miércoles, 12 de junio de 2013

ESPERO (89)

ESPERO [89]

Espero nunca calces los zapatos ajenos
ni recibas un mal pago por tu honestidad.

Que mañana no te paguen con la misma moneda,
que puedas levantar el rostro
sin lanzar bofetadas como ahora.

Sobre mi roca le pido a Dios no guardar rencores
por aquéllos días de amor y bondad.

Esos borrarán las culpas,
y por ellos también nos podemos abrazar.


Raquel Rueda Bohórquez
12 6 13

ROSAS (90)

ROSAS [90]

Tanto se habla de las Rosas mujeres,
pocos recuerdan las espinas que envejecieron con ellas
y de todo un poco, de los dientes de Dandi,
de los mocos del niño de la esquina
sus vitrales marcados en los brazos,
de los ojos de la vieja puerca que se caga en un rincón.
De ellos nadie habla, pero me antojé otra vez.

Del hedor a sucio que nos hace escupir en cualquier banca
en esos rincones que parecen engrasados de mala suerte,
de las ventanas imaginarias en casas sospechosas,
de los bolsillos llenos de copas rotas, sí, de todo eso,
que se acomoda cada segundo ante mis ojos.

Ayer pasó sin hacer ruido,
hoy donde hablamos y hablamos,
pero nada que llega solución…

De la inquilina que salió mañosa igual que el gay
y lleva 11 días de atraso,
y es otra que me vio la cara también.

De esos políticos corruptos y amañados en sus puestos,
de los pendejos que regalan el voto
por una botella de aguardiente.
¿Qué carajos nos importa el otro,
si bien me siento?

De Kevin en su piano buscándole notas al destino,
de sus amigos que no saben hacia donde van
y de a poco se enredan en marañas de niños viejos,
pero descalzos, a la vera del camino: ¡que no estén jamás!

Una ventana medio abierta,
el chismoso de la esquina vagando en la puerta
con un periódico de ayer,
leído y releído, con los ojos puestos en otra parte,
arreglando el mundo de otros,
cuando el suyo está al revés.

La coja que le robó a mi madre el sinsonte…
Esa vieja estúpida  ya no sé ni a donde está,
se quedó la tristeza de mi vieja en navidad
cuando mi padre acababa de marchar.
Se me antoja recordar el último café caliente,
el patio con el guanábano lleno de brotes,
las frutas que mi princesa no alcanzó a probar,
pero fueron tantos los sueños de verlas grandes
que se vencieron con sus ojos claros
para que otros los probáramos,
era su dicha tal vez.

Y de las Rosas, olvidé las de ayer.
Un trozo de parcela 2x1 nos espera,
un pedazo de frío mármol retorna,
¿será que ya son las tres?

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, mayo 11/13 

ME GUSTAS (91)

ME GUSTAS [91]

Pareces panela derretida,
tu cuerpo un frondoso roble
y con ansias sería una enredadera.

Tienes el don de ser hermoso
tímida flor en el desierto;
claras palabras, suave y cariñoso…

Una mujer contigo se volvería hiedra
para permanecer aferrada a tu tronco
y morir callada entre tus brazos.

Me gustas así como eres,
apacible como laguna clara,
manantial de aguas mansas,
dulce orquídea asomada en mi ventana.

Y no callo, te repito,
es real y no es de ahora,
siempre lo enmudecí para no herirte,
pero en este segundo
me gustas, aunque mires a otro lado
y sólo te vea pasar como fugaz estrella
que desaparece ante mis ojos.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 12/13

PALABRAS (92)

PALABRAS [92]

No sé la razón por la que estoy aquí
pero cuando esté entre tus labios,
dirás que el Sembrador era un sabio.

No comprendo por qué
anidan en las ramas los gorriones,
ni la razón de que se amen
en oscuros rincones.

Sabré de alegrías al escuchar sus trinos,
verles picotear granitos secos,
que fueron para que sobrevivan.

Nacimos para morir,
también para ser felices mientras vivos,
y amantes, si enamorados.

