jueves, 6 de noviembre de 2014

LA NIEVE

Raquel Rueda Bohórquez

Compartido de forma privada  -  21:56
 
LA NIEVE

¿A qué se parece la nieve?
Miro lágrimas en mi nevera
Han de ser así, niñas coquetas
Escondidas para el sol de mañana.

Y caen, casi que como las hojas
Danzando, siempre danzando
Se arremolinan y se compactan
Donde ayer hubo color y vida.

¿Muere todo ante la nieve?
Sólo calla el ruido
Se alejan las aves a otros nidos
Nuevos árboles esperan
¿Pero estarán?

Las veo llegar, van y vienen
Como buscando el viejo árbol
Y en el bullicio un dolor queda.

¡Golondrina!... no te alejes...
Ven a mi balcón pequeño
Que tengo un árbol tupido,
Lo guardé y no lo podé
Porque sabía que otros  árboles
Se habían encontrado con una sierra
O con el odio de la gente pervertida
Que no los dejó ser.

Y la nieve sigue cayendo
Las aves, ¡son tan pocas ahora!
Que hasta las confundo con una que otra mariposa
Que en el envés de una hoja seca se amaña
Para salir cuando el sol apresa sus alas
Las vuelve tibias como niña de quince años
Y ellas llenas de amor, en busca de una flor
Se alejan...

¿Pero y la nieve?
¿La veré algún día?
¡Me gustaría tanto!
Antes que sea una perla pálida
Cayendo desde el cielo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 6/14

ESPERANZA


Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;
Luis Cernuda

ESPERANZA

Y a propósito de una hoja seca
¿Qué sentirá el árbol al perderla?
Puede ser que sea la esperanza de una nueva
Que con regocijo abrigará sus ramas.

Vale la pena tu mirada
Éste partir en dos el cuerpo para esperarte
Y recibir siempre una cascada
Que grite aunque no ame.

¿Qué me dices ahora?
Aquí tampoco se pronunció palabra
Fue responsable la brisa entre tu boca
Y esa mirada incógnita pegada de la mía.

Se recogió y cayó con lenta pereza
¿Es así de dulce el morir?
Pero ella no muere, se suspende y se agita
Es que el viento es rey del alma
Y en medio de los dos, nos suspira.

Recógete, súbete, cálmate…
Aviva ese fuego apagado en mí
¿Eres un perdedor en la última batalla?
Espera que nos miremos y habrá una hoguera
Encendiendo la piel
Donde había muerto la esperanza.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 3/14

COMETA

COMETA
Quizás no pueda comulgar tu pensamiento
Pero voy libre ahora,
Divisé una colina hermosa
Allá crecen los cipreses y las moritas de castilla.
Dicen que en las tardes
Hay orgías de serpientes bajo los tallos de los guaduales
Que sobre sus ramas no se puede prender un gorrión
Tal vez, pueda ser que sea verdad.
Lo cierto, es que hoy me di cuenta que la libertad me sonríe
Parece una cometa sin hilo que la sostenga
Voy a estrellarme contra las nubes, nunca me herirán
Treparé hasta las estrellas para iniciar a girar y girar...
Ahora estoy borracha..
Ebria de tanto amor que dejé atrás
Borracha de no recibir una respuesta
Me alejé hasta donde el caballo encuentra la cuesta
Y me dejé llevar de la brisa
Como una hoja seca, ¡qué linda cometa!
Tiene sonrisa de niña con traje nuevo
Y no pelea más con la vida
Porque la vida es un suspiro tan solo
Que viaja en la nave de la muerte.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 3/14

Y ESTOY




Y ESTOY
¿Qué te abruma?
Estoy en la voz del viento
En el aroma de las flores
En el rocío de la mañana.
Acierto tan solo eres
Luz en el ocaso,
Titilar de estrella
Luciérnaga de paso
Multiplicada en otras.
Y estoy, siempre estoy
Aunque parezca que me fui
Al pasar el río me sentirás,
Al nacer del manantial
Al abrir de la primavera
Al regreso de cada estación.
Han caído todas mis hojas
¿Te preocupas ahora?
Blanco verás mi árbol en un mañana
Fría la piel, congelado el corazón.
Pero mi alma, quedará aquí
Contigo, con Él
Con la golondrina viajera
En tu pensamiento guardada
En el ámbar de tu mirada...
¿Crees que me fui?
Descansa de tu andar
Reposa arriba de la montaña
Y entre las alas de un cóndor
Me verás pasar...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 5/14

VIENDO AL MAR



Asómate a mi alma
En momentos de calma,
Y tu imagen verás, sueño divino,
Temblar allí como en el fondo oscuro
De un lago cristalino.

José Asunción Silva
Mi madre. Imagen recuperada Rodolfo Useche

VIENDO AL MAR
Acércate a la orilla del mar
Sin confundirte jamás
En el amarillo del sol me verás
Atrapada bailando con sus olas
Sin deshacerme jamás.

Mira hacia la nube pasajera
Entre más te alejas, más cerca
Como si al recitar un verso regresaras
Y al llorar de nuevo, te sintiera.

Vuela y te veré avecilla de blanco
Tal vez una cometa robó tus alas
Y en el infinito se inventan versos
Para engalanar el alma
Dejando de paso un consuelo.

Vibra como ahora
¿Eres mariposa en mi alcoba?
Te has quedado en mi puerta,
Lindos colores que la noche muestra
Para brillar cuanto más oscuro el tiempo.

Cércame tan solo dulce sueño mío
Un abrazo leal de tu mirada siento
Sin pervertir jamás del corazón el sentimiento
Cuando eres el aura de mis mañanas
Y del ocaso, éste dulce contento.

Quédate en mí, como gorrión en su nido
Cabeza de plata, ojos de grama tierna
Regazo tibio que te fuiste de mañana
Dejando pálidos recuerdos con tu olor
Mañanitas grises, solitarias sin ti.

Abrázame ahora que cierro los ojos
Estrellitas de colores alardean y cantan
Parecen corazones asustados de aves prisioneras
Pero me abres la jaula madre mía
Y con tu silencio, me consuelas.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 6/14