miércoles, 21 de marzo de 2012

MIENTRAS CAE LA LLUVIA

Seguiré amor mío contemplando mi ventana
¿No es ensoñadora la tarde?... ¿acaso el amor se vence?
Aquí estoy… robándole segundos a mis instantes
Aún recordando mi pasión de ayer.

Recorre mi piel una candente llama…
¿Pueden acaso los años matar un sentimiento?
¿Qué locura habita en mí que no dejo de soñarte?
Tal vez éste afecto indomable me ha vuelto poeta
Y tiemble de pasión al imaginarte aquí.

Había dicho que no hablaría más de nuestro amor…
Que tus frases olvidaría… ni un otoño recordado
Ni un verano más sin tu presencia…
Hoy… retoña de nuevo mi árbol
Y aún sigo aquí como ayer desvelada en ti
Cubierta de ti sin importar que el rayo azote mi estancia
Ni que un gran arroyo bullicioso te recuerde aún más.

Déjame nutrirme de mis sueños… besar esos labios húmedos
Las fantasías corroen mis entrañas, mientras desfallezco
Y un eterno “te quiero” envío con mis ojos
Viendo una estrella que veloz se aleja…

¿Qué razón hubo para que estuvieras en mi camino?
Nunca me detendré a imaginarlo… pero no comprendo el por qué de tu marcha
Y un regreso que marcó el olvido…

Envuélveme máscara de la mentira… mientras me deshago en caricias
Y desvanezco de nuevo con la lluvia besando mi desnudez
Plantada en tu regazo de humo que quiebra la brisa
Tal vez en mi palidez adviertas… que siempre esperé por ti.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 21/12

EN MI LAGO 2...

En éste lago ardiente te sueño
como sueñan las hojas tibio rocío de mañana
una alcoba blanca de flores rosa
encendida la llama de mi amor por siempre
y esa luna tuya... vestida de hamaca de rayas doradas.

Como un almendro de alas extendidas
donde dejé colgada toda mi alegría
tus brazos, esos inigualables tuyos
esa boca que blanqueaba mi mirada
esos ojos tuyos iluminando mi existencia.

De nuevo al pasar los años...
en cualquier roca olvidada te esperaba
vestida de nostalgias a mi almohada abrazo
y con el arrullo de palomas escondidas
pensando en ti siempre vida mía.

El aura clara se divisa
y un aluvión de besos han marchado...
y aún aquí... la lumbre no se apaga
las gotas de rocío en mi ventana te recuerdan
y mis lágrimas de sal no te conmueven
mientras aún suspira por ti mi alma.

He dejado unas rosas imaginarias
esperan aún sobre mi mesa
absorbió el tiempo mi piel rosa,
mis sandalias rojas ya no existen
pero aún en mis soledades ya quebradas
te amo ausencia... te deseo negra noche
porque aquí... siempre has estado.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 21/12