El mundo está perfecto,
la naturaleza también.
Es la mente del hombre
la que parece un comején.

No sabe lo que quiere,
ni qué camino coger,
cuando tiene dos alternativas,
el bien es lo que nos hace humanos
si no, ¿para qué nacer?


Raquel Rueda Bohórquez
12 6 13

MADRE (93)


MADRE [93]

Madre: aquí está mi familia, somos 17 brotes grandes y un montón pequeños, que agradecemos a Dios por el sol y la bendición de prestarnos una princesa tan bella como tú.
Fuiste el nido donde mi corazón se formó, me regalaste la corriente de tu sangre para que fuera y el hilo de tu cometa, hasta que abrí los ojos para encontrarme en la tibieza de tus brazos.

Hoy no estás donde te pueda tocar, pero sí donde te puedo sentir, ya que tu perfume de ángel pasa por aquí, y el olor a rosas advertido, me dice que acabas de llegar a casa, que estoy abrazada a tu amor inmenso, que nos mantiene unidas a través de la distancia.


Raquel Rueda Bohórquez
12 6 13 



SOÑAR (94)

SOÑAR [94]

Si quieres alcanzar tus sueños cierra los ojos,
si los alcanzaste, ciérralos nuevamente,
al abrirlos, descubrirás que lo soñado se esfuma
como del día la llegada de la noche,
y del fuego las cenizas lanzadas al viento.

Pero no dejes de soñar, esto es la vida,
un continuo cerrar y abrir de ojos
para finalmente esperar que alguien los cierre,
pues se quedan viendo al infinito
buscando el verdadero sueño
de alas abiertas.


Raquel Rueda Bohórquez
12 6 13 

PENSÁNDOTE (95)

PENSÁNDOTE [95]

No es que no te piense;
es que cuando allá sale el sol,
la luna empieza a coquetear con el mar.

Tal vez si vienes a mi lado,
podríamos descubrir que no hay sueño tan lejano
que la mente no alcance.

Te quiero amor, por siempre…


Raquel Rueda Bohórquez
12 6 13 

MARÍA (96)

Mi dulce y amada tía, falleció poco antes que mi madre.


MARÍA [96]

El pasado no retorna,
pero los recuerdos permanecen,
son una preciosa melodía
que escuchamos una y otra vez.

Regresa el ave a su nido.
Y en otra primavera
los brotes de las rosas
tan parecidos, tan iguales,
tan repetidos…

Los ojos que tanto nos amaron y amamos.
La bondad tiene olor y sabor que torna
parecido a un colibrí tras las orquídeas.

Y entre la mansedumbre de un cordero
tu sonrisa, como suave lluvia,
siendo ruido de campanas que vienen y van.

Regresa el amor al dorado de los toches,
tu figura tierna y pura,
más recuerdo que no estás
pero vives en mi recuerdo.


Raquel  Rueda Bohórquez
12 6 13 

ANOCHE (97)

ANOCHE (97)

Fue una larga noche;

de nuevo el demonio de los dientes
como un depredador de vida...
Una vez más el corazón como un volcán
a punto de estallar.

Cuando los hijos sean padres
ahí será que comprendan.
No espero crezcan con sus vicios
nada de mi amor ha sido negado,
y de lo poco, mucho más les he brindado.

Ha sido otra noche en desvelo,
una agónica noche de madre.
Se resecaron mis tetas de llorar
y mis ojos de suplicar.

Allá va mi cabrita... ¡allá mi cervatillo!
Se queda el nido vacío
no hay enojo... retorna la vida
y de nuevo mi alegría al saberte,
al sentir el temblor de tu pecho en el mío.

Y entre los suspiros, los guaduales firmes
las palmeras arrogantes ante la vida,
y mi Jefe, dispuesto a dar una lección
para que respeten, y aprendamos a vivir.

A dar perlas del corazón 
a quien las merece;
no dagas para quebrantar el alma.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 12/13

MIS ROBLES (98)

MIS ROBLES (98)

Si ellos decidieron dejar sus ocres hojas,
Se desnudaron para un brote nuevo.

