviadas desde el cielo,
estuvo aquí un instante
y un tibio calor, después un frío,
al momento mis cabellos erizados...

¡Era ella sobre sus rosas!

Levanto vuelo,
me espera la tarea del día,
una lágrima nos permite dar brillo a los ojos,
y mañana, una historia saltará,
sobre pequeñas ramas de otro huerto.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 18/13


MANOS DE RAFAEL [63]


MANOS DE RAFAEL [63]

Bonitas tus manos, merecen un poema, lindas porque saben crear imágenes, sombras, detalles para otros, así como el roble nos regala cada otoño su deshoje, y al momento, flores incontables, al instante sus frutos y semillas, para retornar ante la lluvia a ser como un joven, tan lleno de hojas frescas, que nos  conmovemos ante sus maravillas, y nuevos brotes bajo sus plantas.

Maravillosas porque han labrado caminos a punta de gotas de lluvia, caminante que has dejado huellas de amor y paz, y por cada retazo de cielo, has pintado un sueño, lo has descubierto con el vuelo de las gaviotas al recibir  bocados y cariños lanzados al viento.

Me gustaron porque son manos de artesano, se queman para formar un rostro lleno de vida, una imagen que nos dirá muchos secretos, y entre todos, el de una pequeña hormiga, la mejor de todas las historias del camino, donde un viejo me contaba, lo que ellas le decían.

Las manos saben de amor, conocen cada rincón, descubren cada latido del corazón, y nacieron para sembrar no sólo caricias, para abrazar nuestro propio cuerpo en medio de la soledad, y se dejan llevar como invisibles hadas de colores hacia nuestros mágicos mundos, donde queremos cambiar el odio por la paz.

Una letra escriben tus manos siempre con bondad, y de cada una se recoge de su siembra, con la abundancia de una vida, una historia que al paso del tiempo nos vuelve como los vinos añejos: ¡mejores!... sin importar las penas o las heridas del ayer, sin interesar cuántos pisotearon nuestra cosecha, para finalmente verla florecer.

A tus manos dedico un poema Rafael, pues merecen ser conocidas porque son las creadoras de tus obras.

Benditas manos, porque están juntas, porque la vida nos regaló el don de mantenerlas para que fueran enredadera entre los robles, y ardientes cascadas ante el beso de una mujer.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 18/13

ROCAS [64]


ROCAS [64]

Un día de playa recordando momentos de la vida
desnuda y transparente como una flor,
tal vez una roca, tan compuesta de granos,
llena de avatares que van y vienen.

Puedo ser un poco de todo
las hojas se han secado, se quedaron conmigo
así todos los otoños de la vida
y  los inviernos por venir.

¿Qué puedo ver?
Hoy veo a un amigo feliz,
y tengo miedo a ese pedazo de algo
que viene por mí,
a esa brizna nueva que no conozco
pero que me hace sonreír.

Atenida a los sonidos de las olas,
cantoras niñas corretean tras el viento
nada consiguen, más todo logran
al llegar a la orilla y desaparecer
para ser agua fresca,
y repetirse de nuevo.

¡Qué bonita me veo!
Fuertes caderas esperan por una caricia,
como la roca aguardo, con la paciencia del tiempo,
flor que resucita entre las espinas;
pétalo, que nada entre los aguaceros
y se pierde,
en cualquier orilla de un camino
para ser feliz.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 18/13


DESDE MI VENTANA 6 [65]

DESDE MI VENTANA [65]

Es un día húmedo,
igual de solitario a muchos años,
pero desde mi ventana el mundo es todo,
y todo es el mundo.

Clamo por reír a carcajadas
y me ahogo entre suspiros,
de nuevo un aroma,
un azahar escondido entre las sombras,
esa mano invisible sobre mi hombro
y te recuerdo.

Persigo tu sombra y ella me sigue…
¿Soy acaso tu huella,
o eres tal vez mi propio pensamiento?
¿Ese que no te deja en paz,
ni te deja respirar ni sonreír
porque teme que roben
lo que no le pertenece?
Ayer soñé contigo,
besos húmedos entre un bosque ruidoso,
olor a tierra mojada, y yo, como ella.
Los helechos ocultando vida y cantares,
los guaduales enternecidos con la lluvia,
amante de los rayos,
la paloma torcaz anidando
en cualquier rama del camino…

Desde mi ventana vida,
desde mi lámpara encendida,
estoy pensando en ti
como si fueras ajeno.

No eres mío,
le perteneces al ruido de la tarde,
a cualquier noche,
al celaje de una luz invisible,
desconocida y palpable.

¿Acaso eres la rosa que descubro?
¿No decías que tu huerto
sería alguna vez para mí?
Desapareces en mi espejo una y mil veces,
y al pensarte un mágico temblor.

Quiero cerrarla,
pero se ha colado un ruiseñor;
trina tan cerca de mi boca que siento miedo...

Acerca sus alas a mi corazón y enmudezco,
un son de tambores anuncia tempestad.
Se ha desatado y no se de mí,
estoy perdida en ese remolino de hojas secas
que tenías armado para los dos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 18/13
Publicado por RAQUEL en 06:18



MI CASCADA 2 [66]

MI CASCADA 2 [66]

¿Quién eres,
que has llenado mi vida de inquietud?
Parezco un ave bajo la lluvia,
mi corazón a punto de estallar
y las flores de hoy las veo púrpura,
hasta el cielo parece más azul.

¿En dónde estabas?...
¿Enredado entre las olas pasajeras?
¿Oculto en lejanos espacios,
para que mi sendero no encontraras?

Pero aquí estás,
como una dulce promesa,
un sueño nuevo.

Dejaría todo por ti,
porque aquí no tengo nada,
sólo mis chorlitos
que no saben a dónde ir
y se ocultan entre las enramadas.

¡Qué feliz saberse amada!
¡Qué dulce sensación!
Que no sea un paso de brisa por mi ventana
y te quedes hasta mi final.

Entrego mis pequeñas flores heridas,
las sendas que el tiempo fabricó.
Doblo las rodillas ante mi esperanza,
para levantar el rostro como girasol.

Y a tu vuelo me uno ilusionada,
con una manada que me aceptará como soy.

No habrá tristezas para mojar mis sábanas
porque unida a tu despertar estoy.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 18/13