jueves, 21 de febrero de 2013

MI VENTANA [23]

MI VENTANA [23]


De nuevo, viendo hacia la ventana,
buscando otros sueños cada día,
estrellándome cada vez

contra ese muro de fantasías,

pero retornando al arrullo del mar
que extiende su maravilloso traje azul

hacia el horizonte…


Aquí estoy, la misma mariposa soñadora de ayer
sobre una lápida blanca,

ahí palpitan todos mis sueños.

No hay nada oculto bajo la luz del sol,
y ante el murmullo de una flauta lejana,
me dejo llevar por el son de brisa cantora
exclamando “te quiero”, sin negación.


Una barca de papel parece ir, pero regresa…

No quiere mi fuerza que zozobre,
y en hilo dorado que baja del astro rey
todo el oro en abundancia me anuncia una promesa
donde no he de llorar, sino cantar,
no he de sufrir sino reír…


El blanco amigo de siempre, me acompaña,
y en sus ojos, el dulzor de la vida advierto.
Él toma mi vida entre su lanuda piel, tantas veces,
que antes no descubría su presencia,
pero un lametazo sobre mis pies
me dice con el silencio de su mirada
que su amor es para siempre.



Con mi lazarillo de amigo,
retomo el sendero que dejé en un instante
abandono mi celda de colores mustios,
para buscar mi primavera lejana
en ese huerto plantado de gaviotas, de sinsontes,
de lirios, que parecen danzar junto a las ramas.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 21/13 



LOS OJOS DE MI MADRE [24]

LOS OJOS DE MI MADRE [24]


Eran sus pequeños ojos una esmeralda, 
tan preciosa su mirada; tan claro su resplandor,
parecía la luz del amanecer en días aciagos,
era la mirada de una mariposa
al abrir la celda donde dormía un rato. 



Eran sus ojos cristalinos
limpia por dentro y por fuera,
su visión siempre al norte
a donde la roca fuerte dirigía.
su única maldad fue amar
su razón de ser: El Creador.



Agua de manantial en vaso de cristal
así era ella, así su dulce mirar,
miel que se desperdiciaba por doquier
dulce lago: ¿en dónde estás?



Ha de estar viendo desde allí
no sé si con pesar,
pero una pequeña mariposa blanca en mis manos
me ha dicho, que acaba de llegar.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 21/13