Aceptaron que la brisa desvaneciera sus temores

Para que el sol abrigara sus desnudos brazos.

Si ellos caminaron y encontraron el sendero recto,
Entre los abrojos del camino una roca, una espina.

Y en bellas rosas matizadas en mis sueños
Encandilan con un beso mis suspiros.

Si ellos lloraron tantas noches, y tantas madrugadas;
Doblaron las rodillas ante el sol en el ocaso,
Rezaron una y mil oraciones a escondidas,
Y enmudecieron tantas veces, dobladas las rodillas…

Si ellos que ya no están me amaron tanto,
Mitigaron cada segundo mi dolor con un beso
Abrazaron el aura entre sus brazos
Y cantaron con el mirlo mañanero.

Si ellos que fueron flor y semilla
Hicieron germinar el amor entre resedales,
Ahí el olor de sus flores se quedó
Sobre una par lápida que los cobija.

Si ellos que se amaron tanto, y a la par sufrieron;

Encontraron en el dolor, 
Una oración para conciliar el sueño.

Ahora que no están, 
Los hallo más presentes,

Entre las mismas oquedades, 
Que en mi camino encuentro.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 12/13

LA PENSIÒN DEL SARGENTO (99)

LA PENSIÓN DEL SARGENTO (99)

Pensaba ahora, que no tengo pensión

Y entonces por tal razón 
Aquello de la separación
Me suena a viejo cuento.



Es que “mi amado” gana algunos pesos
De sargento sin revolución
Muy joven enfiló al ejército,
Y con su poca mesada hizo estación.

Él no tuvo muchos sueños
Ni se afanó por negocios;
Prefirió tener de socios
A los plomeros de la esquina.


Y a ratos pues: "todo bien"
A nadie debe mucho

Y a veces paga de a puchos
Para aliviar la situación.

El cuento de separarme
Lo veo como enredado.
A mí, mucho, no me ha quedado,
Y para seguir sufriendo
Es mejor, que me siga manteniendo.

Esperaré a mañana un cuarto de lotería
Y si acaso, vida mía, le atino al mayor,
Pues mi sargento primero:
Para eso está el asilo
Y se acaba ésta cuestión.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 12/13

CABRITA DIANA (100)

CABRITA DIANA (100)

De nuevo asomó Diana, 
Escuché balar a José
Tan blanco como la nieve, 
Tan dulce como la miel.

Salta y salta cuando su nombre escucha:
¡Diana! ...¡Mi diáfana niña de blanca cabellera!

Sus enormes tetas bendijeron nuestro hogar
Y las manos de mi madre brotaban chorros vivos
Sobre pequeñas vasijas de cristal.

Sendos bigotes adornaron nuestros labios
Con aquéllas sonrisas que no he de olvidar.

¿Quién de la niña, sus alegrías no añora?
El retorno a casa entre cañaverales.
Mi juguetona de ojos rayados como la luna:
Todo el oro se quedó en tu fuente
Y penetró en mi corazón.

Mi cabrita lloró una tarde, y yo con ella.
José hacía llamados sin comprender la razón,
Y un campanario en su tembloroso pecho.
Perlas de sal desde mi rincón.

Y al fin… cuando el agónico sonido
El llanto al cielo, paredes de cal y canto,
La verde montaña con olores a camposanto
Y la navaja con certeza se ha clavado;

Ahí marcharon las carreras,
Las carcajadas a su paso altanero,
Sus balidos que tanto amaba,
Y el cabrito, su mismo destino aguardó,
Para ser también, sólo endurecido cuero.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 12/13 

BÉSAME (101)

BÉSAME [101]

¡Qué loca!, ansiosa estoy de besos.
Ahoga mi pecho en tus respiros,
tus labios son míos,
tu lengua mi alcahuete.

Bésame cuando el alcatraz surque el cielo,
una vez más, cuando regrese…
Cuando las palmeras su cantar lejano
musite a las rocas un: ¡Te amo!
También ahí… ¡bésame!...

¡Qué bello el latir de tu corazón!
Un impulso en mi sangre me hace enrojecer,
mis párpados se cierran una y otra vez,
canta el gorrión en mi ventana,
pero bésame de nuevo,
¡parece que va a llover!

Bésame cuando la golondrina anide,
al abrir el pico su pichones;
si el águila descubre un nuevo nido,
ahora, ¡sí, ahora!, que nos abrazamos.

¡Qué dulce saben tus labios!
¡Qué ricos tus ojos negros brillantes!
Tu pecho que envejece conmigo,
tus manos son una garza danzando.

Aunque pase la noche y un vendaval se anuncie.
¡Bésame!… ¡ahora!…un poco más tarde…

Si el sol en el ocaso, si la luna llena,
si hojas de nuestro otoño se alejan con la brisa,
pero no importa amor… ¡bésame!

Si las rosas blancas y los cirios,
si un cajón de roble o de nogal.

Ahí, cuando mis ojos ya no te divisen,
¡bésame mi amor!,
para que no me olvides jamás.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 12/13 

BEMBIS/Isabella (102)

BEMBIS/Isabella  [102]

¿Cuál será la misión de Bembis en el mundo?...
Por ahora, ella dejó de soñar en esa laguna tibia
para dormir un rato, y sonreír a los ángeles del cielo.

Nacen tan hermosos y tiernos,
parecen mariposas sobre las flores
y un motivo bajo la cascada fresca,
así el aroma de las violetas con sus colores.

Bembis no lo sabe,
pero ella nació para ser princesa.

Es cofre para guardar vida en un mañana
así como tuvo la bendición de una madre,
y un padre que la soñara.

Canta luna lunita ésta noche,
cuéntale a mami de su nieta
de color caramelo,
con sus manitas inquietas
ya sabe pronunciasr: ¡te quiero!

Un sonajero se advierte
un cantor sobre la cuna:
¡Dale cuerda al payasito
para que ría de sus locuras!

Y el niño de rubios cabellos
que nacerá en otro tiempo,
se volvió canario cantor
que va y viene en el pensamiento.

¡Brilla lucero de la tarde!...
¡Alumbra luciérnaga de la noche!
Regálame el brillo de tus ojos
cuando el manantial de los pechos
deje brotar dulces mieles,
con tan mágico derroche.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 12/13


ES VERDAD (103)

ES VERDAD [103]

Es verdad, lo acabo de leer, de advertir; que a pesar de respirar un aire contaminado, y nuestros pasos cada vez nos acercan al precipicio, he podido comprobar que una mano invisible llega, unos ojos asoman como estrellas en la oscuridad, y una voz, como el arrullo del mar, nos habla cada segundo, nos dice que continuemos labrando senderos, para sembrar lo que hemos destruido, que mañana se renovarán los cerros de verdores magníficos, donde anidarán nuevas aves, y los sueños del ermitaño se concretarán al sentir el mágico sonido de sus vuelos.

Es verdad, hoy quiero repetir la palabra, de que el sol tiene algo que ver con Dios pues ilumina a todos aquí o allá, se oculta cuando debe, y en el momento propicio aparece, el mar toma de su color las mieles, y las flores levantan el rostro consentidas por Él...
Es verdad que te he amado tanto y tanto, que no he podido olvidar tus ojos negros, ni tus manos que acariciaron todo, ni tus labios que me hicieron bendecir cada día, ni el cantar de la quebrada sobre las rocas, ni el palomar que emitía sueños entre las cúpulas, donde los demonios oraban y salían a pecar de nuevo...

Es verdad, Él es la verdad por quien no hemos doblado las rodillas, mi madre lo dijo el día de su muerte: "mija, ustedes no han doblado por mí las rodillas", fue cierto, no lo habíamos hecho, y cuando lo decidimos, que hasta el más pequeño cerró los ojos, ella salió corriendo de la mano de su madre tan amada, recogió muchas flores, para sembrar más allá del sol.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 12/13